Se acabó la campaña mexicana, se
acabó en su versión propositiva, en su versión “cochi”, en su versión farisea, en
su versión cotorrona, trágica, cómica, en la versión que usted quiera y mande,
en la versión que sea, “amaitu”, “finit” dicho sea en totonaca: ¡se acabó! Quedan,
oficialmente, menos días de campaña que los dedos de mi pie izquierdo, pero los
candidatos ya vaciaron sus pistolas disparando a sus adversarios, lanzaron
todas las trampas para pescar votantes, se transformaron o se mimetizaron como pudieron
en lo que les pidieron, adoptaron nuevos hábitos para hablar, visitaron a los más
renombrados estilistas, compraron zapatos apropiadísimos, coloridas corbatas, costosos
aretes, viajaron, comieron tacos, abrazaron bebés y recibieron húmedos, apasionados
y sorpresivos besos, y todo para ganar, todo para seducir a la esquiva
victoria, pero todo eso ahora es .. historia, el final nos alcanzó, no en la
línea de “meta”, sino antes, en la recta final.
Los candidatos y candidata se van
a ir discreta o escandalosamente, ya lo veremos, pero nosotros nos quedamos con
anécdotas, observaciones, momentos de solaz y esparcimiento gratuito, ya
sabemos que quién triunfe dejará de vernos como a los amos que todavía somos y
nos verá, a partir del 1 de diciembre, como a codornices, a tiernos pollitos, a
sabrosos carneros y ni modo, a partir de esa fecha volveremos a ser lo que
siempre hemos sido: chuletas, unas bien adobadas, otras saladitas y una que
otra media correosa. Pero lo bailado ni
quién no lo quite, cuando nos apliquen sus brillantes “soluciones” y
entre lágrimas pensemos: “y yo vote por este jijo de su….” También podremos
recordar esos momentos de ridiculez sublime, como la carita de susto de Peña Nieto
al salir de la Ibero, la mini falda de Josefina para probar que estaba buena…
de salud, al místico López Obrador cerrando
sus ojitos ante los ministros evangélicos, de todas las denominaciones habidas
y por haber y a Quadri, mordiéndose su serpeante lengua, al acusar a sus clones
de “Políticos tradicionales”.
Recordaremos también sus buenos
momentos, acaso porque en esto me falla la memoria, los dejo a su mejor
criterio y superior buen gusto, pero también quedarán dentro de nuestra memoria
definitiva, los recuerdos de otros actores, porque en esta elección no solo
fueron protagonistas los candidatos sino también “los colados” que se metieron a
la fiesta por donde menos esperábamos y esto dicho sin albur, pues cuando menos
atentos estábamos, llegaron y armaron su propio agasajo en nuestras narices. Fueron
los estudiantes de la Ibero y sus causahabientes del movimiento “horizontal”, “transversal”,
de corte “tropical”, “ecuatorial” “equinoccial”, pero dotado con un comité que
por necesidad debe ser “umbilical”, quienes a ritmo frenético, le dieron a la
elección más aburrida y sosa de los últimos 20 siglos, una buena dosis de jolgorio
y de fiesta, al grado de que después del último debate, 100% gratuito, el 132
fue el vencedor.
Otros protagonistas fueron los
señores del IFE, que se dedicaron a lo suyo: hacer negocios; El primer debate
nos costó más de 4 millones de pesos, de los cuales solo le pagaron 7 mil
pesitos a la estrella de esa ocasión: la Srita. Julia Orayen, sin cuya
presencia el debate hubiera sido insoportable. Otro actor sin lustre fue el
presidente Felipe Calderón que aprovechó la elección para amarrar a toda su
parentela y a sus “amiguitos” en diputaciones pluris, senadurías de lista y “chambotas”
inamovibles; Tampoco olvidaremos al babeante imbécil y tepocata panteonera de
Vicente Fox Quezada, preocupado “Hoy, hoy, hoy” por la legalización de todas
las drogas, ya que al parecer el “Prozac” no le basta; Fueron también actores de
la elección los asesinos y maleantes, que no dejaron de matar, colgar, descuartizar,
arrancar cabezas y sembrar torsos por todo México.
¿Y los empresarios qué? Bueno, a
diferencia de hace seis años, ahora estuvieron entre los buenos, pues hasta
López Obrador los defendió y se convirtió en su santo patrono y amoroso protector, por increíble que parezca, ahora no son ni malos, ni feos. Quienes si son, pero no malos, sino malísimos y
horripilantemente feos, son los medios de comunicación, acusados
inicialmente por AMLO pero que terminaron siendo pateados por Josefina Vázquez
Mota y sobre todo, por los jóvenes del movimiento “Yo soy 132”. La reacción
juvenil obligó a estos mafiosos a intentar rectificar y aparentar ser veraces.
En el artículo “Como domar a nuestra Hidra” se propone que en lo sucesivo no se
gaste en “publicidad institucional” ni un peso partido por la mitad, que todos
los medios de comunicación no reciban un solo centavo del Erario, ni Televisa,
ni Azteca, ni la Jornada, ni Proceso, ni Reforma, para ellos nada de nada, ni
agua, con lo que México se ahorraría una inmensa cantidad de dinero y dejaría
de andar sosteniendo mega buitres, zánganos medianitos y parásitos de menor calado.
Que vayan y …
Entre los feos y malos, destacan
los dirigentes de los partidos políticos, exhibidos como recuas de facinerosos,
sin más objetivos que repartirse a México como si fuera un botín, pues simulando
ser dirigentes “honestos” son pillos vulgares, que merecen, a la voz de Ya!,
ser puestos en la mira para erradicarlos reformando a los partidos políticos, hasta
convertirlos en entidades democráticas verdaderas, con genuinas elecciones
internas y no con simulaciones y farsas, esa es la mayor herencia de esta elección,
para ello deberemos dejar de ser borregos, arrastrados, lacayos y levantarnos, debemos
escupir sobre los candidatos a “dedazo”, también sobre los que son producto de concertaciones obscuras, sobre los que llegan por "unanimidad", sobre los que se
benefician de candidaturas únicas inducidas por la escoria de la dirigencia
partidista, sobre los que no sean electos en convenciones democráticas donde voten libremente sus pares.
Si no estamos dispuestos a hacer esto, valemos pura madre y las elecciones del 2012, no habrán servido para nada,
habremos dilapidado nuestro tiempo y deshonrado lo que nos restaba de dignidad
política.
Por el momento, nuestros
candidatos están levantando sus brazos gritando “ya ganamos” “si se pudo” Claro
que lo hacen porque los expertos en marketing electoral así se los recomiendan,
no porque estén seguros de nada, pues llegó el momento en que las encuestas son
irrelevantes, estamos tan cercas de la verdad, que no necesitamos sucedáneos,
así que en esta elección hay que sacar el revolver de nuestro voto, apuntar
según nuestro particular gusto y decirle a este proceso electoral, a su
fealdad, a su maldad o a su bondad: “Hasta la vista, baby!!”
Por Antonio Limón López