Para entender los acuerdos entre los presidentes
López Obrador y Donald Trump relacionados con la visita del primero a la Casa Blanca,
es necesario comprender como actúa la diplomacia norteamericana.
Lo primero es recordar la tradición documental de
los países angloparlantes, que consiste en no dejar huella ni documento de
aquello que pueda causarles vergüenza en el futuro o al menos dificultades de
comprensión a las posteriores generaciones.
Si ve una película de un western
norteamericano es muy normal que a la primer provocación, se lance una soga
para colgar al delincuente atrapado, lo hacían porque era normal matar a quienes
la sociedad condena de inmediato, así fuera un cuatrero del oeste, o una bruja
en Salem, en ninguna ocasión dejaron huella documental, simplemente ahorcaban
al vaquero o quemaban a la dizque “bruja”, no dejaban porque no era necesario ningún
documento comprometedor.
Por eso los norteamericanos no siempre firman los
documentos en caso de acordar algo, por ejemplo “los tratados” MacLane-Ocampo,
tienen dos “tratados”, uno público de Libre Comercio y otro secreto en el cual
México cedía Baja California, Sonora y el Istmo de Tehuantepec, este existió
bajo la categoría de tratado ”secreto”.
El primer viaje de un presidente mexicano a
Washington, fue el de Antonio López de Santa Anna para visitar al presidente liberal
y gran practicante de la esclavitud, Andrew Jackson y enemigo personal de los
indios, ocurrió después de firmar los “Tratados de Velasco” en que cedió a los
texanos el estado de Texas y parte de Tamaulipas. Fue una visita vergonzante,
pero no sabemos documentalmente de que trataron, dijo Santa Anna que de nada,
fue una plática de sonrisas y que México recibiría una indemnización, que
prometió Andrew Jackson que, por cierto nunca cumplió.
Por fortuna se sabe que ahí se convino la
entrega de todo Estados Unidos Mexicanos a los Estados Unidos de América, para
finalizar un barco norteamericano de guerra transportó a Santa Anna y
permaneció en el puerto para rescatar a Santa Anna en caso de que lo quisieran
colgar (costumbre muy norteamericana pero no mexicana), pues ya la diplomacia
norteamericana había actuado y fue recibido como un héroe.
Poco después Estados Unidos de América atacó a
México, Valentín Gómez Farías, entonces presidente (liberal), llamó a Antonio
López de Santa Anna (liberal y farsante) para hacerlo presidente y para defender a México. Santa
Anna enfrentó a los americanos en la “Batalla de la Angostura” en que México
estuvo a punto de barrer del mapa al ejército de EEUU (cosa que no debía ocurrir), pero dándose cuenta de
la victoria de los mexicanos, superiores en valentía y decisión Santa Anna ordenó la retirada con lo
cual los norteamericanos salvaron el pellejo y pueden presumir que no perdieron
esa batalla gracias a la traición de este bellaco.
Estados Unidos de América ganó la guerra contra
México, pero no cumplió a los liberales mexicanos, pues no quiso a "todo" México,
solo quisieron lo “despoblado”, lo que tuviera menos indios que por entonces
los estaban matando, “El mejor indio, es el indio muerto” decía el General
Custer cuya imagen hoy se encuentra en la Casa Blanca, por cierto que extrañamente no le llevó flores AMLO, tampoco querían a los
criollos mexicanos por traidores, cobardes e indignos de confianza, por miedo
a que llegaran a ser la mayoría en Estados Unidos con las consecuencias funestas que ello
ocasionarían.
Prometieron darnos dinero por más de la mitad de
nuestro territorio y ya sabemos que nunca nos dieron un centavo.
Prometieron en compensación a los “liberales”
traidores protegerlos, mientras fueron sumisos y lo han cumplido hasta hoy, debemos
admitirlo, aunque solo sean liberales para depositar el dinero robado en paraísos fiscales.
Por eso no sabemos en qué consistió o consisten
los acuerdos secretos entre López Obrador y Donald Trump, sabemos que hay un
acuerdo de “libre comercio” que Estados Unidos de América reconocerá hasta que quiera, recordemos que amenazó ilegalmente multiplicar cobrar el primer mes un cinco por ciento de aumento a los aranceles
de ingreso de mercancías a su país y que cada mes siguiente aumentaría ese por ciento hasta el 25%, eso era en contravención a un
tratado en pleno vigor y no le importó ninguna razón legal. Es seguro que
llegaron a un acuerdo secreto.
Seguro otra infamia, pero en este caso, menor, tal vez del tamaño de otra visita a México, antes de las elecciones.
Por Antonio Limón López.