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JAVIER CORRAL EN LA FERIA DEL AUTOEMPLEO



El 1 de septiembre del 2012, Javier Corral Jurado se presentó a la mansión presidencial Los Pinos y entregó una carta dirigida a Felipe Calderón Hinojosa, todavía su huésped principal, acto seguido distribuyó copias de ella a cada uno de los senadores panistas que como él iniciaban su gestión en la Camara Alta, en la misiva lo calificó de “Cobarde”. El 12 de septiembre siguiente, el diario Reforma  publicó en su primera plana la carta de Javier Corral. El señalamiento de cobarde a un presidente de la república mexicana, hecho por un senador de su propio partido, parecería increíble, pero en realidad en este caso era perfectamente explicable.
En un país que solo produce pesos menores en política, Javier Corral Jurado, parece un peso pesado, por desgracia su éxito depende de la pobreza de nuestra cantera política nacional y de la miseria espantosa que padece el PAN desde 1989. Corral adquirió la fama de que ahora disfruta, cuando agonizaba el gobierno de Vicente Fox y se celebraban las elección del 2006, en esos días Televisa y TV Azteca presionaron a los candidatos presidenciales y los obligaron a apoyar dos reformas: una a la Ley Federal de Telecomunicaciones y la otra a la Ley Federal de Radio y Televisión, las cuales se recuerdan como la afortunadamente malograda  “Ley Televisa”.
Una vez que los tres candidatos más importantes dieron su visto bueno, en plena campaña presidencial, la Cámara de Diputados las aprobó con dispensa de lectura y se logró una aplastante unanimidad (El arrastrado de Pablo Gómez encabezó a los perredistas en apoyo a Televisa), pero por fortuna los periodistas no vinculados ni a Televisa ni a TV Azteca, iniciaron una campaña de denuncia contra la ley y se les exigió a los senadores que la votaran en contra, Andrés Manuel López Obrador percibió en la impopularidad de las televisoras una fuente de votos y se retractó de su apoyo, en el PRI el único que se opuso fue Manuel Bartlett y en el PAN, Javier Corral Jurado.
La campaña presidencial fue hondamente influida por los efectos de la Ley Televisa, pues era tan repugnante el conjunto de disposiciones entreguistas al “duopolio”, que muchos electores votaron por Andrés Manuel López Obrador y el PRD comoprotesta contra esa ley, pero esto tuvo un alto costo para Andrés Manuel López Obrador, pues Televisa y TV Azteca lo atacaron como a un “traidor”. El PAN y el PRI, en cambio, gozaron del apoyo de las televisoras hasta que Madrazo se rezagó en la contienda y entonces, todo el respaldo de las televisoras se volcó a favor de Felipe Calderón. Televisa promovió el voto útil para el PAN contra “el peligro para México” Andrés Manuel López Obrador. Al PRD le cobraron precios de atraco por cada segundo en televisión y los comentaristas de radio y televisión enfatizaron los muchos errores del tabasqueño, a final de cuentas AMLO salió perdiendo.
No es un misterio que Javier Corral se opuso a la Ley Televisa, pero si bien se sabe que en parte fue por su personal decisión, por otro lado se ignora que también lo hizo como parte de la estrategia de Felipe Calderón, para negociar mejor con las televisoras, pues "debido a las acusaciones de Corral" vendió mejor sus servicios al duopolio. Parecería uno de esos negocios en que todos ganan, pero si bien Javier Corral logró un gran prestigio social, quedó vetado por el duopolio televisivo, al grado que no tuvo ningún lugar en el gabinete de Felipe Calderón y se quedó en la nada por tres años. Por su parte López Obrador perdió las elecciones y el PRD lo abandonó en 2007. El único ganador fue Felipe Calderón que ganó la elección y se consolidó con el apoyo del PRI, con el apoyo internacional y con el respaldo del duopolio televisivo.
Con la Reforma Política del 2007, Calderón hizo chuza, pues el PRD oficial se puso a su lado, López Obrador se vio obligado a dejar morir su "presidencia legítima" para concentrarse en MORENA. Todo pintaba de maravilla para el presidente, pero lo único que no era de su agrado era el PAN, su partido y para el que tenía el plan de convertirlo en su mascota. Entre los adversarios de Calderón en el PAN estaba Santiago Creel Miranda, a quién Televisa consideraba uno de sus mas fieles servidores, a fin de cuentas cuando fuera Secretario de Gobernación este “obsequió” a las televisoras permisos de juego y de casinos a cambio de enormes cantidades de dinero en embutes, pero tontamente, estupidamente, en una viaje a Washington ya siendo líder de la bancada de senadores del PAN, declaró que su partido “había apoyado la Ley Televisa bajo presión”, con lo que las televisoras montaron en furia y lo consideraron otro traidor, pues le habían satisfecho a Creel todos sus caprichitos desde que fuera Secretario de Gobernación y  hasta "pagos en especie" recibió de las atractivas bellezas del Canal de las Estrellas, así que Felipe Calderón aprovechó el momento y lo quitó del liderazgo de los senadores del PAN. Javier Corral de manera indirecta, sin la contundencia que exhibe cuando corre en caballo de hacienda, y sin valentía alguna, para decirlo claramente, criticó la destitución de Creel, su entonces gran amigo y protector, pero de manera tan suave que nadie se dio por enterado y ni siquiera se atrevió a acusar al presidente de ello, sino a Televisa y a la maestra Gordillo, que a final de cuentas no tenían capacidad de decisión dentro del PAN.
Otro gran amigo de Javier Corral, fue Manuel Espino, a quien Calderón obligó a renunciar a la dirigencia nacional del PAN, cosa que logró sin esfuerzo, todo mundo sabía que el presidente era vengativo e implacable contra los que se le oponían dentro del PAN, y a pesar de que Manuel Espino intentó defenderse, optó por doblegarse al descubrir que sus amigos y aliados lo ignoraban o francamente lo habían traicionado, entre ellos estaba el acomodaticio de Javier Corral. 
Germán Martínez Cazares, uno de los niños de Felipe, ya instalado en la silla de Manuel Espino le exigió la renuncia a Javier Corral Jurado como miembro del CEN, quién  renunció de inmediato diciendo frases zalameras a Germán Martínez, después dijo que Germán le quería dar “otras comisiones pero que (él) no las aceptó”, lo cierto es que Germán ni cuenta se dio de que entre los que iban para afuera con el cambio en el CEN estaba el siempre calculador y temeroso chihuahuense.
Nada bueno hizo Germán Martínez Cazares, que se dedicó a destruir toda la estructura democrática del PAN, impuso a sus amigos, a los amigos de Felipe Calderón y a los amigos de los amigos de este último, no había lugar para nadie que no disfrutara de las plenas confianzas del presidente. En este momento, en lugar de protestar por los dedazos y por la imposiciones de Felipe Calderón, el siempre agachado Javier Corral no hizo sino elogiar hasta el descaro al presidente, por eso finalmente Germán Martínez lo palomeó como candidato plurinominal a una diputación para el 2009, y así fue como este gesticulador se arrastró desde el 2006 hasta el 1 de septiembre del 2012, aparentando y perjurando que actúo con dignidad e independencia frente a Felipe Calderón.
En 2010, hizo todo lo indecentemente posible por ingresar al Consejo Nacional del PAN, pero no pudo hacerlo en las convenciones de Chihuahua, porque ya para entonces era de plano un chilango para los panistas de su estado natal, así que su única oportunidad era en la XXI asamblea nacional del PAN en la ciudad de México y para entonces sus meritos de lamebotas en la cámara de diputados ya estaban al alza, tantos elogios a Felipe Calderón ameritaban que ingresara a la corte de los arrodillados que era ya el Consejo Nacional del PAN, pero Calderón dudó de la fidelidad de este solicito lambiscón, le parecía difícil creer que cambiara de grupo tan fácilmente, por lo cual lo castigó engañándolo, haciéndole creer que votarían los borregos por él, pero a la hora de la hora no lo hicieron y se quedó fuera del Consejo Nacional, como esto lo afectaba a él de manera personal, protestó escribiendo un artículo en su página, pero de inmediato lo borró, hablaba de una asamblea donde fue engañado y donde todo fue fraude e impudicia, pero esa página, quizás la única crítica en seis años, fue borrada por el mismo Corral, que acostumbra a subir artículos y después calculando las consecuencias de ellos, los borra, es el caso del artículo "Creel, Josefina y Cordero, la sucesión en marcha" donde colmaba de elogios a Calderón .
Para entonces ya Televisa se había dado cuenta la clase de sanguijuela que era Felipe Calderón, Emilio Azcarraga ya sabías que su amigo el presidente le había jugado el dedo en la boca, por lo que convirtió a Enrique Peña Nieto, el gobernador de Estado de México, como su favorito para la presidencia. Televisa se sentía capaz de asaltar el poder desde el trampolín del PRI, en tanto el PAN se convulsionaba después de que las designaciones de parásitos y arrastrados como candidatos, resultaban improductivas; el PAN se desplomaba, incluso en plazas donde había sido invencible, como en Baja California.
En la feria del autoempleo y de cara a las elecciones del 2012, Javier Corral Jurado sabía que perdería en una elección interna en Chihuahua, pues los panistas de ese estado estan hartos de ser solo la catapulta para los afanes de este astuto trepador político, que hace su carrera en el DF, por lo que valiéndose de su amistad con Gustavo Madero y con Luís H Alvarez, logró que la elección interna fuera "abierta para todos los chihuahuenses que quisieran votar y que contaran con su credencial de elector", la regla era muy sencilla, se colocarían casillas en todo el estado y los chihuahuenses decidirían quien sería el primer candidato de la formula al senado. 
El 19 de febrero del 2012, día de la elección interna del PAN en Chihuahua, Javier Corral Jurado fue aplastado, entonces se quejó de un repugnante “fraude electoral dentro del PAN” cometido contra la democracia panista ( o sea contra él mismo), dijo que a partir de ese momento no cesaría en su lucha por desenmascarar el fraude electoral interno, hasta que sus autores estuvieran tras las rejas y expulsados del PAN, para ello citó a sus amigos periodistas del D.F. para que lo acompañaron en su denuncia.
Entonces Javier Corral, como experto en el PAN se fue a la Ciudad de México, donde sus amigos chihuahuenses del CEN, Gustavo Madero y “don” Luís H. Alvarez anularon las elecciones internas del PAN en Chihuahua y designaron candidato “a dedazo” al mismo Javier Corral Jurado, que milagrosamente se olvidó de la denuncia de fraude contra los panistas que cometieron el “fraude electoral dentro del PAN” en Chihuahua (aquí las pruebas "contundentes" del fradue electoral en todo Chihuahua), a pesar de las amenazas de Corral nadie  fue expulsado ni sancionado, nadie fue a la cárcel, simplemente los chihuahuenses se quedaron viendo como desde el DF les impusieron a Javier Corral Jurado y este, simplemente perdió las elecciones contra el PRI, pero como era el primer candidato de la formula panista derrotada, llegó como senador de primera minoría.
Por cierto que Javier Corral tampoco protestó indignado, cuando expulsaron a su gran amigo Manuel Espino del PAN, ni siquiera le dio las gracias por los muchos favores que de él recibió, tampoco protestó indignado cuando a su otro gran amigo Manuel Clouthier fue vetado como candidato del PAN a Senador por Sinaloa, y nunca, nunca acusó a Felipe Calderón de intervencionista dentro del PAN, tampoco lo acusó de los cientos de fraudes electorales dentro del PAN que cometió a lo largo de su gobierno, tampoco protestó por la forma como Calderón hundió al PAN en la elección para gobernador del 2007 en Yucatán. 
¿A que se debe que un arrastrado, calculador y simulador como Javier Corral Jurado se haya atrevido a acusar al presidente de la República de cobarde y de inepto como lo hizo el 1 de septiembre del 2012? La respuesta a esta cuestionante queda a su mejor juicio, pero en mi opinión ocurrió que como excelente calculador Javier Corral ya sabía que a partir de entonces, Felipe Calderón sería un apestado dentro del PAN, que saldría de Los Pinos como otro expresidente mentiroso y gesticulador, pero además como un pandillero, como un mentecato y por eso, después de seis años de arrastrarse en silencio al paso de Calderón, Javier Corral aprovechó el momento de sinceridad de Felipe Calderón cuando el 28 de agosto lo llamó cobarde, para lanzarse sobre el árbol caído y hacerlo leña, aparentando ante un público escéptico una valentía de la cual carece y una probidad propia ... de un farsante.


Como senador desde 2012 y hasta la fecha ha sido otro bueno para nada, dedicando su tiempo a calcular como quedar en el pandero para otra diputación pluri y luego quizas otra senaduría de partido o de primera minoría. El caso es que eso se le ha complicado, pues perdió las amistades de Santiago Creel, Luís H. Alvarez y Gustavo Madero quienes por distintas razone lo consideran un traido y mal amigo, saben que es ventajista y simula un idealismo que no tiene. Por su parte Javier Corral sabe que lo han descubierto despuésde 25 años de vivir del cuento, por lo que en un acto desesperado para saltar de la nada a un tal vez, se lanzó como candidato a dirigir al PAN, y para ello hizo una alianza precaria con algunos calderonistas y algunos ilusos que andan en el PAN causando lástimas. Javier Corral solo quiere la oportunidad de finalmente merecer otra candidatura pluri y seguir lucrando a costa del Erario nacional aparentando y simulando, hasta que el cuento se lo permita y haya idiotas que le crean.
Me pregunto ¿Javier Corral es un caso de excepción? ¿Es un caso único de abyecta simulación o es el prohombre que ahora personifica al panista? y esto es fácil contestar, pues cuando uno voltea al PAN y lo ve atestado de farsantes, de escaladores y de rateros vulgares, y cuando ve lo mismo en todos los partidos políticos, en todos los gobiernos, y en todas las grandes empresas, entonces debemos suponer que Javier Corral no es el pasado, sino el futuro, el futuro de este pobre país.

Por Antonio Limón López.

EL ROMPIMIENTO



Entre los grandes misterios políticos del siglo XXI se encuentra la denominada “izquierda”, simplemente porque no se ha encontrado en el mundo una sola constante que sea su común denominador, pero si en el mundo encontrar los rasgos constantes y repetidos de la “izquierda política” es una tarea de titanes, en México es simplemente un imposible.
En la “izquierda” mexicana caben con la misma comodidad que en la “derecha”, o en el “centro”, buenos y malos, ricos y pobres, crueles y piadosos, creyentes y escépticos, explotadores y explotados, leones y corderos y se sientan en la misma mesa tanto los gatos como los ratones, hay que decirlo, hay de todo y de todo en cantidades abrumantes, así que pensar en unificar a la izquierda o en dividirla es exactamente lo mismo, un imposible, pues se divide lo homogéneo y la izquierda mexicana etérea, es una invención personal al gusto de cada cual, lo que en la mar de izquierdas personalísimas, es cualquier cosa o ninguna, en realidad nuestra “izquierda” es simplemente una ficción a la medida del que la sueña o del que la explota, del que vive de ella o para ella.
El 9 de septiembre Andrés Manuel López Obrador, se dirigió en el zócalo de la ciudad de México a sus seguidores, quienes concurrieron inquietos ante la estrategia que habría de proponer al público, la cual sería votada a viva voz por los prosélitos del carismático líder tabasqueño, hace seis años convocó a una protesta en forma de plantón en la zona del centro histórico de la capital, ahora se esperaba otra propuesta para combatir al “fraude electoral” cometido en la elección presidencial. El contenido del mensaje se guardó como un secreto hasta que palabra a palabra fue develado por AMLO, los asistentes bebieron cada palabra como si fuera agua para el sediento, repetían cada frase como si fuera el verbo divino, memorizaban cada gesto del hombre que con una blanca y pura camisa oraba por la salvación de la patria, que pedía fe a cada mexicano y que exaltaba el ánimo declamando grandes y míticas frases de los héroes eternos de nuestro olimpo, Juárez, Morelos, Zapata, etc.
Al final de su fervorosa plegaria gritó “Viva México, Viva México, que reviva México” como si fuera a revivir a su tercera candidatura presidencial y no al tercer día, como lo hiciera el mártir del Gólgota, aquel al que no menciona por su nombre, pero es el que realmente anima todos sus actos y sus momentos de pasión o de esperanza. El discurso de López Obrador no solo fue una catarsis, sino también la  epifanía de un nuevo momento en su vida política y por ende en la de sus miles de seguidores, y que consiste en el rompimiento con los partidos que conformaron el “Movimiento Progresista”, PRD, PT, y MC, rompimiento “en buenos términos” pero rompimiento, que como en todos los casos, nunca es en "buenos términos".
La decisión de Andrés Manuel es vital o fatal para “las izquierdas” pues desde el 2001 solo él las mantenía unidas, no por sus convicciones religiosas, ni políticas, ni por su plan de lucha o por su evangélica devoción por los humildes, sino por los enormes dividendos que le ha producido en cada elección, a diferencia de Cuauhtémoc Cárdenas que su éxito fue solo en 1988, el de Obrador se ha repetido cada vez que visita las urnas como candidato de las izquierdas.
Pero hay que decirlo, Andrés Manuel López Obrador es el mejor negocio político de los últimos 11 años, nada ni nadie ha producido tantos dividendos a los partidos que lo han explotado, nadie ha despertado tanto odio ni tanta devoción como este aguerrido combatiente, pero él, a pesar de ser el único motor del PRD, PT y MC, ha vivido solamente de los despojos que estos partidos le han dado a cuentagotas, asi que lo que ocurrió el 9 de septiembre fue un "hasta aquí" un acto de hartazgo. Se hartó de alimentar parásitos, buenos para nada, se cansó de arrastrar a tanto lastre, de empujar a tanto vanidoso indigno, se fastidió de los detritus de la izquierda y finalmente decidió que Andrés Manuel López Obrador sería, en lo sucesivo, única propiedad de Andrés Manuel López Obrador y de nadie más.
Por el momento las cloacas PRD, PT y MC falazmente le aplauden y le desearon todo tipo de éxitos, pero en realidad están sufriendo un rápido cuadro de anemia política, pues sus militantes de a pie prefieren al irreductible López Obrador que a los amarillos mercaderes de la política. Si bien el 1 de julio las izquierdas rozaron el Cielo con la mayor cosecha de votos de toda su historia, lo cual los colmó de diputaciones, senadurías, alcaldías, gubernaturas y dinero a manos llenas, pero el 9 de septiembre sintieron los helados dedos de la huesuda, apretando sus regordetes cogollos.
En todas partes se reconoce la decisión de López Obrador que no llamó ni a la huelga, ni se proclamó “Presidente legítimo”, sino que planteó un rompimiento con las pandillas partidistas, una postura crítica frente a la peor cara del poder, la de las cúpulas dirigentes de los corruptos partidos políticos, pero en este caso con los que conformaron el precario "Movimiento Progresista". 
Con este paso quiere ser dueño de su propio destino, por lo que si logra constituir a MORENA como su propio partido político, entonces en el 2018 podrá maniobrar sin pedir permiso a ningún patán, asi fuera "el carnal Marcelo" pues si bien su partido tendrá, como todos, los infaltables "juanitos", una corte de parásitos, de lacayos y de adocenados, también contará con millones de personas de buena fe que sinceramente confían en él, esto es un caso único de confianza ajeno a todo partido político mexicano, al punto de que es algo sorprendente y nada tiene que ver con la "izquierda" real ni con la mítica, ni con ninguna otra de las inexistentes geometrías políticas, es algo que solo tiene que ver con la fe, pues Andrés Manuel López es un solitario rayo de esperanza para millones y hasta los que no coincidimos con él, debemos admitir que en un país de escépticos, pusilánimes y acomodaticios, López Obrador camina paso a paso, pero con firmeza y con rumbo, por el duro sendero de las derrotas ... sin perder la fe.  

Por Antonio Limón López



UN VERDADERO TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


En torno a la sentencia dictada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el 30 de agosto DEL 2012, en el Juicio de Inconformidad SUP-JIN-359/2012, planteado por la Coalición “Movimiento Progresista” que postuló a Andrés Manuel López Obrador como su candidato a la presidencia de la República, se han tejido historias ficticias, descalificaciones injustas y apreciaciones a ciegas. Como ocurre de ordinario en México en los temas jurídico políticos, en estos casos todo se obscurece y para mayor desgracia, se enfrentan los bandos irracionales que resultan, desde las orillas opuestas del río y se arrojan puños de barro, incapaces de lesionar a nadie, pero que simulan batallas épicas al tiempo que a todos manchan.

La reforma política del 2007, introdujo en el artículo 99 de la Constitución Política un texto, al parecer, lapidario:
“Artículo 99. El Tribunal Electoral será, .. la máxima autoridad jurisdiccional en la materia ….“II.-Las salas Superior y regionales del Tribunal sólo podrán declarar la nulidad de una elección por las causales que expresamente se establezcan en las leyes.”

El texto fue el producto de complejas negociaciones de todas las fuerzas políticas, es decir de todos los partidos, incluidos el PRD, PT y el ahora MC, entre las personalidades que lo aprobaron se encontraba ni más ni menos que el entonces Senador Ricardo Monreal.

Cuando se supo que ninguna de las causales para anular la votación fueron las que hizo valer el movimiento progresista en su juicio de inconformidad contra el resultado de la elección, todas las críticas y burlas se volcaron contra diputados y senadores del PRD que en 2007 negociaron y votaron esta reforma constitucional, que pretendió limitar las facultades jurisdiccionales del Tribunal Electoral para someterlo a lo que dispusiera la Ley General de Medios de Impugnación en Materia Electoral (LGMIME, en lo sucesivo), siendo estas las únicas supuestas causales de nulidad:
  
“Artículo 77 Bis
“1. Son causales de nulidad de la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos cualquiera de las siguientes:
“a)Cuando alguna o algunas de las causales de nulidad previstas en el párrafo 1 del artículo 75 de esta ley, se acrediten en por lo menos el veinticinco por ciento de las casillas instaladas en el territorio nacional y, en su caso, no se hayan corregido durante el recuento de votos, o
“b) Cuando en el territorio nacional no se instale el veinticinco por ciento o más de las casillas y consecuentemente la votación no hubiere sido recibida, o
“c) Cuando el candidato ganador de la elección resulte inelegible.”

De donde se podía colegir que cualquier argumento distinto a los previstos en este artículo, debería ser descartado de inmediato por inoperante. Pues precisamente los argumentos esgrimidos fueron contrarios a lo establecido por el artículo  99 de la Constitución Política y 77 bis de la ley de medios de impugnación, esto debió ser humillante para el movimiento progresista, pues sus legisladores promovieron y votaron tanto las reformas  legislativas como las constitucionales, que a la postre los llevaron al patíbulo; Sin embargo el movimiento progresista acusó al Tribunal Electoral de “desertar de su condición de Tribunal Constitucional” al supuestamente concretarse a las causales del 77 bis y hacer caso omiso de las violaciones al sistema constitucional.

Para mayor enredo, por diversas razones comparecieron al juicio un grupo de empresas de televisión y de medios, como terceros interesados, quienes a una voz pidieron se confirmara el resultado de la votación del 1 de julio en virtud de que ninguno de los argumentos del Movimiento Progresista se apegaba a lo ordenado por el artículo 99 constitucional, y los artículos 77 bis y 75 de la LGMIME, pues solo se habían anulado 524 casillas de las 143,435 casillas instaladas, lo cual no llegaba ni al 1% de esas casillas, resultando por ello las acciones de nulidad inoperantes.

La reforma perredista se volvía como una espada contra sus creadores, al fundar el juicio más importante con argumentos contra la reforma, al mismo tiempo el movimiento progresista desató una campaña confusa contra el tribunal al que acusó de omiso en su papel de intérprete no solo del principio de legalidad, sino del principio de constitucionalidad. Todo un enredo mayúsculo ¿Pero en que quedó todo esto?

Lo que en realidad ocurrió sobre este tópico, es precisamente lo único que no se ha dicho, ni en los medios de prensa, tampoco lo han expresado los partidos políticos y parece el secreto mejor guardado del 2012, y que consiste en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación optó por ceñirse a la argumentación constitucionalista del Movimiento Progresista, es decir le dio la razón a plenitud, pues consideró que el tribunal tiene plena jurisdicción para resolver cualquier argumento que vulnere a la elección, sin someterse al candado del artículo 99 constitucional, en pocas palabras, la reforma del 2007 que campanudamente ordena:   “II.- Las salas Superior y regionales del Tribunal sólo podrán declarar la nulidad de una elección por las causales que expresamente se establezcan en las leyes.” Vale un comino, un cacahuate, no vale la tinta en que se escribió, es otra reforma necia en la abotagada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

A este respecto el tribunal se explayó mencionando los principios constitucionales y su preeminencia sobre los puramente legales, así como la obligación del tribunal de acatar los tratados internacionales suscritos por México, en particular los que dan sustento a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo que solo reproduzco un párrafo de la sentencia, pues esta se escribió sobre 1346 hojas tamaño oficio:

“Al respecto, esta Sala Superior consideró que los planteamientos relativos a la nulidad de la elección por la violación de principios constitucionales no deben ser rechazados  a priori por inoperantes, con base en la sola circunstancia de referirse  a irregularidades que no se encuentren previstas explícitamente en normas secundarias como causa de invalidez de una elección, pues si bien el artículo 99, fracción II, de la  Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, impone la obligación a las salas del Tribunal Electoral para no declarar la nulidad de una elección sino por las causas que expresamente estén previstas en la ley, ello no implica una prohibición para que dichas salas, como autoridades de jurisdicción constitucional, puedan analizar si una elección, como proceso en su conjunto, es violatoria de normas constitucionales. Lo anterior es así, dado que la atribución que tienen asignadas las salas del Tribunal Electoral en la norma fundamental, conlleva el garantizar que los comicios se ajusten no solamente a los principios de legalidad sino también a los de constitucionalidad, de modo tal que cuando se realice un estudio para constatar que el proceso electoral cumplió con los principios constitucionales, podrá determinar si la elección es válida o si la misma carece de validez, para los efectos de mantenerla subsistente o no respecto de la renovación de los cargos públicos.”

A final de cuentas el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró improcedente el juicio de inconformidad planteado por la Coalición Movimiento Progresista, pero lo hizo en apego a otros aspectos distintos a este. Es tranquilizador el fallo, pues de sus argumentos se desprende que la puerta sigue abierta para invocar, lo que en términos rancheros, llaman nuestros especialistas en materia electoral la “causal abstracta” de nulidad, que fue precisamente la que se pretendió extirpar de nuestro sistema con la reforma política del 2007 al artículo 99 constitucional, fracción II y que como ahora sabemos, no se logró, ni se logrará jamás.

Es una vergüenza la situación en que tenemos a nuestra constitución política, como un basurero de ocurrencias y puntadas, donde diputados y senadores de nula calidad intelectual y moral provenientes de todos los partidos políticos, irresponsablemente y sin reflexionar,  la reforman y adicionan constantemente a lo idiota pero por fortuna, al menos en este caso, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no se dejó sorprender por tan despreciable estirpe, e hizo valer los fueros de la Constitución por encima de las ocurrencias de nuestros “parlamentarios” comportándose en en este caso, en la mejor tradición de justicias.

Por Antonio Limón López


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