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BENITO JUAREZ Y AMLO


Pocas oportunidades tenemos de conocer a un personaje histórico, sobre todo en un México pletórico de grandes personajes y grandes hombres ignorados, gracias a la obra del historiador José Fuentes Mares sobre Benito Juárez García, ya que nos dio cuatro grandes libros sobre él, el primero se intitula "Juárez y los Estados Unidos" y sucesivamente otros tres libros más son, "Juárez y la Intervención" "Juárez y el Imperio" y "Juárez y la República" todos ellos libros capitales sobre quien fuera presidente en varias ocasiones, entre el 21 de enero de 1858 y el 18 de julio de 1872, y que se publicaron sucesivamente esos libros el primero en 1960, y sucesivamente 1962, 1963 y 1965 por la Editorial Jus, que con ello aportó históricamente lo necesario para conocer la vida pública del prócer mexicano.
Andrés Manuel López Obrador menciona a Benito Juárez con tanta frecuencia, que me parece algo inocente, como la mención que escuchamos en voz de quien carente de buenos argumentos citan a Juárez porque le atribuyen toda la sabiduría, y entre ellas dicen aquella que les permita ganar la discusión aunque la frase sea falsa, cursis e incluso la mas ridícula. Entonces lo consideré algo normal dado que a falta de verdad, suele rellenarse todo con mitos y cuentos. Confieso que no le di mayor importancia.
Sin embargo, el tiempo y la persistencia en Benito Juárez por nuestro Presidente poco a poco fue llamando mi atención, constantemente mencionaba al Benemérito de las américas viniera o no al caso, y poco a poco empecé a notar las similitudes entre nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y Benito Juárez García, y no el personaje imaginario, sino al Juárez verdadero. Este descubrimiento a la postre da no solo para escribir un artículo, sino un libro y varios informes ... forenses.
El primero parecido entre ellos, es una virtud que ambos tienen y que en términos claros hay que decirlo, su gran valentía, pues si bien Juárez contaba con Estados Unidos en su apoyo, nuestros vecinos no era como hoy, y si bien se sabía de su superioridad militar que había quedado clara hacía poco tiempo en la Guerra México contra Estados Unidos, donde gracias a la traición de los liberales, este obtuvo la victoria, pero los problemas de EEUU y la nueva generación militar mexicana, estaba  desafiando al coloso del Norte y Benito Juárez se jugaba realmente la vida en cada trance, incluso fue detenido en Guadalajara y los militares conservadores le perdonaron la vida a Juárez que se daba por muerto ante el pelotón de fusilamiento. En el caso de López Obrador debe recordarse que si bien no se jugaba la vida, si Vicente Fox y sus aliados planearon su desafuero y posterior detención, para así sacarlo de la candidatura del 2006 y a la "mala" ganarle, López Obrador no se acobardó y dio los pasos necesarios y valientes para salir de la sórdida acusación y fue candidato, más que nada por la cobardía del Presidente Fox.

En segundo lugar ambos pensaron que trascenderían la historia de México, pues tanto Juárez como nuestro actual Presidente han dejado constancia de que su presidencia y su persona habría de quedar plasmada en la historia, del primero consta su correspondencia personal y la idea que justificaba su largo periodo presidencial -14 años- y que justificaba con un argumento que todo buen dictador debe recitar "Que es necesario para lograr la estabilidad (o cualquiera que sea el bien superior de la patria)" Constan en cambio en López Obrador sus frases tan frecuentes en su activismo político, dotadas de una especie de superior mesianismo que le ganaron el mote en burla del "Mesías tropical" también insultante a quienes creen en el verdadero Mesías, pero muy ejemplificante de los resortes que mueven a este hombre.
Ambos, en tercer lugar, fueron y son profundamente religiosos, Benito Juárez que cuando fue gobernador de Oaxaca cargaba a lomo la imagen de la Virgen de Guadalupe en las procesiones, porque era necesario en ese momento, y López Obrador que se da escapadas para asistir a los eventos religiosos propios de un "Evangelista" que es la religión que profesa, aunque no tiene inconveniente en asistir a las ceremonias religiosas católicas, por la misma razón que lo hacía Benito Juárez "Porque era necesario en ese momento". Ambos poseen una religiosidad muy mexicana, la de las clases gobernantes, son creyentes mientras esto no ponga en riesgo la chamba o garantice seguir en ella.
Tanto Benito Juárez como López Obrador desprecian la Democracia, es algo que tienen en común, pero que coinciden en esto con los demás partidos políticos y en general con el mexicano "bien nacido", que la ignora cada vez que la ve aproximarse, todos los partidos son enemigos de la Democracia, incluso el PAN y Calderón que escupieron sobre ella cuando pudieron imponerla, ya no se diga de los demás partidos que nacieron como hijos directos del PRI, educados por la conveniencia, el pragmatismo y la carencia de todo tipo de moral política firme. 
Juárez y López Obrador descubrieron que el supuesto amor por la Democracia es puro cuento, y si los demás a la hora en que debieran ser firmes son cobardes en cuanto a la Democracia, entonces no existe ninguna razón para ser demócratas, de ello dan cuenta los muchos años que duró en la Presidencia Juárez y que gracias a una angina de pecho (Ataque cardíaco) fue sacado convertido en un fiambre de Palacio Nacional, por su parte AMLO ha demostrado su desprecio por la Democracia, donde incluso las elecciones de MORENA terminan en un San Quintín, en imposiciones como la de Yeidckol o la Sra Piedra Ibarra, o se eligen mediante tómbola, con lo cual se garantiza que los miembros de MORENA sean una porra descerebrada y sin compromiso demócrata.
Ninguna de las virtudes y defectos que unen a Benito Juárez y a López Obrador es superior a su comprensión verdadera y auténtica del "pueblo", nadie como ellos dos entienden a su pueblo en su grandeza de lo innecesario, en su generosidad absurda porque dan lo que necesitan para vivir y están dispuestos a matarse por lo superfluo o lo que no entienden, en su sentido del honor y de la palabra mal empeñada pero sostenida al precio de su vida.
Juárez y AMLO han deseado hablar y entenderse con el pueblo, por encima de cualquier cosa, de la Ley, de la Constitución o del sentido común, sólo ellos son capaces de interpretar al "pueblo" de hablar por él y de sentirse seguros con él, porque solo él los legítima a seguir mientras sea necesario, la frase de López Obrador lo dice todo "Sólo el pueblo salvará al pueblo" por lo tanto es normal ofrendarse a él, así sea en un plebiscito revocatorio o si se puede ¡Que sí se puede! en pisotear las leyes y la constitución en aras del "pueblo bueno".
También los dos recurrieron y en el caso de AMLO recurre a la mas espantosa demagogia, Juárez es vitoreado por frases que nunca dijo, como esa de "Entre los hombres como entre las naciones el derecho ajeno es la paz" y cualquiera que un buen demagogo invente para hacerle a decir, en ese orden López Obrador ha hecho frases supuestamente de Benito Juárez que se le ocurrieron al calor de las emociones y hacer cosas imposibles, como eso de decir que Benito Juárez se casó con la segunda esposa de Porfirio Díaz, en realidad algo para morirse de risa o de vergüenza, pero que a él no le importan en lo más mínimo.

A Benito Juárez no lo va a juzgar la historia, ya lo juzgó, no creo que vaya a cambiar en nada su imagen a pesar de ser un mito, otro mito más. Andrés Manuel López Obrador es quien tiene el futuro de su propio mito en mayores dificultades, debe tomar en cuenta que el mundo ahora no es como el que Juárez vivió, pero la critica sobre López Obrador no será por la vía de la Democracia pues como ya se ha dicho, el mexicano siente asco cada vez que ve a la Democracia aproximarse, también sus decisiones y la necedad en sostenerlas, es algo que el mexicano aplaude como aplaudió antes a los ex presidentes necios, algo sin embargo puede causar estragos en el futuro de López Obrador y es que Juárez como error no cometió y nunca cometería.
El gran error de López Obrador es en realidad una gran virtud, una virtud que puede acabar con él y con su legado, es una virtud que no tuvo en su oportunidad Benito Juárez y gracias a cuya ausencia y al apoyo norteamericano, Juárez es hoy héroe en México y Estados Unidos, pero al tener López Obrador esa mala virtud, AMLO esta en gran peligro, Juárez primero que nada hizo, fue vender a sus amigos los bienes de la Iglesia a precios de regalo y así formó una clase empresarial grande, ahí nacieron las haciendas, donde el hacendado era dueño de los indios esclavizándolos, el empresario juarista tomó las reducciones de la Iglesia y esclavizó a quienes vivían en ellas, en las ciudades las iglesias fueron destruidas por la picota de la Reforma y surgieron almacenes y changarros sobre sus escombros, así que cuando tuvo problemas en la República contaba con esos nuevos ricos, extraordinarios ricos para protegerlo, a sabiendas de que estaban mas que comprometidos con él, en cambio AMLO no ha creado su clase de ricos, es para su desgracia un hombre honesto, el rico mas notable al cual se aproxima es Carlos Slim dueño de las  comunicaciones, de las tuberías, de los cables, de bancos, de casas de bolsa, manejador de afores y uno de los hombres más ricos del mundo, al cual López Obrador admira pero que es un rico que se debe a Carlos Salinas de Gortari, a Fox, a Calderón y a Peña Nieto, en un momento de infortunio de AMLO, por el año 2013, ni le contestaba el teléfono al de Macuspana.
La ausencia de "changarros" a cuenta del dinero del Erario es una de las fortalezas de todos los gobierno del PRI y del PAN, pero no es un gran negocio de López Obrador, todos los ricos son en alguna medida sus enemigos o pertenece su lealtad a otros sexenios, por mucho tiempo que pasen en las oficinas de Alfonso Romo, tienen doscientos años jugando a su propio interés y este gobierno o es una presa de su ambición o lo van a destruir. AMLO es su enemigo, pues acabó con los negocios que habían armado a lo grande o a lo pequeño, pues no solo acabó con los grandes negocio, sino también acabó con los negocios pequeños, con los "changarritos" como las asociaciones civiles y ahora se rinde ante sus enemigos los huachicoleros. Tiene empleados en todas las cámaras, pero con raras excepciones saben quienes son sus enemigos y como contrarrestarlos, es un defecto de México no de López Obrador y este pagará por ellos.


Por Antonio Limón López.


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DIFÍCIL SER OPTIMISTA.


En nuestro país el supuesto avance manifiesto en los "grandes cambios", ha sido el producto de negociaciones en que la sociedad ha dado pasos hacia delante y los partidos políticos han sido los negociadores. A fin de cuentas México no se encuentra profundamente enemistado entre sí como Estados Unidos o casi cualquier lugar de Europa, la sociedad mexicana ha reclamado de cuando en cuando y los partidos políticos, han negociado para su propio beneficio esos reclamos.
Si vemos con atención, la época de los grandes cambios, sin hablar de la "Revolución" y el periodo "Cardenista" en los cuales Estados Unidos dictó y escribió la historia mexicana a su gusto, los mexicanos en aquel 1988 quisimos cambiar nuestro presente de farsa electoral y política por un poco de veracidad y de Democracia, votamos y el PRI y el PAN traicionaron al pueblo, se sentaron en lo oscurito a negociar el "nuevo sistema". 
Hoy sabemos que aquellos cambios no fueron gratuitos, sino que fueron en parte el producto de una parte del profundo rencor social, y por otra de los partidos, debido a que los dirigentes del PAN supieron sacar beneficios por la debilidad del salinismo en solitario.
A pesar de todo se crearon visos de un "nuevo" estado, ahí nació el Instituto Federal Electoral, un nuevo acuerdo electoral que ha funcionado hasta ahora, y de ahí también surgió el Estado con organismos "ciudadanizados" y supuestamente no controlados por el Ejecutivo, entre ellos los que llegaron un poco después siguiendo ese modelo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Federal de Telecomunicaciones de México y otros, pero hasta ahora dos han sido las joyas de la corona, el ahora INE, antes IFE y la CNDH.
Joyas de la corona, porque dieron al gobierno dos entidades que ante el mundo otorgaron prestigio a México que ya no quedaba como el ladrón del patrimonio de su pueblo, aquel que teniéndolo todo lo ha despilfarrado en cuentas secretas y fideicomisos extranjeros de oprobio y riqueza para sus jefes de gobierno, tanto del gobierno federal como de los gobiernos estatales.
El nuevo gobierno, nacido en 2018 es fruto de una inconformidad similar a la de 1988, y ha creado un gobierno que considera su antonomía al gobierno de Salinas de Gortari, a los del PRI y a los del Partido Acción Nacional -cosa que encuentro justificada- pues ambos gobiernos, tanto el del PRI como el de su emulo el del PAN, han sido máquinas de latrocinio y robadera, al cual se justifica e incluso se hace necesario poner un alto, pero en este caso el buen diagnóstico, no coincide con el buen pronóstico.
Pues por principio ha seleccionado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde la renovación de su Presidente ha  sido buen pretexto para imponer en su lugar, a una de sus mas conspicuas fanáticas, solo por el afán de tener a una de sus compinches y nada más. 
Es cierto que el anterior dirigente formaba parte de una mafia política, la de la UNAM, que se ha dedicado a robar en la máxima casa de estudios y donde ha podido, pero no es justificación que por poner limite o fin a una estirpe ladrona, se va ha imponer a otra aunque sea la de sus lacayos y que desacate a la propia ley.
Ha quedado en claro que el modelo que hicieron en 1988 para que ciertos organismo quedaran a salvo del poder del ejecutivo, no lograron su objetivo, la independencia, pues los dejaron en manos de los partidos de ladrones y cuando estos perdieron como ahora su poder, pues perdieron el poder para imponer a los presidentes de esos organismo, o sea que nos vieron la cara.
El nuevo gobierno se impone en la Comisión Nacional de Derechos Humanos con la misma naturalidad que se impone en cualquiera de las áreas de su gobierno central y de nada vale eso de "organismos autónomos", y manda al diablo a los dirigentes de los partidos rateros del PAN, PRI y anexos, con lo cual demuestra que nada hemos cambiado.
El gran problema, y ya esta próximo el cambio de altos mandos del Instituto Nacional Electoral, el gran organismo creado como "organismo autónomo" en 1990, hijo del proyecto iniciado en 1988  y que se ve como un despojo de aquel que fuera, pues ahora ha entrado en connivencia con los partidos políticos mafiosos que nos han gobernado desde aquel año.
Contra la Democracia, el Instituto Nacional (antes, Federal) Electoral, ha sido cómplice de todos los partidos políticos en sojuzgar a los militantes, permitiendo que sean las dirigencias nacionales, las que impongan a los miembros de los partidos políticos candidatos a "dedo". El organismo electoral ha sido y es, un cómplice a precio muy caro de los dirigentes partidistas, por imponer a los candidatos sin darles a los militantes la facultad de hacerlo, reservando la propiedad de los partidos y los dineros que el pueblo da en cada año.
Por eso el INE merece un cambio radical, o una muerte inmediata, a condición, siempre ha condición de que quien emerja en su lugar, sea un organismo electoral que coloque encima de cualquier otra meta a la Democracia, y obligue la los partidos a elegir como candidatos a aquellos que hayan ganado las elecciones internas, que estas sean normales y claras, que no necesiten de convocatorias amañadas y cuya elección sea con padrones abiertos a todos y claros. Si es así, bien vale mandar por un caño al IFE, pero si solo es para quitarles el dineral que ganan los actuales, para poner a otros que sigan recibiendo el mismo dineral, y que no haya cambio, mejor que no lo hagan.
Desgraciadamente Andrés Manuel López Obrador, que es hijo del PRI, que eligió al PRI en lugar de las víctimas de 1968, no cree en la Democracia, sino solo en cuanto a él en lo personal lo beneficia, no promete el cambio del INE por razones dignas, sino por simple espíritu de pandilla. 

Ha impuesto en plena farsa a la actual dirigente de Morena, y su partido por su influjo a impuesto a tómbola a sus candidatos, con lo cual demuestra un perfecto desprecio a la vida democrática.


Por ello es difícil ser optimista, si el que se va y el que llega son lo mismo.

Por Antonio Limón López.
@antoniolimon
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UNA EDAD MEDIA EN MÉXICO


Siempre me divirtió eso a lo que Diego Fernández de Cevallos llamó “El Bronx” en la Cámara de Diputados, precisamente cuando fue legislador entre 1991 y 1993, año en que pidió licencia para ser candidato del PAN a Presidente de la República y que vendió, por un plato de lentejas a Ernesto Zedillo Ponce de León.

“El Bronx” al cual bautizó con su chispa “El Jefe”, era el mayor núcleo priista en la cámara y se destacaba por su certeza en el voto, su pobreza intelectual y ser el relleno que el PRI necesitaba para ganar todas las elecciones e imponer su mayoría ciega, acéfala, y descerebrada de partido mayoritario.
Ha pasado el tiempo, Diego Fernández de Cevallos es ahora un comentarista de "Milenio Televisión", donde paga una buena cantidad a la empresa televisora por proyectarlo en la caja idiota. Ha pasado el tiempo y el PRI casi ha desaparecido, no tiene “Bronx” ni “Quinta Avenida”, es una minoría entre las minorías, nada aporta a México salvo su olor a muerto.

Pero sigue existiendo “El Bronx”, que ahora es de Morena y que es idéntico al Bronx priista, se guía por los mismos principios y tiene los mismo fines. Es una desgracia que todos los partidos tengan una mayoría acéfala pero votante fiel, sin importar los colores ni la época, ahora es 2019, pero como si fuera 1993. Estamos como siempre, en el gobierno de los peores.
Es justo comprender el grado de ofensa que despierta El Bronx en pleno gobierno de mayoría de Morena, la ofensa que despierta el panismo que despreció todas las oportunidades de cambiar y prefirió ser idéntico al PRI. Es justo comprender el grado de ofensa en que vivimos en aquel remoto 1993, en el 2003 y ahora en el 2019.
Pero la pregunta subsiste ¿Por qué existe “El Bronx”? Tal vez porque nunca hemos sido una mayoría racional, pensante, acaso porque nuestros partidos llámense PRI, PAN y ahora MORENA no tienen nada, porque son como El Bronx: ciego, acéfalo y descerebrado.
Nada hemos avanzado, y en estos momentos recuerdo a “El Cortesano” publicado en 1528 por el Conde Baltazar Castiglioni; Un libro tan importante como “El Príncipe” en su especialidad y que nos refleja la preocupación medioeval porque los hombres de Estado, los cortesanos tuvieran una educación superior, para que gobernaran con dignidad.
Contiene una serie de discusiones o intercambios de ideas entre el propio autor y algunos miembros de Corte de Urbino, que debió ocurrir al final de 1498, entre Castiglioni, Isabel Gonzaga, Emilia Pía, también la esposa de Antonio de Montefieltro, el Sr. Pietro Bembo, Bernardo Bibbiena, y ni más ni menos que Juliano de Médici y otra decena de prohombres, sobre las virtudes de “El Cortesano”, o persona que a la postre era persona de Estado, y se enumeran las virtudes, entre las cuales sobresale la igualdad, pues se desecha el ser noble, debe ser valiente y diestro en las armas pero no ser un hombre de armas, pero estar dispuesto a luchar por sus ideas, debe rehuir a la ostentación innecesaria, a la afectación, condenan la pedantería de las palabras rebuscadas y el uso de una sabiduría falsa. En fin, una serie de virtudes y autocontroles que tienen como finalidad la de ser sencillos, dar lo mejor de uno mismo y contener lo peor de los demás.
El 12 de noviembre recién pasado, en el más absoluto desaseo, el Bronx volvió a imponer la decisión del Presidente López Obrador, pues a este no le importó, ni a su bancada le importó la imposición contra la Ley de la Señora Rosario Ibarra de Piedra en la Dirección de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cámara desde donde se burló de la oposición y de los restantes candidatos a dirigir la comisión. 
El Bronx que rige ahora en nuestras cámaras legislativas es lo contrario a lo que hombres y mujeres de la Edad Media sostuvieron como el ideal del Cortesano y Caballero y de la Dama gentil. Ese debate y esa grandeza nos ha faltado y nos sigue faltando, pues no admiramos ni deseamos la superioridad intelectual y moral en nuestras cámaras, ni en nuestros funcionarios sino la pequeñez y la intrascendencia de estos, no admiramos la disposición a defender su punto de vista, sino la sumisión al punto de vista impuesto por los dirigentes ¿Para qué tanto inútil en nuestras cámaras? ¿Sólo para ganar votaciones y para premiar con una chamba a los peores?

Por Antonio Limón López.
@antoniolimon  

LAS LECCIONES QUE APRENDIMOS CON EVO.


Todos los días los maestros dan miles de lecciones, son lecciones que a su vez han aprendido de la historia, de la Ciencia y de su vida misma, aspiran a que sus alumnos aprendan lo que otros han sufrido, lo que la Ciencia ha descubierto, o en su caso, a enseñar lo que su propia experiencia les ha mostrado, no quiere decir que el destinatario de esa lección, el alumno, vaya a aprenderla, quizás no le interese, o le interese muy poco, pero en todo caso, todos podemos aprender.
Evo Morales, ex presidente de Bolivia nos ha dado su lección y hay que admitirlo, es una gran lección, de la misma manera que un maestro, que la historia o la ciencia misma nos muestra, Evo nos ha mostrado un rostro inédito sobre la república, el pueblo y la Democracia que por primera vez y tenemos la oportunidad de conocer en este siglo.
A diferencia del pasado, en que no importaba cualquier razón o sin razón, y que tampoco importaba la democracia, el gobierno de Evo Morales se cimentó en una elección democrática, y en un gobierno que sin duda fue un gran gobierno, supo aprovechar la época en el mundo de los grandes yacimientos de materias primas que Bolivia tiene en abundancia, y con la dosis de honestidad necesaria, supo salir de la miseria y colocó a su pueblo en una etapa superior, no de riqueza, pero si distribuyó mejor la riqueza y dio a millones una oportunidad de salir de la pobreza y llegar a la clase media. Sin duda un gran logro.
Gran cambio para Bolivia, pero también ocurrió un cambio para Evo Morales, que de trabajador y luchador harto, que supo canalizar su afán de cambio en la Democracia, en la elección pasó en casi 24 años a considerarse indispensable. Un viejo mal que ha lastrado las democracias latinoamericanas, un viejo mal que encontramos en Porfirio Díaz, que envejeció en el poder y llegó al extremo de considerarse indispensable para resolver todos los problemas en México, un viejo mal que también tuvo Benito Juárez que duró casi veinte años en el Poder y para el cual, siempre hubo motivo para retrasar las elecciones democráticas que lo sacarán de Palacio Nacional, hasta que una angina de pecho puso fin a su vida.
Evo también se consideró y se considera “especial”, pero simplemente el pueblo boliviano se cansó de verlo en el poder, a pesar de su juventud, a pesar de sus buenas razones, a pesar de todo se cansó de verlo en el Poder. También él equivocó sus aliados, tendiendo a los mejores al alcance de su mano, teniendo al partido, teniendo a sus militantes, teniendo a sus aliados civiles, eligió mal, eligió a los militares, los mismos a los que pidió reprimieran a su pueblo, los mismos que intentaron fijar un cerco sobre ciudades rebeldes pero que no obedecieron, también se eligió a sí mismo y no permitió que su partido eligiera otro candidato en su lugar, eligió a los militares y cuando estos dijeron que “no” y le sugirieron renunciar, ....., renunció.
La gran lección de Evo Morales que sin embargo no supo ver y que terminó por dar y sufrir, fue la de elegir el gobierno civil y nunca depender de los militares, tampoco debió eternizarse en el gobierno alegando que el pueblo “aún lo necesitaba”, pues el siglo XXI a diferencia de los anteriores, el pueblo puede reaccionar contra el “eterno servidor” y demostrar que es muy frágil, y peor si termina por aliarse a los militares que tranquilamente pueden enviarlo al exilio o a algo peor.
Desde luego que al darle el Poder máximo al Ejército, terminó por ser expulsado por el Ejército, y que al convertir a la sociedad en débil, a la postre acabó con los ejes democráticos de su poder y en unas cuantas horas, partió para el destierro.
México y López Obrador deben aprender de Evo Morales, quien ahora que es nuestro asilado y debe comportarse como tal, como un asilado que respeta nuestra amistad con el pueblo y gobierno de Bolivia, al cual seguimos honrando con nuestro aprecio y con nuestra amistad. Atrás queda el gobierno de Evo Morales, pero adelante sigue el gobierno de Bolivia con el cual seguimos teniendo amistad y reconocimiento a plenitud.
        
Por Antonio Limón López.
@antoniolimon

LA CRISIS EXISTENCIAL DEL PAN EN BAJA CALIFORNIA.


Acción Nacional renunció a la democracia en Baja California, y por desgracia transmitió ese mal ejemplo a nivel nacional. Ahora sufre las consecuencias de un partido vertical, donde sus militantes no importan ante los dirigentes.
En todos los partidos políticos existen demonios. Algunos son tímidos o tranquilos, pues han sido domesticados por decenios de sumisión, como es el caso de los priistas. Otros, como en el caso de los del PAN, se han acostumbrado a la vara del domador y carecen de los colmillos y garras que en el pasado tuvieron.
Antes de cualquier otra cosa, es necesario conocer al Partido Acción Nacional de Baja California, que debutó en el estado en 1953, con Francisco Cañedo como candidato a Gobernador, y que en 1959, Salvador Rosas Magallón ganó las elecciones en una jornada heroica, donde ahora es víctima de nuestra desmemoria, a pesar de que sufrió el primer gran fraude electoral con el que impusieron a Eligio Esquivel Méndez, del PRI.
Desde 1959, el PAN ganó elecciones limpiamente, mientras el binomio “PRI-Gobierno” se empeñó en cometer fraudes electorales, con la anuencia de los grandes empresarios que fueron, en esa época, cómplices de la antidemocracia. Fue hasta que en 1988, que Cuauhtémoc Cárdenas como candidato del Frente Patriótico Nacional obtuvo una alta votación que rompió el bipartidismo, en que Baja California vivía, en el cual el PAN ganaba las elecciones y se sometía ante el hecho consumado del fraude electoral.
Un año después, en 1989, El PAN y su candidato Ernesto Ruffo Appel ganaron la gubernatura, lo cual no era novedad  pero a diferencia del pasado, fue reconocida en Baja California, y dos de cuatro alcaldías. Con ello, se abrió paso a un período de normalización electoral, que fue cercenado por la imposición de candidatos en el PAN, a la manera priista. A partir del 2009, Felipe Calderón repartió ‘dedazos’ e impuso a sus amigos y leales sin respeto a la historia democrática del partido.
El panismo de Baja California influyó al panismo emergente en toda la república desde 1959 y hasta 1989. Desde Tijuana hasta la península de Yucatán. Por desgracia, su renuncia a la Democracia, y su abjuración a esta fue también un pésimo ejemplo del PAN bajacaliforniano para el panismo nacional.
Así el PAN sufre una crisis existencial. El cacicazgo impuesto por Felipe Calderón durante su presidencia de la República entre 2006 y 2012 fue usurpado por Gustavo Madero, y este sufrió igual traición por Ricardo Anaya, un funcionario menor del Gobierno de Querétaro, que fue cacique, presidente nacional del partido y candidato nacional del PAN a presidente en 2018, quedando en un segundo lugar, lejos del candidato ganador Andrés Manuel López Obrador. Ahora dirige al PAN Marko Cortés, un aguacatero, hacendado y multimillonario gracias al aguacate y a los puestos que el PAN ganó en Michoacán.
Felipe Calderón, ante la imposibilidad de reelegirse, decidió imponer a su esposa Margarita Zavala como candidata a la Presidencia de la República, enfrentó a Anaya y contra quien se le opusiera, pero la aventura terminó con la renuncia de la candidata independiente. Ahora ante la convocatoria del INE quiere formar un partido independiente: “México Libre”, con el dinero del multimillonario Bailleres y otros que le deben grandes favores.
No hay duda, el PAN es ahora es un peso ligero, ni su dirigente, ni sus miembros van a volver al pasado, ahora los panistas son secundarios o de tercera importancia para el país. Lejos están los tiempos en que el PAN era una esperanza, ahora es un enigma, porque no se sabe cuándo irá a terminar, cuando será sepultado, cuándo será su triste final.
Lo mejor que podemos esperar, es un PAN renacido, surgiendo de su pasado tal vez tradicional, tal  vez re-editado, o “refundado” como lo quería Calderón en 2012, pero sin duda intrascendente, porque tuvo su gran oportunidad y la despilfarró de manera ingrata.
Hace unas horas acaba de tomar posesión, Jaime Bonilla quien es el primer gobernador emanado del PRI, ahora MORENA, que recuperará su inversión multimillonaria en los siguientes dos años.

POR ANTONIO LIMÓN LÓPEZ.
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