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BENITO JUAREZ Y AMLO


Pocas oportunidades tenemos de conocer a un personaje histórico, sobre todo en un México pletórico de grandes personajes y grandes hombres ignorados, gracias a la obra del historiador José Fuentes Mares sobre Benito Juárez García, ya que nos dio cuatro grandes libros sobre él, el primero se intitula "Juárez y los Estados Unidos" y sucesivamente otros tres libros más son, "Juárez y la Intervención" "Juárez y el Imperio" y "Juárez y la República" todos ellos libros capitales sobre quien fuera presidente en varias ocasiones, entre el 21 de enero de 1858 y el 18 de julio de 1872, y que se publicaron sucesivamente esos libros el primero en 1960, y sucesivamente 1962, 1963 y 1965 por la Editorial Jus, que con ello aportó históricamente lo necesario para conocer la vida pública del prócer mexicano.
Andrés Manuel López Obrador menciona a Benito Juárez con tanta frecuencia, que me parece algo inocente, como la mención que escuchamos en voz de quien carente de buenos argumentos citan a Juárez porque le atribuyen toda la sabiduría, y entre ellas dicen aquella que les permita ganar la discusión aunque la frase sea falsa, cursis e incluso la mas ridícula. Entonces lo consideré algo normal dado que a falta de verdad, suele rellenarse todo con mitos y cuentos. Confieso que no le di mayor importancia.
Sin embargo, el tiempo y la persistencia en Benito Juárez por nuestro Presidente poco a poco fue llamando mi atención, constantemente mencionaba al Benemérito de las américas viniera o no al caso, y poco a poco empecé a notar las similitudes entre nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y Benito Juárez García, y no el personaje imaginario, sino al Juárez verdadero. Este descubrimiento a la postre da no solo para escribir un artículo, sino un libro y varios informes ... forenses.
El primero parecido entre ellos, es una virtud que ambos tienen y que en términos claros hay que decirlo, su gran valentía, pues si bien Juárez contaba con Estados Unidos en su apoyo, nuestros vecinos no era como hoy, y si bien se sabía de su superioridad militar que había quedado clara hacía poco tiempo en la Guerra México contra Estados Unidos, donde gracias a la traición de los liberales, este obtuvo la victoria, pero los problemas de EEUU y la nueva generación militar mexicana, estaba  desafiando al coloso del Norte y Benito Juárez se jugaba realmente la vida en cada trance, incluso fue detenido en Guadalajara y los militares conservadores le perdonaron la vida a Juárez que se daba por muerto ante el pelotón de fusilamiento. En el caso de López Obrador debe recordarse que si bien no se jugaba la vida, si Vicente Fox y sus aliados planearon su desafuero y posterior detención, para así sacarlo de la candidatura del 2006 y a la "mala" ganarle, López Obrador no se acobardó y dio los pasos necesarios y valientes para salir de la sórdida acusación y fue candidato, más que nada por la cobardía del Presidente Fox.

En segundo lugar ambos pensaron que trascenderían la historia de México, pues tanto Juárez como nuestro actual Presidente han dejado constancia de que su presidencia y su persona habría de quedar plasmada en la historia, del primero consta su correspondencia personal y la idea que justificaba su largo periodo presidencial -14 años- y que justificaba con un argumento que todo buen dictador debe recitar "Que es necesario para lograr la estabilidad (o cualquiera que sea el bien superior de la patria)" Constan en cambio en López Obrador sus frases tan frecuentes en su activismo político, dotadas de una especie de superior mesianismo que le ganaron el mote en burla del "Mesías tropical" también insultante a quienes creen en el verdadero Mesías, pero muy ejemplificante de los resortes que mueven a este hombre.
Ambos, en tercer lugar, fueron y son profundamente religiosos, Benito Juárez que cuando fue gobernador de Oaxaca cargaba a lomo la imagen de la Virgen de Guadalupe en las procesiones, porque era necesario en ese momento, y López Obrador que se da escapadas para asistir a los eventos religiosos propios de un "Evangelista" que es la religión que profesa, aunque no tiene inconveniente en asistir a las ceremonias religiosas católicas, por la misma razón que lo hacía Benito Juárez "Porque era necesario en ese momento". Ambos poseen una religiosidad muy mexicana, la de las clases gobernantes, son creyentes mientras esto no ponga en riesgo la chamba o garantice seguir en ella.
Tanto Benito Juárez como López Obrador desprecian la Democracia, es algo que tienen en común, pero que coinciden en esto con los demás partidos políticos y en general con el mexicano "bien nacido", que la ignora cada vez que la ve aproximarse, todos los partidos son enemigos de la Democracia, incluso el PAN y Calderón que escupieron sobre ella cuando pudieron imponerla, ya no se diga de los demás partidos que nacieron como hijos directos del PRI, educados por la conveniencia, el pragmatismo y la carencia de todo tipo de moral política firme. 
Juárez y López Obrador descubrieron que el supuesto amor por la Democracia es puro cuento, y si los demás a la hora en que debieran ser firmes son cobardes en cuanto a la Democracia, entonces no existe ninguna razón para ser demócratas, de ello dan cuenta los muchos años que duró en la Presidencia Juárez y que gracias a una angina de pecho (Ataque cardíaco) fue sacado convertido en un fiambre de Palacio Nacional, por su parte AMLO ha demostrado su desprecio por la Democracia, donde incluso las elecciones de MORENA terminan en un San Quintín, en imposiciones como la de Yeidckol o la Sra Piedra Ibarra, o se eligen mediante tómbola, con lo cual se garantiza que los miembros de MORENA sean una porra descerebrada y sin compromiso demócrata.
Ninguna de las virtudes y defectos que unen a Benito Juárez y a López Obrador es superior a su comprensión verdadera y auténtica del "pueblo", nadie como ellos dos entienden a su pueblo en su grandeza de lo innecesario, en su generosidad absurda porque dan lo que necesitan para vivir y están dispuestos a matarse por lo superfluo o lo que no entienden, en su sentido del honor y de la palabra mal empeñada pero sostenida al precio de su vida.
Juárez y AMLO han deseado hablar y entenderse con el pueblo, por encima de cualquier cosa, de la Ley, de la Constitución o del sentido común, sólo ellos son capaces de interpretar al "pueblo" de hablar por él y de sentirse seguros con él, porque solo él los legítima a seguir mientras sea necesario, la frase de López Obrador lo dice todo "Sólo el pueblo salvará al pueblo" por lo tanto es normal ofrendarse a él, así sea en un plebiscito revocatorio o si se puede ¡Que sí se puede! en pisotear las leyes y la constitución en aras del "pueblo bueno".
También los dos recurrieron y en el caso de AMLO recurre a la mas espantosa demagogia, Juárez es vitoreado por frases que nunca dijo, como esa de "Entre los hombres como entre las naciones el derecho ajeno es la paz" y cualquiera que un buen demagogo invente para hacerle a decir, en ese orden López Obrador ha hecho frases supuestamente de Benito Juárez que se le ocurrieron al calor de las emociones y hacer cosas imposibles, como eso de decir que Benito Juárez se casó con la segunda esposa de Porfirio Díaz, en realidad algo para morirse de risa o de vergüenza, pero que a él no le importan en lo más mínimo.

A Benito Juárez no lo va a juzgar la historia, ya lo juzgó, no creo que vaya a cambiar en nada su imagen a pesar de ser un mito, otro mito más. Andrés Manuel López Obrador es quien tiene el futuro de su propio mito en mayores dificultades, debe tomar en cuenta que el mundo ahora no es como el que Juárez vivió, pero la critica sobre López Obrador no será por la vía de la Democracia pues como ya se ha dicho, el mexicano siente asco cada vez que ve a la Democracia aproximarse, también sus decisiones y la necedad en sostenerlas, es algo que el mexicano aplaude como aplaudió antes a los ex presidentes necios, algo sin embargo puede causar estragos en el futuro de López Obrador y es que Juárez como error no cometió y nunca cometería.
El gran error de López Obrador es en realidad una gran virtud, una virtud que puede acabar con él y con su legado, es una virtud que no tuvo en su oportunidad Benito Juárez y gracias a cuya ausencia y al apoyo norteamericano, Juárez es hoy héroe en México y Estados Unidos, pero al tener López Obrador esa mala virtud, AMLO esta en gran peligro, Juárez primero que nada hizo, fue vender a sus amigos los bienes de la Iglesia a precios de regalo y así formó una clase empresarial grande, ahí nacieron las haciendas, donde el hacendado era dueño de los indios esclavizándolos, el empresario juarista tomó las reducciones de la Iglesia y esclavizó a quienes vivían en ellas, en las ciudades las iglesias fueron destruidas por la picota de la Reforma y surgieron almacenes y changarros sobre sus escombros, así que cuando tuvo problemas en la República contaba con esos nuevos ricos, extraordinarios ricos para protegerlo, a sabiendas de que estaban mas que comprometidos con él, en cambio AMLO no ha creado su clase de ricos, es para su desgracia un hombre honesto, el rico mas notable al cual se aproxima es Carlos Slim dueño de las  comunicaciones, de las tuberías, de los cables, de bancos, de casas de bolsa, manejador de afores y uno de los hombres más ricos del mundo, al cual López Obrador admira pero que es un rico que se debe a Carlos Salinas de Gortari, a Fox, a Calderón y a Peña Nieto, en un momento de infortunio de AMLO, por el año 2013, ni le contestaba el teléfono al de Macuspana.
La ausencia de "changarros" a cuenta del dinero del Erario es una de las fortalezas de todos los gobierno del PRI y del PAN, pero no es un gran negocio de López Obrador, todos los ricos son en alguna medida sus enemigos o pertenece su lealtad a otros sexenios, por mucho tiempo que pasen en las oficinas de Alfonso Romo, tienen doscientos años jugando a su propio interés y este gobierno o es una presa de su ambición o lo van a destruir. AMLO es su enemigo, pues acabó con los negocios que habían armado a lo grande o a lo pequeño, pues no solo acabó con los grandes negocio, sino también acabó con los negocios pequeños, con los "changarritos" como las asociaciones civiles y ahora se rinde ante sus enemigos los huachicoleros. Tiene empleados en todas las cámaras, pero con raras excepciones saben quienes son sus enemigos y como contrarrestarlos, es un defecto de México no de López Obrador y este pagará por ellos.


Por Antonio Limón López.


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