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ALIANZAS Y PACTOS “POR MEXICO”


MIS REFORMAS ESTRUCTURALES I
ANTECEDENTES

El 13 de marzo de 1961, el presidente John F. Kennedy ofreció a los países latinoamericanos la creación de una alianza para resolver los problemas del continente, que como ahora eran el subdesarrollo, la pobreza, las enfermedades endémicas. Entonces existían también otros problemas como el analfabetismo y la carencia de profesionales necesarios para el desarrollo, a estos males de la época, habría que agregar la influencia soviética, dado que Estados Unidos estaba en plena “guerra fría” contra la potencia eslava; a Kennedy le interesaba que sus vecinos fueran sus aliados no solo por sometimiento sino por conveniencia. Esa alianza fue la “Alliance for Progress”.
Los antecedentes de la “Alianza para el progreso” se afincaban  en la experiencia norteamericana, en 1919 esa potencia participó en las discusiones para la paz al termino de la “Gran Guerra” (Primer guerra mundial), su resultado fueron los “Tratados de Paris” que incluyeron clausulas políticas, indemnizatorias, de comercio, financieras, económicas, de industria y de límites territoriales; Estados Unidos entre 1933 y 1938 implantó, su propio territorio el “New Deal” o “Nuevo Trato” por medio del cual se enfrentó a la crisis derivada del “crac” bursátil de 1929, fue un amplio plan con medidas para incentivar la economía norteamericana.
También EEUU participó en la “Conferencia de Yalta” con la que se decidió la suerte de los derrotados al término de la Segunda Guerra Mundial, también celebró el armisticio con el Japón, y por su sola cuenta sostuvo el “Plan Marshall” que alimentó a Europa del Este y posteriormente, se concentró en el desarrollo industrial del imperio del sol naciente, así que los norteamericanos eran expertos en planes de salvación, de recuperación o de estabilización que requerían "pactos" o alianzas con soluciones políticas, técnicas, económicas e incluso militares en el mismo paquete.
La “Alianza para el progreso” no fructificó debido al asesinato, en 1963, del presidente Kennedy, sin embargo gracias a sus preparativos los políticos latinoamericanos conocieron la forma norteamericana para solucionar problemas, algo nuevo, pues hasta entonces Estados Unidos se había concretado a imponer tiranos o a apoyar, en el mejor de los casos a nuestros regímenes despóticos. 
Entre los presidentes latinoamericanos que participaron en la Alianza para el progreso estaban Rómulo Betancourt (fundador  de la OPEP), Fernando Belaúnde Terry, Eduardo Frei Montalva que entregó el mandato presidencial a Salvador Allende, Alberto Lleras Camargo, además de demócratas que fueron sucedidos por dictaduras, como Arturo Frondizi y Jânio Quadros, pero todos tuvieron proyección política internacional y recurrieron a soluciones “técnicas”, a pactos y a alianzas dentro de sus propios países. 
A pesar de malograrse la “Alianza para el progreso”, aportó dos ideas a los gobiernos latinoamericanos: La primera fue la de crear grandes “alianzas” o “pactos” políticos con las partes interesadas en un plano de igualdad y de colaboración sincera y la segunda, la necesidad de que esos “pactos” se materializaran con “reformas” a los sistemas políticos y económicos, para esto colaborarían “políticos” y “técnicos expertos”. Por último, descubrieron el éxito propagandístico de las “alianzas”, pues eran noticia de portada en todos los medios de comunicación de la época, lo que sorprendió a nuestros gobernantes amantes del boato y la pompa.
En 1964 el presidente Gustavo Díaz Ordaz, inició su gobierno en México utilizando el lenguaje que caracterizó a la “Alianza para el progreso”, habló con todas las partes políticas y empresariales, ofreció comicios libres, elecciones limpias, respeto a la voluntad de los electores, una reforma fiscal y administrativa para impulsar los negocios, protección a los fabricantes nacionales y esto fue creído por muchos empresarios y por los partidos políticos de la época, sin embargo en las elecciones de 1968 y 1969 la Secretaría de Gobernación cometió sendos fraudes electorales en Baja California y Yucatán; en la ciudad de México ocurrieron los asesinatos de estudiantes a manos del ejército en la Plaza de Tlatelolco, y el lidero ferrocarrilero Demetrio Vallejo siguió encarcelado en Lecumberri,  por lo que cualquier intención de pacto o alianza democrática se vio traicionada desde la presidencia de la república.
No obstante, el secretario de gobernación Luís Echeverría Álvarez, instituyó en 1969 un programa reformista denominado “Desarrollo Compartido” que ofrecía cambios democráticos y nuevas reglas en favor de las empresas mexicanas, como simplificación de trámites, consolidación de funciones, un sistema de crédito moderno, pero de nueva cuenta, tanto como secretario de gobernación y luego como presidente del país, su gobierno fue centralista y no admitió cambio alguno en materia política, al contrario, intensificó el culto a la personalidad, el presidencialismo, la antidemocracia, las designaciones de candidatos y de gobernantes, el amiguismo y se confrontó abiertamente con los empresarios, los estudiantes, los intelectuales e incluso en el plano internacional llevó una política errática y de sesgo personal.
El presidente sucesor, José López Portillo se benefició con el descubrimiento de la cuenca petrolera “Cantarel”, por lo que México obtuvo grandes créditos para su desarrollo, sin embargo una pésima administración de la riqueza, condujo a una severa crisis con la que cerró el sexenio en medio de devaluaciones y profiriendo amenazas: “Ya nos saquearon. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!”, gritó en su último informe de gobierno. López Portillo imitó a la Alianza para el progreso de Kennedy con sus propias alianzas, ellas fueron, por orden de aparición, la “Alianza para la Producción”, el “Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados”, el “Sistema Alimentario Mexicano” y el “Plan Global de Desarrollo”. Terminó entre gigantescos fracasos y en grandes derroches presupuestales. 
El siguiente presidente, Miguel de la Madrid Hurtado, elaboró tantos o más programas, alianzas y pactos que sus predecesores, en su primer año de gobierno implementó el PIRE (programa Inmediato de Reordenación Económica), debemos recordar  el programa por la “Renovación Moral de la sociedad”, el “Plan Global de Desarrollo” y estableció constitucionalmente el “Sistema de planeación democrática” que da origen a cientos de programas anuales, trianuales, sexenales y de largo plazo, tanto de cada secretaría, de cada organismo público, de cada sector productivo, tanto en la federación, como en los estados y municipios, los cuales constituían monumentales donaciones del gobierno a la industria recicladora de papel, hasta la aparición de los medios digitales. A partir de octubre de 1987 el peso inició un proceso de devaluación que en 1988 acumuló un 3,100%; el peso llegó a cotizarse a 3,200 por un dólar, el papel moneda parecía basura y se pagaban con gruesos fajos de billetes cualquier compra en la tienda de la esquina, el gobierno de Miguel de la Madrid intentó entonces otro pacto, el “Pacto de Solidaridad Económica”, mejor conocido como el “Pacto de agresión”. Ningún otro presidente cometió tantos fraudes electorales, ni tan descarados como este, a su muerte fue honrado por el Presidente Felipe Calderón como si hubiera sido un héroe nacional.
En este punto el desprestigio de los pactos era absoluto, los firmantes eran practicamente obligados a comparecer a la firma de estos pactos por cuyo medio se quería rescatar algo del crédito del gobierno ante los diferentes “sectores” productivos y sociales, parecía que nadie más intentaría firmar uno de ellos, sin embargo estaba a punto de celebrarse el pacto más importante y de mayor trascendencia.
En julio de 1988 los cómputos fraudulentos de las elecciones presidenciales dieron como ganador a Carlos Salinas de Gortari, sus opositores Manuel de Jesús Clouthier y Cuauhtémoc Cárdenas encabezaron una rebelión que amenazó con destruir el anquilosado y antidemocrático sistema político. Para esa época los fraudes electorales eran la principal institución política de México, pero el fraude de 1988 ocurrió en un momento en que el mundo ya no se preocupaba por la guerra entre las superpotencias y por ello, prestó atención al caso mexicano. Para que Carlos Salinas de Gortari se quedara en la presidencia, era necesario el apoyo de diputados ajenos al PRI en el Colegio Electoral. Finalmente el PAN, dirigido por Luís Héctor Alvarez votó en favor de la aprobación de los comicios, esto fue como pago anticipado de un “pacto” no escrito, por medio del cual el régimen reconocería los resultados de proceso electorales limpios e implementaría, de la mano del PAN, una amplia variedad de reformas, económicas y políticas, incluso constitucionales en los temas “tabú” del sistema.
Las consecuencias de ese pacto, fueron de un amplia aliento, casi equivalió a una refundación del país, de inmediato se manifestaron con el reconocimiento a los resultados electorales de Baja California en 1989, en ellos el PAN ganó las elecciones no solo para gobernador sino para munícipes en Tijuana y Ensenada y la mayoría de diputados del congreso, después la oposición siguió ganando elecciones, excepto el PRD, al cual les serían reconocidas a partir de la presidencia de Ernesto Zedillo.
Ni durante el gobierno de Zedillo, ni durante los gobiernos de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón se volvió a mencionar la palabra “pacto”, no obstante siguieron intentándose, pues el presidente Fox supuestamente celebró un “pacto de caballeros” con el PRI para que se aprobaran las “Reformas Estructurales” que había elaborado el gobierno de Ernesto Zedillo y que el PAN había rechazado desde la oposición, pero que ahora consideraba indispensables; el pacto, en el caso de que hubiera existido no cumplió sus fines, las reformas estructurales fueron rechazadas por el PRI y el PRD, llevando al presidente Fox al primero de sus muchos fracasos. El presidente Felipe Calderón con mejor conocimiento de la naturaleza dual del PRI, ni siquiera intentó lograr un pacto para aprobar las reformas estructurales, que eran precisametne las mismas de Ernesto Zedillo.
Con la victoria del PRI en las elecciones del 2012, el presidente Enrique Peña Nieto resucita a los pactos escritos, que ya eran parte de la historia olvidada, pero a diferencia del pasado ahora los convocados no fueron ni los empresarios, ni los campesinos, ni los sectores obrero o popular como era lo normal, sino que convocó a los verdaderos dueños del control político del país, a las cúpulas de los partidos políticos dominantes en las cámaras legislativas federales y locales, es decir a las cúpulas del PRD y del PAN. Este es un pacto que tiene hasta adéndum y con el cual el presidente Enrique Peña Nieto pretende, en realidad, amaestrar a sus "opositores", para lo que pueda necesitar, so pretexto de aprobar “reformas” que realmente conducen al fortalecimiento de la figura presidencial, a la manera del PRI de siempre, pero con nuevos comparsas.   

Por Antonio Limón López

Votos “duros" y "diferenciados” en Baja California.


Las elecciones son, en los sistemas "democráticos", indispensables para elegir a los gobernantes, pero también sirven para analizar el estado de salud de la misma democracia en que acontecen esas elecciones. Nada de extraño tiene esto, pues así como en los tejidos vivos es donde se desarrollan las enfermedades, las elecciones son el tejido político en que florecen los más peligrosos males de la democracia. Es seguro que tanto Louis Pasteur como Benjamín Franklin suscribirían lo antes dicho, sin embargo no basta acudir al auxilio de tan notables hombres de ciencia, uno de la biológica y otro de la política, para que una idea por tentadora que sea, pase por cierta en el escéptico México de nuestros días.
Por fortuna, las elecciones de Baja California en 2013 son propicias para su examen, pues son un tejido todavía fresco que ofrece resultados útiles para revitalizar a nuestra democracia y a sus múltiples complementos. En primer lugar salta a la vista que en la elección para gobernador, Francisco Vega de la Madrid candidato ganador, apenas logró 442,868 votos de los 2, 410, 573 de electores inscritos en la Lista nominal de electores, eso representa apenas el 18.371% de los electores del listado de ciudadanos, el porcentaje mejora un poco cuando agregamos los votos de los contendientes Fernando Castro Trenti, primer candidato no electo con 417,909 votos y Felipe Ruanova Zarate con 48,089 sufragios, por lo que en conjunto los tres contendientes apenas obtuvieron 908,866 votos, o el 37.703% de los electores listados (no se incluyen como votos para gobernador ni a los anulados, ni a los de candidatos no registrados, ni los que fueron sustraídos por los propios electores).
La segunda etapa del análisis consiste en determinar la cantidad de votos “duros” de cada uno de los contendientes, según la fórmula que propongo en ausencia de otra mejor, que es la de definir los “votos duros” como la cantidad de votos que se expresaron consistentemente en todas las elecciones posibles, en este caso tres: gobernador, munícipes y diputados. En este concepto el “voto duro” panista ascendió a 401,325 electores que prefirieron al PAN en las tres boletas. En el caso del PRI, su “voto duro” fue mayor que el panista, pues se elevó a 408,104 ciudadanos que prefirieran al PRI en las tres boletas de la contienda y por último el Movimiento Ciudadano (MC) obtuvo 46,159 votos duros.
En este punto, surge la siguiente cuestión ¿Cuánto representan los “votos duros” en el resultado de las elecciones? La respuesta es también fácilmente expresable en números y porcentajes. En la elección para gobernador, ganada por el PAN, los votos duros de este partido fueron el 90.619% de los 442,868 votos que obtuvo “Kiko” Vega, en tanto que los votos obtenidos por Fernando Castro Trenti para gobernador fueron 417,909, de los cuales el voto duro priista fue el 97.653%. El MC logró la fidelidad de 46,159 votantes “duros”. Esto significa que en la elección para gobernador fueron los votos duros los que representaron la inmensa mayoría de los sufragios, pero no fueron ni los únicos, ni los decisivos.
Es necesario tomar en cuenta que para ganar la elección Francisco “Kiko” Vega, necesitó de 41,543 votos “diferenciados”, esos votos fueron el 9.381% de su votación total. En el mismo caso están los alcaldes que ganaron gracias al voto diferenciado que los prefirió.    
Los “votos diferenciados” son aquellos que provienen de electores que votaron por dos o más partidos políticos. Son “votos diferenciados del PAN” aquellos en que los electores votaron por el PAN y por otro u otras posibilidades electorales, y son “votos diferenciados del PRI”, aquellos en que el emisor de esos votos, optó por el PRI y también por otras opciones electorales.
Los “votos diferenciados del PAN” apenas llegaron a 46,149, que se obtuvieron como el resto o diferencia de la sustracción de los “votos duros” del total “máximo de votos” en favor de ese partido, que ascendió a 447,472 votos. En el mismo rubro los “votos diferenciados del PRI” llegaron a 47,918 votos, apenas 1,769 votos más que el PAN, pues su cielo de “máximo de votos” llegó a 456,022. El MC, obtuvo un total de 26,076 votos “diferenciados”.
Los conjuntos de la elección son dos, debidamente superpuestos, el primero lo forman los votos duros de los partidos políticos y coaliciones, que suman un total de 855,588 votos, más el “voto” anulista “duro” que ascendió a 26,561, y el de los “no registrados llegó a 2,955, por lo que tenemos un gran total de “votos duros” de 885,104 dentro de un universo de 942,598 electores, lo que significa que existieron 57,494 “votantes diferenciados” que votaron por las dos coaliciones, por el MC, que anularon su voto, que votaron por candidatos no registrados y de ellos entre dos mil y cuatro mil se llevaron al menos una boleta a su casa como recuerdo o como "fetiche", todo lo cual es consistente con los datos ya esgrimidos.
Los “votantes diferenciados” prefirieron a Francisco “Kiko” Vega de la Madrid sobre Fernando Castro Trenti, votaron profusamente por el PRI en la elección para presidente municipal de Tijuana, le dieron una votación histórica al MC y siguieron votando para expresar su protesta, anulando su voto o votando por candidatos imposibles como el "candigato" o el "Dr Simi". Es importante comprender que los votos diferenciados son la expresión de varias minorías, una optimista que confía en la elección “cruzada” y que vota por los “ciudadanos” y no por los partidos, otra que vota por opciones idealistas, pero también son la expresión de escépticos, que se mofan a su manera, de nuestras elecciones o que protestan anulando su voto o llevándose las boletas a su casa.
No es este el momento para juzgar a nuestros "votantes diferenciados", por ahora existen por el solo hecho de que votaron, y de que utilizaron a los votos duros como trampolín para imponerse sobre ellos, utilizando la estrategia de poner un puñado de votos aquí y otro por allá. No sabemos si son nuestro futuro, si vivirán con nosotros en sana simbiosis o si son otros parásitos. Por el momento es bueno saber que existen y que coexisten discretamente entre nosotros.

La alianza del miedo 

Y EN BAJA CALIFORNIA….QUÉ


Tijuana se encuentra a 2.320 km de distancia del Distrito Federal, ninguna otra ciudad mexicana esta tan alejada del centro político de México, en 1989 la distancia era exactamente la misma en kilómetros, pero el 2 de julio de ese año, políticamente fue una distancia mucho mayor; mientras que todos los estados de la república estaban en manos del PRI, en Tijuana se formó un movimiento juvenil, democrático y radical que aspiraba a alejar totalmente a Baja California del centralismo antidemocrático priista que tenía por eje al Distrito Federal.
Esta revolución no solo quería desligarse del centralismo adoptando fervorosamente al federalismo, también quería practicar la democracia, algo totalmente impensable en un país que había convertido al Fraude electoral en la principal institución política mexicana. El fraude en las elecciones era una de las expresiones de un sistema político fundado realmente en la simulación, que se extendía a todos los aspectos de nuestra realidad social, desde el discurso político, a la enseñanza de nuestra historia, que era el lenguaje común a las cámaras empresariales y a los sindicatos, a las universidades, que era el código secreto que explicaba a nuestra constitución política, al sistema de justicia, a las relaciones internacionales de México. Era un sueño idealista, pero durante ese domingo 2 de julio los bajacalifornianos creyeron que estaban transformando su propia utopía en una realidad.
Las condiciones eran ideales para ello, en enero de 1989 murió Hiroito el último de los aliados políticos y militares del nazismo, fue el año de las protestas democráticas y pacíficas en la plaza china de Ti An’men, el 4 de junio de ese año dos divisiones del poderoso “Ejército Popular de Liberación” de la república (también) “Popular China” masacraron al menos, según la propia versión de Pekin, a cuatrocientos manifestantes, su líder fue el joven Wang Weilin, quien fue fusilado el 9 de junio por un pelotón del tercer ejército mundial, según el gobierno chino estaba confeso de atentar contra el gobierno del pueblo, no aceptó juicio, ni nombró defensor. Eran tiempos de esperanza en un cambio radical en favor de la democracia en el mundo, en 1980 un obrero Lech Walesa y el sindicato Solidaridad, lograron poner fin a la tiranía que oprimía al país desde el término de la Segunda Guerra Mundial.
La misma Unión Soviética se conmovía ante las reformas económicas y políticas implementadas por Mijaíl Gorbachov, en tanto en Europa, millones de jóvenes dentro de las llamadas repúblicas socialistas se planteaban abiertamente la exigencia de un mundo donde las “odiadas” libertades burguesas, como los derechos humanos, fueran comunes a todos los pueblos del mundo y donde en cualquiera de estos se pudiera elegir libremente a sus gobernantes. Fue, probablemente la última época de la humanidad  en que existió la esperanza de conquistar ideales universales. Estos hechos que conmocionaron al mundo, fueron un poderoso acicate a los jóvenes panistas de Baja California que en las paredes de los comités de campaña pegaron la fotografía del joven chino que obligó a un tanque de guerra a cambiar su rumbo.
Es cierto que vistos esos anhelos con los ojos de hoy, esa ensoñación democrática y federalista de cuño liberal parece no solo una utopía, sino un desvarío. El México de hoy esta centralizado en las manos de solo tres dirigentes nacionales de “partidos políticos” que son quienes en realidad legislan, al tiempo que diputados y senadores, en lugar de legislar, se disputan como carroñeros los dineros de las cámaras; donde todos los partidos “designan” candidatos entre los más serviles o bellacos de sus agremiados.
Sin embargo, la fantástica victoria de las elecciones del 2 de julio de 1989, alcanzó su clímax el martes 4 de julio cuando el líder del PRI, Luís Donaldo Colosio Murrieta anunció a las 18:00 horas de Tijuana: “..reconocemos también, que en Baja California las tendencias no son favorables al PRI..” Esas palabras inéditas en la historia de México, inauguraron la fiesta cívica más emotiva jamás presenciada, los automovilistas empezaron a sonar sus cláxones, los ciudadanos salieron a la calle a saludar a sus vecinos y a felicitarse, también presenciaron los desfiles de turbas cívicas que proclamban el advenimiento de la democracia, las calles del centro de Tijuana se convirtieron en una romería. El dirigente panista Don Salvador Rosas Magallón, quién fue acusado en 1960 de haber tomado el submarino de guerra norteamericano “Nautilus” para disparar contra Baja California, y contra quien se libraron inumerables ordenes de aprehensión, pero que se había convertido en el “Abogado del pueblo” a pesar de todo tipo de ofensas y agravios que le propinaban a diario desde las ocho columnas de los diarios regionales, excepto el Zeta, donde escribía, ahora al amanecer del 5 de julio fue considerado por la prensa como el Ghandi mexicano.
Por desgracia mientras mas alto se llega, mayor es el golpe que se recibe en la caída, el gobernador electo Ernesto Ruffo Appel fue un pelmazo indigno del enorme papel de reformador político que la caprichosa fortuna depositó en él, se convirtió en otro gobernador salinistas del montón, estuvo a punto de ser detenido por su pasión mayor, los narcotraficantes. En octubre muere en circunstancias sospechosas Manuel de Jesús Clouthier con lo que el PAN quedó en manos de una generación de políticos mediocres, entre los que destacaba Vicente Fox Quesada que resultó ser un simple idiota.
En pocos años el PAN abandonó su raíz democrática y se convirtió en un club de “distinguidos” pelafustanes que resultaron ser otra estirpe de ladrones y de ineptos, a la postre el PAN imitó al PRI e incluso este fue el partido desde el cual se importaron a políticos infames que trajeron todas las mañas y malos hábitos del priismo al seno del PAN. A pesar de este chapuzón del PAN en la fosa séptica de nuestra política tradicional, el pueblo de Baja California ha seguido conservando lealtad al PAN de los sesenta, al que se enfrentó a la tiranía, al PAN del olvidado Salvador Rosas Magallón y de otros héroes civiles que están en el anonimato, pero que sacrificaron su patrimonio y a sus familias por un México federal y democrático que se nos escapó entre los dedos.
En 1989, Francisco “Kiko” Vega, ahora el candidato del PAN electo gobernador el pasado 7 de julio, era ya un empresario exitoso de Tijuana gracias a un afortunado matrimonio, durante esa campaña no movió un dedo públicamente en favor del PAN, en esa época los empresarios astutos y calculadores no se acercaban al PAN pero ni de broma. Una vez consolidado el triunfo del PAN, la cosa fue diferente, a Kiko Vega le salió lo panista. El panismo en Baja California atrajo a toda suerte de trepadores, empresarios aburridos, izquierdistas enamorados del presupuesto, priistas acomodaticios, periodistas astutos, celebridades de la nota roja y una larga lista de conversos dispuestos a servirse a cuatro extremidades en el banquete.
En las elecciones intermedias de 2010, José Francisco Blake Mora logró arrebatarle al capo “panista” de Tijuana Chuy González la imposición del candidato a alcalde de Tijuana, Blake desde la nómina del gobierno del Estado y del municipio de Tijuana, impuso a Carlitos Torres el ahijado de Felipe Calderón, las astutas maniobras le hicieron ver que él mismo podría ser el candidato en 2013. En las elecciones del 4 de julio del 2010 el PAN fue borrado del mapa por los priistas, que ganaron todos los municipios del estado, por ello Blake designó delegado de SEDESOL a Carlitos Torres con la misión de inflar el padrón panista con beneficiarios de los programas de combate a la pobreza a cargo de la dependencia federal y gracias a su desempeño en el manejo electoral, el presidente Felipe Calderón lo nombró Secretario de Gobernación, con la finalidad de orquestar la designación o imposición de la candidatura de Ernesto Cordero.
La muerte de Blake dejó una herencia, el número de votos suficiente para imponer en Baja California al candidato del PAN en 2013, los electores provenientes de los programas de desarrollo social federal y estatal eran votantes seguros, no se dejarían influir por discursos políticos de ninguna especie, estaban para votar por quien les dijeran los señores de los cheques de SEDESOL. Kiko Vega nunca hubiera sido candidato a gobernador, de hecho todo su grupo ya estaba extirpado del PAN, Ricardo González Cruz, Roberto Lau ya estaban con un pie en el antipanismo, incluso fueron candidatos por el Movimiento Ciudadano este 2013. Carlos Torres se quedó con los panistas sedesoles y los negoció con Kiko Vega para que este ganara la candidatura del PAN para gobernador. Así fue.
La contienda entre el PAN y el PRI, con sus aliados de conveniencia, fue un estercolero, no hubo ni una sola idea a debate, las propuestas fueron puntadas y las promesas simples ofrecimientos imposibles, finalmente los electores con un raquítico margen del 3% favorecieron al PAN, esto en medio de un abstencionismo del 61%. En 2007 votamos 854,420 electores, en 2013: 832,125; en 2007 el PAN obtuvo 430,340 votos, en 2013: 392,545; pareciera que el estado no creció, sin embargo se agregaron 400 mil jóvenes en ese período que el 7 de julio votarían por primera ocasión; el actual gobernador José Guadalupe Osuna Millan ganó con un margen de 53 mil votos, Kiko supera faltando el 2.2 % del PREP a su contendiente del PRI por apenas 25,439 votos. Crecieron los votos nulos 26,472, el Movimiento Ciudadano obtuvo más del 5% de los votos, algo histórico y el PRD logró como los restantes remedos de partidos políticos conservar su registro estatal, el cual habría perdido en caso de no aliarse en las elecciones, es el gran ganador.
Lo que nos enseña la experiencia es que el mejor momento de los candidatos es …. Cuando son candidatos, porque en cuanto asumen el gobierno se van por la libre. En lo político la herencia del PAN esta sepultada, no podemos esperar sino más centralismo, antifederalismo y prácticas antidemocráticas prohijadas por los dirigentes nacionales del PAN y sus verdaderos aliados del PRI, VERDE, PRD, PT, PANAL, MC y los que se apunten con registro. La simulación seguirá reinando en este pobre país y Baja California solo representa un sueño irrealizable, una utopía imposible, una promesa traicionada....Un desvarío.

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