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PARTIDISTAS

 "¡Sapere aude!  ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!
 He aquí el lema de la Ilustración" Emmanuel Kant.

Confieso que toda mi larga vida, y al menos hasta el 2009 fui un partidista, entonces creía firmemente que el Partido Acción Nacional era el camino correcto y seguro para combatir la apatía política del mexicano. El PAN, y entonces así lo creía, era la única oposición democrática a un sistema anti democrático, anti federalista y centralista, como lo era y lamento decirlo, lo sigue siendo. El PAN en mi perspectiva, era el único partido pues el PRI era un apéndice del gobierno y los restantes eran paleros, por otro lado los comunistas y marxistas genuinos ni creían en la democracia ni en ningún sistema burgués, creían que el cambio sería a punta de balas, ya que en todo parto, tiene que haber sangre.
Había razones para creer en el panismo, el PAN era el partido de los pobres, ya que solo personas modestas asistían a sus eventos, personas con gran fe, y me refiero a la religiosa y a la cívica que estaban unidas, los pocos profesionistas que ingresaban al PAN eran contadores, ingenieros, médicos, dentistas, no había sino solo por extraordinaria excepción abogados, pues estos estaban entonces como ahora, pegados a las ubres del Poder y la de conveniencia, y en el PAN nada había de eso. La revista La Nación era estupenda y daba pormenores de la lucha por la democracia en todo el país, y por regla general los panistas escribían sin cesar. Los libros panistas escritos por Efraín González Luna, Manuel Gómez Morín, entre otros muchos autores, resumaban el idealismo democrático del partido y prometían un México donde la moral del pueblo, y no una impuesta por Wahington o Moscú, imperara.
Pero el 2009 se confirmaron los peores presagios, Felipe Calderón Hinojosa un panista hijo de panistas, y por ello dicen que la espina debe ser del mismo palo, traicionó todo lo que fue el PAN, para convertirlo en una pandilla a su servicio, acabó con la emergencia de políticos panistas y esta fue substituida por unos mequetrefes en los que Calderón escupía a diario, y a diario los escupidos le agradecían su preferencia. Utilizó la puerca Constitución que en su artículo 41 faculta a los dirigentes nacionales para imponer candidaturas aun contra la voluntad de los militantes. Los chavos de Calderón eran autómatas, lacayos, serviles, que se entregaron por un plato de lentejas y corrompieron al PAN.
Para mí lo sorprendente fue descubrir que los panistas aceptaron al nuevo PAN, antidemocrático, anti federalista, y emputecido, pero que como si fuera un salvavidas fue abordado por priistas que con su abyecta disciplina, se sometieron y se treparon adulando al tiranuelo, que vengativo, soberbio y controlador se apoderó del emblema, de las oficinas, de la honra y de los dinero del partido para lo cual impuso a un par de sanguijuelas como dirigentes para hundirlo en la desfachatez y el oprobio.
¿Por qué razón los panistas de antaño aceptaban al nuevo PAN, que suplantaba al legítimo? ¿Por qué los panistas se sometían a la indignidad de traicionar todas sus ideas? Entonces lo supe, eran anti históricos, analfabetos que tomaban libros que no leían, carecían de fe alguna, y no eran capaces de contrastar las palabras con los hechos, eran seres peor que ordinarios, vulgares a los que en realidad no les importaba ni México, ni las ideas, ni nada abstracto, sino simplemente el partido y sus jugosos beneficios.
El nuevo PAN ofrecía chambas para todos los que se sometieran, también diputaciones, senadurías, regidurías, magistraturas, notarias y de todo a cambio de disciplina y unidad, las mismas puercas virtudes que el priismo exigía y que ahora eran las más altas virtudes del nuevo PAN. Y esto a nadie sorprendía, ni agraviaba.
Aunque en el PAN siempre hubo empresarios, estos fueron personajes ocultos, raro era aquel que aceptaba salir en la foto, algunos apoyaban para la renta de las oficinas y para alguna propaganda en tiempos de elecciones, ellos compraban boletos de los sorteos pues en la época del PAN, del PAN verdadero, este no aceptaba ningún centavo, ni ningún apoyo del gobierno, pero con el triunfo del PAN canalla llegaron los empresarios en tropel, como candidatos y por increíble que se escuche, como ideólogos,  y la ideología descerebrada del capitalismo de los ignorantes se aposentó cómodamente dentro del PAN.
Todo lo anterior, creo, es obra corruptora de un defecto nacional: el partidismo, que es la entrega personal y ciega a un partido, pase lo que pase. Ese fue el cáncer que dio muerte al PAN, y es el mayor mal que sufre la sociedad mexicana y cada mexicano en particular, pues con el partidismo se deja el cerebro en manos de los dirigentes y así deja todo, el raciocinio, la independencia, y hasta la vergüenza, y eso ocurre en todos los partidos políticos mexicanos, donde los militantes son simples ovejas que se complacen con ser pastoreadas y cebadas. Lo peor es que muchos borregos no se benefician de la jauja, pero se conforman sintiéndose que están en “el” partido y que algún día, si se muestran como borregos fieles, alguien los designará candidatos para una candidatura amarrada.
El aborregamiento es tal que me permito ejemplificar con un caso del momento, el de la aprehensión de Humberto Moreira en España, donde el PRI no dice nada sobre ese vergonzoso caso, pero lo peor es que tampoco lo critica con severidad ninguno de los restantes partidos, pues ninguno de ellos quiere una guerra en que afloren las verdades, se pisen las colas de chamucos que tienen y se arrojen con detritus unos a otros. 
Todos cumplieron con hacer las declaraciones de rigor, hasta el PRI se conformó con la aprehensión de su ex dirigente nacional, pero nada más, no existe coraje, ni ansias de justicia, no quieren exhibir al PRI. Así que solo tenemos el silencio de cómplices, y de socios en lo que aun queda de México S.A.

Por Antonio Limón López. 
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