La coalición “Alianza unidos por Baja California” formada por el
PAN, el PRD, el PANAL y el PEBC (Partido Estatal de Baja California) convino
que el PAN determinará al candidato a gobernador y a las alcaldías de tres de
los cinco municipios del estado, Tijuana, Mexicali y Tecate, al PRD
le corresponderá designar al candidato a alcalde de Ensenada y al PANAL la de Playas de Rosarito; El PAN designará a 8 candidatos
de los 17 a diputados locales y a la mitad de los candidatos a regidores de
cada ayuntamiento.
Por su parte el PRI, también convino los términos de su propia
coalición con el PVEM, PT y el PES (Partido Encuentro Social), pero en este
caso apenas si les dio algo, los trató como a simples compañeros de viaje.
Para el PRI los términos del convenio demuestran que es un gran
negociador y que se siente dueño de la plaza, en tanto que las generosas
concesiones que el PAN hizo a sus coaligados demuestran lo contrario, que es un
pésimo negociador y que se siente derrotado de antemano. Sin duda que la
dirigencia nacional del PAN entró en pánico después de las elecciones federales
del 2012 y este.. "convenio" es el fruto de ese miedo y para mayor desgracia de la ignorancia
de las reservas morales y del enorme potencial del PAN en Baja California.
Sin embargo es necesario reconocer que el PAN sufrió una formidable
degradación en los últimos doce años, la soberbia con la que se designaron
candidatos desde Los Pinos, el amiguismo del presidente Felipe Calderón, el
pandillerismo derivado de la cerrazón del partido a recibir nuevos militantes
que vinieran sin “recomendaciones”, la disciplina lacayuna del panismo “activo”
y la irrelevancia de los “adherentes”, así como la adopción de los métodos “extraordinarios
de selección de candidatos”, vulgo repugnantes “dedazos”, las regulaciones de
las “precampañas”, y como consecuencia de todo lo anterior, la ausencia de vida
democrática y de condiciones óptimas para la formación de nuevos líderes, llevaron
al PAN a ser la otra cara de la moneda que antaño fue.
Reconociendo y aceptando que esa depauperación nacional del PAN también afectó a Baja California, hay que aclarar que en todo caso fue mucho
menor aquí, pues si bien hubo dedazos en las candidaturas a diputados por la
obligación de presentar un número determinado de candidatas, solo hubo un
dedazo con la vergonzosa designación de Gastón Luken por el emblemático quinto
distrito de Tijuana en 2009, distrito donde cualquier candidato del PAN gana
hasta babeando. Es cierto que nos auto inmolamos en 2010 con los candidatos que impuso nuestro pandillero local José Francisco Blake Mora, que desde la Secretaría General
de Gobierno y con el apoyo de los alcaldes panistas y de Felipe Calderón manipuló los recursos del partido y a los electores enchufados a la nómina, que sometió
a los diversos grupos a sus propósitos mediante el reparto de canonjías,
prebendas y privilegios o incluso mediante amenazas. Eso fue lo que decidió las pesimas candidaturas que indignaron o adormilaron a los
exigentes panistas de Baja California, quienes en respuesta desertaron de las urnas, apenas
votamos el 33.78% de los electores.
2010 fue el año de las grandes lecciones, lecciones que debimos comprender
con humildad pero que la burocracia panista del Distrito Federal no puede
comprender, en primer lugar, el panismo desertó de las urnas en 2010 hastiado
de Felipe Calderón y de sus prácticas priistas, tales como la designación de
candidatos, el uso de los recursos públicos para promover a unos contra otros,
la amenaza a los funcionarios o servidores públicos ajenos a la pandilla
presidencial. Y a pesar de eso el militante
panista siguió luchando fielmente, pero el simpatizante de afuera, el ciudadano de a pie, se confundió y no supo
dónde estaba la frontera entre el PAN y el PRI.
Cabe decir que el PAN de Baja California es una realidad viva desde la misma fundación del estado en
1952; Ganó las primeras elecciones en 1959, con su candidato el abogado
Salvador Rosas Magallón y en esa ocasión fue víctima del primero de muchos
repugnantes fraudes, cometidos por las autoridades gubernamentales para
beneficiar a los candidatos del PRI. Este pasado heroico de lucha por la democracia del PAN, no
existe en ningún otro estado, no desde tiempos tan remotos, no de
manera tan persistente, no de manera tan permanente, no de manera tan lucida.
En esta línea de panismo democrático vivo y activo el PAN tuvo
elecciones notables además de 1960, 1968, 1982, 1988 y en 1989 ganó
aplastantemente las elecciones en todos los distritos, en todos los municipios
excepto en Tecate y desde entonces el PAN hilvanó victoria tras victoria en el estado hasta el 2004, año en
que Jorge Hank Rhon del PRI ganó las elecciones municipales de Tijuana contra un timorato candidato del PAN al que
agravió impunemente. El efecto Hank empujó
al PRI a una victoria en todo el estado en las elecciones municipales y al
congreso, pero en 2007 todo se recuperó solo hasta que llegó la desastrosa era calderonísta
de los dedazos y en 2010 el PAN sufrió una derrota total en lo electoral y por lo que se ve, hasta en lo moral.
La lección fue y es clara: Se puede perder pero se puede recuperar lo
perdido, a condición de que el PAN sea
congruente consigo mismo y con su historia democrática, a condición de que no se traicione a sí
mismo y que tenga candidatos que comulguen en esa relación del PAN de
hoy con el de ayer. En un escenario donde la política se confunde con el
amiguismo, con el pandillerismo, donde los candidatos son mediocres, temerosos
o simples escaladores, con candidatos que se cuelgan de los éxitos ajenos para
escalar, el PAN perderá primero por desilusión entre los panistas y después en las urnas.
Por otra parte, es también necesario calcular racionalmente nuestras posibilidades electorales, y para conocer las condiciones electorales de Baja California, es indispensable tomar en cuenta ocurrió en el proceso equiparables más cercano, que es el de las
elecciones locales del 2010 y no confundirnos con el de las elecciones federales del 2012, como lo hace el CEN del PAN. Absurdamente la burocracia panista del Distrito Federal supone que la coalición con el PRD,
garantiza más votos que la coalición adversaria del PRI, pues toma como referencia los resultados de las elecciones federales del 2012, cuando en
realidad esas elecciones "federales" son ajenas a las elecciones locales, pues
en las elecciones del 2006 y 2012 el candidato Andrés Manuel López Obrador
obtuvo votaciones elevadísimas, que beneficiaron al PRD en Baja California, pero que se desplomaron
en el estado en la siguiente elección. Lo mismo ocurrió en 1988 cuando Cuauhtémoc
Cárdenas ganó la elección presidencial en Baja California, prueba de ello es que en 1989, un año después, los
partidos que lo postularon incluso desaparecieron.
El PRD en Baja California, en elecciones locales, tiene
votaciones tan pobres que son comparables al número de votos nulos, por ejemplo
en 2007 el PRD obtuvo 29,278 votos, el PEBC obtuvo 26,784 votos, el PT obtuvo 28,765 y el total de votos nulos fue de 20,834, es
decir son votaciones raquíticas, insignificantes, que se transforman cuando
López Obrador es candidato, para volver de inmediato a su realidad, la nada.
La coalición del PAN con el PRD es ruinosa, pues el partido del
sol azteca no le aportará más votos que el desprestigio que le acarreará, de hecho y esto es también producto de los feos problemas internos del PRD, en este momento este partido es un membrete con menos peso
electoral que el que tuvo en 2010, pues ahora los perredistas
están en MORENA y solo un puñado de seguidores de Jesús Zambrano cobran en las
oficinas del PRD. Hay que decirlo claramente: la alianza con el PRD es una
alianza con nadie, con un muerto, y no obstante el PAN nacional le regaló un montón de regidurías,
de diputaciones locales y el municipio de Ensenada!!!
La coalición del PAN con el PEBC es casi tan mala como la del PRD,
aunque es seguro que el PEBC seguirá contando con el mismo puñado de vividores
que han hecho de ese partido su "modus operandi", que se verá magnificado con las diputaciones y regidurías que Gustavo Madero les regalará.
En cuanto al PANAL, es otro aliado insignificante en la coalición
del PAN, pero que ha demostrado obtener más votos que el PRD y el PEBC en Baja
California, sin embargo su votación es insignificante y es un acto irresponsable que el PAN le haya regalado la alcaldía de Playas de Rosarito.
En suma, la coalición formada por el PAN es una pésima decisión
de la dirigencia nacional que ignora el pasado del partido albiazul en el estado, que su asociación con esos tres partidos solo conlleva un gran desprestigio para ganar una insignificante cantidad de votos, a cambio de regalarles a estos partiditos un
inmerecido número de diputaciones y de regidurías, finalmente el PAN pierde prestigio ante su militancia que desprecia a la mafia de Jesús Zambrano, con esta alianza el PAN ofende a la izquierda real, confundiéndola con
los “chuchos”.
Sin embargo a pesar de todo esto la pregunta es ¿Por qué? ¿Por qué
se tomó una decisión tan torpe, tan nociva y tan ciega? Y la respuesta la
encontraremos en el miedo espantoso que tiene la cúpula panista de perder. Cabe agregar que imitando a Felipe
Calderón, Gustavo Madero no consultó a los panistas de Baja California para ordenar que se firmara este sucio documento, llamado pomposamente "Convenio". Para este villano involuntario, los panistas
de Baja California no le merecemos el más mínimo respeto, acaso piensa que el
PAN de aquí es el mismo PAN desprestigiado y degradado del Distrito Federal o
de Chiuhuahua, su estado natal, donde gracias a él y a otros como él, el PAN no gana una elección ni yendo a bailar a Chalma.
La coalición "Alianza unidos por Baja California" es la alianza del miedo a perder, pero por esa
cobardía es injustificada, pues el PAN sin estos lastres ganaría abrumadoramente. El PAN pierde su imagen de dignidad ante los panistas y ante los electores en general que lo ven acobardado,
asociándose con perdedores natos como el PANAL y el PEBC y en el caso
del PRD con un membrete repudiado, con un partido "zombie" ¿Así, cómo puede ganar nadie? Y peor nos irá, si lanzamos como candidato a gobernador a un zoquete, que solo sabe sonreir y abrazar a las doñitas del mercado sobre ruedas.