El único priista, con algunas posibilidades de vencer a Héctor Osuna
Jaime del PAN en la contienda para la gubernatura de Baja California, era Jorge
Hank Rhon. Fuera de este personaje adorado y odiado en el estado y en la
república, nadie, pero lo que es nadie, ni el mismísimo diablo, podría ganarle
al PAN, menos un diablo de a mentiritas, un diablo marca “patito” como lo es “El
Diablo” Fernando Castro Trenti, “seleccionado” candidato por el gran elector
priista, Enrique Peña Nieto.
Parece un regalo del presidente a las huestes panistas, después de
los amargos sinsabores de las elecciones del 2010 y del 2012, en que el PAN calderonísta,
perdió casi todo lo logrado desde 1989 en que los bajacalifornianos eligieron
al primero gobernador panista, al primer congreso de mayoría panista y donde por primera ocasión el PAN barrió en tres de los cuatro municipios,
sin embargo no fue un regalo, fue un acto congruente con la forma de pensar del actual dueño absoluto del PRI, Enrique Peña Nieto.
Para Peña Nieto, Jorge Hank Rhon es una persona distante y con quien
ha cuidado mucho las distancias, al extremo que no felicitó al equipo Xolos de
Tijuana, propiedad de Hank cuando ganó el campeonato, apenas al inicio de su
gobierno, ni siquiera fue a la final entre el Toluca contra Tijuana en el estadio
Nemesio Diez de la capital choricera, tampoco se tomó ninguna fotografía con el
barbudo tijuanense –por adopción- cuando estuvo en su campaña presidencial y es
que Jorge Hank es considerado un “malo” en la política nacional, en tanto que
en Baja California ha hecho méritos para lograr la simpatía de empresarios, periodistas,
aficionados al fútbol, personas humildes a las que celebra a la menor
provocación, su equipo es la quintaesencia del tijuanense fanático del balompié,
al punto que se le llama(ba) “El Berlusconi”, porque al igual que el italiano
propietario del Milan, también es un adicto empedernido a lo que llama el “animal
más bello” la mujer, es un hecho que tiene más hijos que Gabino Barrera donde
los hay de todo tipo, juniors despreocupados, astutos empresarios,
intelectuales, hasta tiene uno que es miembro de MORENA, fundó una escuela y
sus ahijados se cuentan por millares, gusta del tequila con víbora negra, usa
un bonito chaleco de piel de pene de burro y nadie, pero nadie puede negarse a
tomar un "caballito" de su tequila “super xolo especial” de un trago. Además de
ser el tijuanense más rico, es el único entre los grandes ricos que realmente
vive en Tijuana, precisamente en esa casa de la que el ejército sacó un arsenal
como para declararle la guerra al estado de Colorado. En su curriculum aparece que
le ganó al PAN, en 2004, la alcaldía de Tijuana y cortó una larga racha al partido albiazul.
Pero, tantos positivos tienen también sus negativos: Las negras
sospechas que lo relacionan como autor intelectual del asesinato del Gato Félix,
coeditor del importante semanario “Zeta” de Tijuana; Los norteamericanos le
niegan sistemáticamente la visa para ingresar a Estados Unidos, a lo que dice
el tijuanense que es él quien los tiene vetados; La gran cantidad de
permisos de casinos que obtuvo son una bomba de tiempo, pues las investigaciones, si se
hacen, van a descubrir la mega corrupción en la Secretaría de Gobernación,
donde los mafiosos de todo el mundo pagaron miles de millones de pesos por
esos "papeles". Existen diversas averiguaciones penales, por diversos
homicidios en que se apunta hacia el amistoso y simpático multibillonario.
Sin duda que Enrique Peña Nieto sopesó los pros y los contras,
calculó que si designaba candidato del PRI a Jorge Hank Rhon se despertaría la
acusación de que el viejo PRI de los ochenta, estaba de vuelta en la segunda década
del siglo XXI, esto pondría en duda todo ese discurso “modernizador”, que se
trae, por otro lado perdería de golpe la alianza que cuidadosamente ha logrado
con el PAN y el PRD dentro del Pacto Por México, en que tiene bebiendo de su
mano a Gustavo Madero y a Jesús Zambrano. Todo lo anterior sería nada ante la
reacción de Estados Unidos que sería capaz de llamar a su embajador a “consultas”
a Washington, por otra parte se ganaría la animosidad de la mitad del priismo
nacional que sentiría que el presidencialismo del siglo XX volvería a denigrar
los pocos logros en materia de federalismo y municipalismo logrados durante los
gobiernos panistas.
En la última reunión del presidente con diputados y senadores del
PRI, Fernando Castro Trenti se aproximó al presidente Peña Nieto y en presencia
de varios testigos, diputados y senadores, le dijo directamente “Señor
Presidente, le ofrezco mi lealtad absoluta en cualquier función de gobierno que
desempeñe, de priista a priista le digo que si soy el candidato del PRI en Baja
California, voy a ganar limpiamente” Todo fue tan claro y tan inesperado, que los presentes casi se dan la media vuelta, el presidente se quedó estupefacto, no
dijo nada, simplemente se alejó sin siquiera despedirse. Al menos uno o dos de
los presentes le dijeron al diablo “la regaste, así no se hace”.