El 23 de enero del 2013 será simplemente otro mal día para México,
otro de esos muchos que olvidaremos en cuanto sea posible o cuyos eventos deformaremos
por otros digeribles, pero bajo ninguna circunstancia intentaremos siquiera
comprender sus advertencias, ni sus oprobiosas y crueles verdades, cerraremos
los ojos y repetiremos alguna receta adormecedora y seguiremos siendo lo que
hemos sido.
Sabemos que la ciudadana de la república francesa Florence Cassez
fue parte de una banda de secuestradores. Es en lo único que los mexicanos
estamos de acuerdo con respecto a ella, pues
a partir de este punto se tejen decenas o miles de interpretaciones, algunas
son congruentes con los hechos y otras son francas teorías conspiratorias, otros
prefieren ignorarla o minimizarla, pero a pesar de eso, los mexicanos debiéramos
aprender de lo que nos dejó Florence Cassez, que fue detenida “in fraganti” el
8 de diciembre del 2005 y liberada “lisa y llanamente” el 23 de enero del 2013.
Otra enseñanza dramática es que el poder judicial ordinario es
ineficiente, ciego ante los hechos manifiestos, que los jueces de distrito
están acobardados y sistemáticamente dictan sentencias condenatorias, que los
magistrados unitarios de circuito que conocen de las apelaciones penales contra
las sentencia de los jueces de distrito son igualmente pusilánimes, ciegos y acomodaticios
y que los magistrados de los tribunales colegiados de circuito que conocen en
amparo directo las sentencias dictadas por los unitarios de circuito son
también partidas de adocenados, expertos en la supervivencia burocrática. Florence
Cassez fue condenada por un Juez de Distrito a 96 años, por tribunal unitario a
60 y esta sentencia fue confirmada por el tribunal colegiado, sin que quedara
ninguna instancia.
Aprendimos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un
tribunal elitista, solo para casos de celebridades de excepción, pues ya sin
recurso legal alguno la sentenciada Florence Cassez, debería cumplir su condena
sin más trámite, pero ante la presión internacional de Francia, la corte aceptó
conocer el caso ya totalmente concluido y confirmado, así de manera selectiva,
la corte aceptó una “revisión” al amparo directo, cosa de la que ningún mexicano
de a pie disfruta, fue una puerta exclusiva para que los ministros revivieran el
caso Cassez, para evitar una declaración de guerra de Francia.
Otra lección fue que los ministros de nuestra Suprema Corte de
Justicia de la Nación como dicen una cosa, dicen la otra. En efecto, la
Ministra Olga Sánchez Cordero que tardó casi un año en elaborar el proyecto que
presentó el 23 de enero pasado -pues desde el 21 de marzo del 2012 se le
encomendó redactar uno nuevo para resolver el recurso- y cuando una vez leído en
el pleno concluyó otorgando protección “solo para los efectos” de que el unitario revisara la sentencia, pero ahora sin tomar en cuenta los testimonios
de los ofendidos y testigos, descubrió que el nuevo ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz (-Mena según su apellido nobiliario) favorecía un amparo “liso y llano” de libertad, por lo que en ese mismo momento
la ministra cambió su proyecto de amparo “para efectos” por uno de libertad “lisa
y llana”. Con este acto acrobático, en lugar de llamarse “Suprema CORTE de
Justicia de la Nación” debiera llamarse “Supremo CIRCO de Justicia de la Nación”,
pues las contorsiones de la ministra, hizo que los acróbatas
de los circos de Pekín y Moscú, parecieran unos pobres tullidos.
Ahora sabemos que la jurisprudencia mexicana legitimó las confesiones, arrancadas a golpes y puntapiés, así fue al menos para los cómplices "mexicanitos" de Florence Cassez, que
confesaron a punta de golpes su participación y la de ella en los secuestros. Sin embargo, en
el caso de Florence Cassez ella no confesó porque al estar protegida
consularmente y asistida legalmente, conforme a los estandares internacionales
no fue torturada y por ende, nunca confesó su participación, lo cual la puso
afuera de la cárcel, en tanto que a sus cómplices, aparte de torturarlos, no tendrán derecho
al “recursito” que se sacó la corte de la manga para enviar a Florence Cassez a los "Champs Elysees".
Ahora no tenemos duda, que nuestros laboratorios y nuestros
científicos de las áreas forenses de la Procuraduría General de la República
son una partida de ineptos o de aviadores, pues los únicos elementos
acusatorios contra los secuestradores en el caso en que estuvo involucrada
Florence Cassez fueron las declaraciones (manipuladas por Genero García Luna)
de los ofendidos y las confesiones arrancadas, bajo tortura, aplicada a los
mexicanos, sin que los forenses aportaran ningún elemento acusatorio de orden
científico, si acaso prestaron primeros auxilios a los torturados.
Confirmamos que el Ministerio Público de la Federación no es una
institución de “buena fe”. A pesar de que desde el 11 de febrero del 2006, Televisa
reconoció que la "detención" de los secuestradores, incluyendo a
Florence Cassez el 9 de diciembre del 2005, fue una mascarada organizada
por Genaro García Luna y la Agencia Federal de Investigaciones a su encargo, y
de que en 2010, la misma Procuraduría General de la República admitió que Florence
Cassez fue aprehendida el 8 y no el 9 de diciembre del 2005, con lo que todos los hechos manifestados en la acusación se pusieron en duda. A pesar de tales reconocimiento que cimbraron el caso, no hizo nada la PGR para rectificar las
falsedades en que incurrieron sus funcionarios, nadie fue cesado, nadie fue
despedidos y el presidente Felipe Calderón ni siquiera se molestó en exigir
explicaciones a Genaro García Luna, ni al ex Procurador de Justicia Eduardo
Medina Mora, quien en ese momento era el embajador de México en Gran Bretaña, puesto que desde el 2006 supo de la farsa montada por Genaro García Luna. En 2010 se destapó la cloaca, pero ni siquiera hicieron gestos ante los hedores.
Que la teoría circense, mediática, televisiva y farsante de la
justicia que tiene Genaro García Luna es acorde con el talante de nuestra clase
política, que ignoró y pretende ignorar la triste exhibición de la Justicia
Mexicana ante nosotros mismo y ante el mundo, pues si bien existen todo tipo de señalamientos y pruebas indubitables, no se han dado los pasos para el desagravio naciones indispensable,
que debe iniciar por aprehender a Genaro García Luna y a todos sus cómplices,
coautores y encubridores en los actos contra la administración de justicia que
desembocaron en la liberación de la secuestradora francesa Florence Cassez y la
consecuente burla en que ha quedado reducida la justicia mexicana.
Que todo el montón de reformas constitucionales hechas a lo largo
de estos últimos seis años no le aportaron un ápice de mejoría a nuestro
sistema de justicia penal y que los legisladores no tienen ni idea, de que
hacer, que en el mismo plano se encuentran los partidos políticos muy preocupados
por sacar más dinero para las próximas elecciones y repartirse el botín en que
se ha convertido cada una de las cámaras de legisladores del país y cada
tribunal de justicia y cada procuraduría de justicia.
Que no contamos ni con las universidades, ni con el Sistema Nacional
de Investigadores, ni con juristas capaces de anticipar los problemas nacionales
y menos de prever su soluciones, que estamos a la deriva y que es un hecho que
un alto porcentaje de inocentes se encuentran siendo procesados debido a la corrupción
de las autoridades investigadoras de delitos y a la ineficiencia, falta de
perspicacia y miedo de nuestros juzgadores.
Que el presidente Felipe Calderón Hinojosa fue un encubridor y
colaborador de los actos contra la administración de justicia perpetrados por
Genaro García Luna y que el actual presidente Enrique Peña Nieto está a punto
de convertirse en otro encubridor de Felipe Calderón Hinojosa y de Genaro
García Luna.
Que en México los gesticuladores y simuladores como Genaro García Luna,
y Eduardo Medina Mora tienen mayores posibilidades de asumir los puestos de más
alta responsabilidad en el sistema de justicia y en la administración pública.
Nicolás Sarkozy y su ex contrincante Francois
Hollande son más perseverantes y unidos que Felipe Calderón y Enrique
Peña Nieto. En cuanto el presidente Sarkozy confirmó la farsa montada por Genaro García Luna y
Televisa del 9 de diciembre del 2005 y calculó que en cualquier país del mundo
esa falsedad de la autoridad acusatoria desacreditaría sus pretensiones
punitivas, al punto de que ni en Malí seguiría siendo procesada, entonces todo el poder de la república francesa apoyaría a Florence Marie Louise Cassez Crepin y su liberación sería una prioridad nacional. Sarkosy no pudo reelegirse, pero le dejó a
Monsiur Francois Hollande la mesa servida para festejar la liberación de Florence Cassez y así fue, el caso
terminó en la plaza de la Revolución francesa con la secuestradora vistiendo no el gorro frigio, pero si un lindo vestido de diseñador pagado por
la república que la glorifica como a una nueva Juana de Arco.
Finalmente Florence Cassez nos enseñó que estamos expuestos ante el mundo, no solo ante
Francia y que seguimos siendo el mismo país al que el excelso hombre de letras
y embajador francés Roger Peyrefitte, se refirió con desdén en “Les Ambassades”
(1951) diciendo que el “embajador mexicano parecía un salvaje, bajado de un
árbol colgando de una liana”, con ello colocaba a nuestro representante como una especie de salvaje indigno del convivio civilizado de las demás naciones.
Aprendimos que así seguimos siendo vistos y tratados en pleno siglo XXI.