De acuerdo al artículo 40 de nuestra constitución, somos una república y una democracia representativa, además somos un estado federal integrado por estados independientes en su régimen interior, eso dice en palabras más o menos nuestra constitución, no incluyo en este momento lo de laica porque todavía no concluye el proceso de adición, sin embargo y a pesar de tan contundentes conceptos, el país en el que vivimos no parece ni una república, ni una democracia representativa, ni un estado federal y menos aún parece que los estados sean soberanos en su muy empobrecido ámbito interior.
Pero si no somos lo que proclama nuestra constitución, entonces ¿Que somos? ¿En que clase de sistema político vivimos? ¿Cuál es nuestro modelo político o es acaso que tenemos un modelo único? porque a donde quiera que volvamos la vista encontraremos peculiaridades que nos hacen cuestionarnos ¿Y esto ..que es, de que se trata? No en vano André Bretón, nos calificó como al país “surrealista” por excelencia: en aquella ocasión dijo "No se como vine aquí, pero México es el país más surrealista del mundo"
“Imperiosamente, México nos convida a esta meditación sobre los fines de la actividad del hombre, con sus pirámides hechas de varias capas de piedras correspondientes a culturas muy distantes que se han recubierto y oscuramente penetrado unas a otras. (….) México, mal despertado de su pasado mitológico sigue evolucionando bajo la protección de Xochipilli, dios de las flores y de la poesía lírica, y de Coatlicue, diosa de la tierra y de la muerte violenta, cuyas efigies, dominan en patetismo y en intensidad a todas las otras, (…..) Este poder de conciliación de la vida y la muerte es sin lugar a dudas el principal atractivo de que dispone México. A este respecto mantiene abierto un registro inagotable de sensaciones, desde las más benignas, hasta las más insidiosas.”
Sin duda hermosas palabras las de quien fuera nuestro huésped en 1938 y por desgracia, junto a otras, sirvieron para justificar la era priista -¿estaremos todavía en ella?- bajo el falaz argumento de que México es un pueblo guerrero, violento e indomable a la par que meditativo y donde de manera inédita se fusionan lo imposible y lo probable, el norte y el sur y así hasta el infinito, para totalizar diciendo que somos la patria del “no pero si”, del “para allá voy cuando vengo” en suma, para asumir que personificamos un contrasentido ontológico, ancestral, vitalicio y por ende, surrealista, donde lo que es real y palmario para el resto del mundo, se evanesce en nuestro solar y si México es surrealista “hasta las cachas” también nuestro sistema político debe ser surrealista …. ¿Qué tal?
Pero lo cierto es otra cosa, somos un pueblo como cualquier otro, dotado de virtudes normales y defectos comunes, con ideas que son compatibles con las de cualquier otra nación, pero que la desgracia nos ha convertido en víctimas de nuestras clases políticas, estas también “hechas de varias capas (…) que se han recubierto y oscuramente penetrado unas a otras” que sin importar el signo ideológico o la época de nuestra historia, siempre se han comportado como pandillas. Sí en pandillas, porque se comportan como tales y sin pretensiones de hacer sociología de estos agrupamientos al alza sobresalen entre sus características su monolítica unidad, la complicidad, y el encubrimiento que, tratándose de gobiernos, fueron definidos por Norberto Bobbio como “gobiernos ocultos” es decir aquellos en que alguna pandilla gobierna desde la obscuridad y el secreto y que deja a la vista a simples peleles, tal y como en México ha ocurrido desde la independencia. El “gobierno oculto” o pandilleril tiene por adversarios a la República (la cosa de todos, que debe ser respetada y cuidada por todos, en bien de todos) y a la Democracia (el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo) por esta razón las pandillas se afanan en darle al gobierno pandilleril el adjetivo de democrático y al mismo tiempo, convierten la República, así falsificada, en simple botín.
Claro que estas pandillas denominadas en México “partidos políticos” imponen su hierro simplemente porque no actúan en solitario, pues de hacerlo así sería fácil aislarlas como a un germen maligno y descargar sobre ellas un antiséptico fulminante, no, por desgracia para que florezcan las “pandillas-partidos políticos” es necesario que el organismo social sufra una metástasis total de pandillitis o de pandillomas, que debilite su sistema inmunológico y le impida reaccionar y esa por desgracia es nuestra condición clínica.
Si volteamos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde los salarios de fabula son el exceso más notorio pero no el único, si investigamos un poco descubriríamos que entre los ministros de la suprema corte, entre los magistrados de los tribunales colegiados de la República y los jueces de distrito el poder judicial de la federación se ha convertido en un botín donde todos están acomodando a sus hijos y familiares en los tribunales o juzgados que presiden sus amigos, para colocar a sus familiares en un grotesco “tú me recibes a mi hijo y yo recibo al hijo de fulano para que este reciba al tuyo”. Por otra parte, la Corte ha renunciado a su papel de instrumento de la democracia, papel que nunca ha asumido por cobardía y mentecatez, para contentarse con gastar entre sus funcionarios el erario que se extrae del filón inagotable de una mala justicia, donde por desgracia las cárceles están atiborradas de delincuentes menores y donde las cauciones, fijadas por los multimillonarios jueces a los miserables, que no se arreglan en el ministerio público federal, son elevadísimas.
Peor aún es el caso de la Procuraduría General de Justicia, donde de plano los policías ministeriales o como se llamen en este momento, son aves de rapiña que atracan los domicilios particulares que catean, robándose dineros y objetos valiosos que quedan a su alcance; en las agencias del MPF los sueldos para mecanógrafas son miserables y el personal es insuficiente para transcribir las declaraciones de los desgraciados que no tienen dinero y por esto se redondean “pollas” para que mecanógrafas auxiliares reciban algo a cambio y este dinero sale del hurto y la extorsión institucionalizada, no hay uniformes para los agentes, ni se licitan por lo que simplemente se hacen y si quien los hace tiene la mala fortuna de ser agarrado por los militares, pues a la cárcel. Antonio Lozano Gracia el célebre procurador que pasó a la historia junto a su agente estrella “La Paca” y tiró millones en sospechosas gratificaciones, se dio cuenta de que los agentes que son enviados a operativos fuera de su lugar de trabajo deben hacerlo con su propio dinero -entiéndase del cartel que los patrocina- pero no movió un dedo para cambiar nada, al contrario.
Que decir de los contratos de suministros para el gobierno, donde se prefiere gastar dinero en tecnologías obsoletas o absurdas a precios inflados, y lo mismo aplica para las obras públicas que se asignan todas con rigurosa comisión. Pobre país donde los diputados locales les cercenan a sus empleados una parte de su sueldo, para redondear sus ingresos o donde los regidores falsifican facturas para cobrar por bienes no adquiridos.
Parece que no existe limite ni campo sagrado que no pueda ser motivo de lucro, no nada más Macelo Ebrard hace de los antros lugares de extorsión para los menores víctimas o establece legislaciones imposibles para favorecer a lenones amigos e impunes con horarios a la medida del embute, pues esto se practica en toda la república con la misma pasión conculcadora, en cada puerto turístico, en cada ciudad, en cada capital ¿Cómo que nadie mira la prostitución de menores? Cuando ocurre en la vía Pública. Pobres vendedores ambulantes y comerciantes informales, atenazados por una sociedad que al mismo tiempo que los considera evasores fiscales los extorsiona, ya que son víctimas de todas las autoridades, desde los cuicos hasta los inspectores y esto sin contar que los líderes los roban a placer exigiéndoles cuotas, cooperaciones, derecho de piso y por último, son obligados a afiliarse al “partidazo” que corresponda y de ahí en adelante son pastoreados como borregos y todo por un mísero mendrugo de pan.
Un país donde se expropian predios de particulares y no se pagan o que se paga a quienes no se les debe pagar. Que miseria que todos los gobiernos prefieran enriquecer a los líderes de sindicatos con la condición de que a los trabajadores los silencien y los aborreguen. Que país el nuestro donde los banqueros ladrones fueron rescatados y no así el pueblo, donde el petróleo se regaló a precios ínfimos durante decenios argumentando un nacionalismo que a los compradores los favoreció, un país que despreció a la OPEP y se convirtió en el primer esquirol en su contra, pobre país donde la UNAM no quiere hacer el “Examen Enlace” porque sus muchachos llegan a la universidad en camión y porque el presupuesto de la UNAM y los de todas las universidades públicas es la gloria de los rectores y sus amigos. Donde los notarios públicos heredan sus notarías a sus hijos como si fueran patentes de corso.
Donde falsamente se adora a una constitución engordada hasta la morbidez con disposiciones chatarra, donde México presume en lo exterior un humanismo que no practica, que pide decoro y dignidad para los mexicanos indocumentados en el extranjero pero trata miserablemente a los hispanoamericanos atrapados en el nuestro, excepto cuando son expresidentes ladrones como Fujimori , que en Tijuana hasta dejó autógrafos y no en libretas. Decenas de pandillas como la de los concesionarios de todo, de los casinos que tienen garitos en los centros comerciales y en las inmediaciones de las escuelas, que no han desarrollado una sola zona deprimida y que se han enriquecido hasta la fabula y claro que esto ha hecho felices a nuestros secretarios de gobernación que en los casinos nunca pierden.
También existen pandillas que se benefician de las concesiones de televisión, telefonía y transmisión de datos, que además se enriquecen con los pagos en publicidad del erario y que gozan de privilegios y también están los grandes privilegiados, como funcionarios que dizque tiene salarios raquíticos (aquí pagan el ISR) y por otro lado perciben compensaciones descomunales sobre las que no pagan impuestos y las grandes empresas a las que se les regresa hasta el último pago parcial, en fin un país sobre el que puedes transitar gloriosamente si perteneces a una pandilla y claro, si esta te otorga una concesión, un privilegio, una candidatura o al menos una triste chamba.
Podríamos seguir enumerando casos en lo particular, pero en lo general queda de manifiesto que México es una pandillerocracia y no una República donde prevalece una cultura que acepta y fomenta a las pandillas depredadoras, que los partidos políticos han renunciado, en el caso del PAN a su vida democrática o que simplemente nunca la tuvieron como es el caso del PRI, del PRD y de todos los demás "partidos". En este sistema que todo lo envilece y trastoca, la representación del pueblo esta siendo falsificada por representantes no del pueblo sino de los pandilleros que los impusieron y hasta los estados sin prácticamente ninguna soberanía interior, son simples feudos de tlatoanis intocados e impunes. Pareciera que un maligno designio guiara nuestros pasos hacia....
Por Antonio Limón López