La historia está llena de
momentos “quiebre”, de encrucijadas fatales en las que la suerte del mundo se
ha decidido en un instante, en un solo acto, en una aparente insignificancia
¿Qué hubiera ocurrido si Poncio Pilatos no se hubiera lavado las manos y
hubiera impedido la crucifixión del galileo? Qué hubiera ocurrido si la reina
Isabel no hubiera empeñado sus joyas personales para financiar la aventura de
Cristóbal Colón? ¿Qué hubiera ocurrido si no hubieran nacido Napoleón Bonaparte
o Winston Churchill?
La tarea del historiador es la de
encontrar esos momentos cruciales, descubrirlos, descifrarlos y finalmente
mostrarlos tal y como realmente ocurrieron. Por cierto, México es una potencia
mundial en cuanto a momentos cruciales ¿Qué hubiera ocurrido si Antonio López
de Santa Anna no se hubiera ido a disfrutar de la famosa siesta de San Jacinto?
En fin, mientras que los “momentos cruciales” han sido resueltos a su favor por
países tesoneros como Estados Unidos, en nuestro amado solar patrio han sido
convertidos en rotundos fracasos.
Uno de los últimos grandes
momentos cruciales de nuestro país tiene que ver con un hombre: Vicente Fox
Quezada, quien pudo marcar la frontera entre un “antes” histórico insatisfactorio,
frustrante y fracasado y un “después” coronado por el progreso y el éxito. Por él llegamos a creer que estábamos en el umbral de una nueva edad democrática y sin embargo, de nueva
cuenta ese "momento crucial" nos condujo a nuestro eterno callejón sin salida, a la trampa
de la que no podemos escapar desde 1821.
¿Qué fue lo que ocurrió con
Vicente Fox? … Desde 1988 en que fue electo diputado federal, Vicente Fox asumió
una postura radical contra el priismo. Con una amplia variedad de recursos
propagandísticos y una postura inquebrantable y frontal, asumió de manera
progresiva e incontenible el papel de líder espiritual del panismo y del México
ansioso de vida democrática y de cambio, para ello se enfrentó al menguado enemigo
priista e incluso al “fuego amigo” disparado contra él desde el Partido Acción
Nacional.
Como diputado federal se
distinguió por una crítica acérrima contra Carlos Salinas que llegó a la
presidencia en medio de un fraude electoral. El 23 de febrero de 1989 formó
parte del “Gabinete alternativo” coordinado por Manuel J Clouthier para obligar
a Salinas a realizar los cambios prometidos en materia económica (contra la
inflación), electorales (La creación de un órgano electoral “ciudadanizado”) y entre
otras, la reforma constitucional para permitir a los miles de mexicanos por
nacimiento de padre extranjero ser presidentes de la república.
Contra lo esperado, Vicente Fox redobló
su actividad política, protestó contra el fraude electoral y exigió la
inmediata convocatoria para elecciones en Guanajuato ante lo que Medina
Plascencia se hizo el sordo. A partir de ese momento Vicente Fox generaba a
diario noticias de interés nacional debido a su permanente denuncia contra el
fraude de la elección presidencial de 1988, a la que nunca legitimó y contra la
que él mismo sufrió en 1991.
Debió ser el candidato
presidencial del PAN en 1994, pero de nueva cuenta Carlos Salinas de Gortari le
cerró el paso, ahora con la complicidad de Diego Fernández de Ceballos. Al
reformar el artículo 82 de la constitución para permitir que los mexicanos por
nacimiento, hijos de padre o madre extranjera pudieran ser presidentes de
México, lo cual era el caso de Fox, le pusieron a la reforma un “candado”, con
dedicatoria a Fox, al fijar para el año 2000 el inicio de la vigencia de esa
reforma constitucional. Vicente Fox no pudo ser candidato en 1994.
Las elecciones de 1994 estuvieron
enmarcadas en grandes sucesos, la muerte del candidato oficial Luís Donaldo
Colosio y el ungimiento de Ernesto Zedillo como único cercano a Salinas con
derecho a inscribirse como candidato (por haber renunciado oportunamente a su
encargo de Secretario de Educación). Era el mejor momento en la relación de
Salinas con el panista Diego Fernández de quien se decía que cogobernaba con el
propio presidente Salinas, a la postre también fue el momento de
distanciamiento de Salinas con el PAN.
En 1994 el IFE celebró el primer
debate televisado de los candidatos y su transmisión nacional fue un éxito que
catapultó la candidatura de Diego Fernández de Ceballos del PAN, en ella aplastó
a sus contendientes, el priista Ernesto Zedillo y el perredista Cuauhtémoc
Cárdenas, colocándose como el amplio favorito para presidir a México entre 1994
y el 2000, pero sin causa justificada (aparentemente) Diego Fernández de
Ceballos abandonó la campaña, concretándose a reuniones de puertas cerradas con
empresarios, y no volvió a aparecer públicamente en ningún acto relevante de
campaña, tampoco generó propaganda alguna, lo que favoreció a Ernesto Zedillo,
quien practicamente sin enemigo al frente llegó a la cita con las urnas y ganó.
Aún sin campaña Diego Fernández
quedó en segundo lugar y de inmediato reconoció haber sido derrotado por
Zedillo. Poco después se supo que Diego Fernández fue beneficiado por su gran
amigo Carlos Salinas con un jugoso y multimillonario acuerdo en un juicio de
amparo en Punta Diamante, con ello el entonces candidato entró al círculo de
los multimillonarios mexicanos, la noticia filtrada fue aceptada por Diego
Fernández despertado la certeza a todos, de que el candidato panista se retiró
de la campaña porque se había vendido como una vil mujerzuela.
Si para entonces algunos panistas
no simpatizaban con Vicente Fox y su postura radical, después de que se supo la
componenda de Salinas y de Diego Fernández, todos los panistas se volvieron
foxistas, para el panista común y corriente Fox era el tipo de persona que
nunca se vendería y que garantizaba una actitud perseverante en sus objetivos y
que además ganaría la presidencia. Acobardado Carlos Median Plascencia y ya sin
el apoyo de Luís H. Alvarez, ni de Diego Fernández, convocó a elecciones
extraordinarias en Guanajuato y Vicente Fox que se presentó como candidato barrió
en ellas.
Como presidente, Ernesto Zedillo
reconoció los triunfos en los estados donde ganaba el PRD, por lo que este
partido pudo acceder plenamente a los beneficios de una sociedad democrática,
donde los partidos formaban su eje, por su parte Vicente Fox dejo de ser
hostilizado y se concretó a organizar las elecciones del 2000, el PRI por
primera vez estuvo solo, el presidente Zedillo dejó al PRI a una “sana
distancia” y así tuvo que elegir sin el dedazo oficial a su candidato
presidencial: Francisco Labastida Ochoa, ex gobernador de Sinaloa.
Vicente Fox se presentó a la
convención nacional panista de donde emergió triunfante frente a sus opositores
internos. La campaña de Vicente Fox fue una atronadora marcha triunfal por toda
la república, el candidato del PRD sufrió la pérdida de casi todos sus
simpatizantes históricos, la “izquierda” convocó al voto útil para sacar al PRI
de los Pinos como decía Vicente Fox, quien en su postura llegó a injuriar, en
un debate presidencial, a Labastida Ochoa llamándolo “la vestida” y su
intransigente postura se convirtió en el lema “¡Ahora, ahora, ahora!” con el
cual cerró su exitosa campaña.
Con México a sus espaldas,
Vicente Fox llegó a las elecciones del 2 de julio del 2000 y aplastó a todos
sus contendientes, las urnas no alcanzaban para contener una votación histórica,
las casillas especiales para recibir los votos de los mexicanos en tránsito y
de los residentes en el extranjero se atiborraron de votos, los vuelos del
“México de afuera” se dispararon por mexicanos que solo querían llegar al
Aeropuerto de la Ciudad de México para votar y sacar al PRI de los Pinos y de
la misma historia de México.
El panismo vivió un momento
irrepetible de legitimidad, una plena justificación histórica, parecía la
confirmación de los profetas democráticos y sabios que fundaron el PAN y que vaticinaron
el advenimiento de una patria ordenada, generosa y democrática. Apenas a unos
minutos de que se conocieron los resultados preliminares, Ernesto Zedillo Ponce
de León felicitó a Vicente Fox por su triunfo incuestionable.
Vicente Fox anunció que formaría
un gabinete con los mejores mexicanos sin distingos de partido, después se supo
que el gabinete lo integró un despacho de “cazadores de cerebros” y que el
único requisito indispensable fue “que hablaran inglés”. Como presidente logró un acuerdo con los priistas para sacar
adelante las propuestas de Ernesto Zedillo Ponce de León: IVA a medicinas y
alimentos y reforma petrolera, pero los priistas lo incumplieron, en eso se fue
el primer año de gobierno.
En 2001, el gobierno de Fox
externó tardíamente su solidaridad al norteamericano por los atentados del 11
de septiembre y México, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, se opuso Estados
Unidos cuando este pidió autorización para invadir a Irak, lo que lo distanció
de “su amigo” George Bush. México apoyó las mociones presentadas contra Cuba
por su tradicional desprecio a los derechos humanos y políticos de los cubanos,
lo cual desgastó a Fox ante el numeroso club de fieles admiradores de Fidel Castro.
En 2003 el PAN se enfrentó a una apabullante
derrota en las elecciones federales, el PRI demostró que no estaba muerto y que
sabía pescar a río revuelto. Los restantes tres años de la presidencia de Fox
estuvieron afectados por la intención de su esposa, Martha Sahagún, de ser su
sucesora en la presidencia, también se multiplicaron las denuncias contra sus
hijos políticos “los bribiesca” y una larga confrontación con Andrés Manuel
López Obrador, terminó lanzando al cielo la popularidad del entonces Jefe de
Gobierno del Distrito Federal, también se confrontó con Felipe Calderón
Hinojosa a quien regañó por su activismo político y con ello lo favoreció hasta
el punto de que ganó la elección presidencial interna dentro del PAN contra su
favorito Santiago Creel. Su gobierno quedó manchado por las sospecha de que la
entrega de permisos de casinos a grupos de la delincuencia organizada fue a
cambio de embutes.
Por último apoyó la Ley Televisa
que dejó como herencia maldita, hasta que la Suprema Corte de Justicia
prácticamente la deshizo un año después de que dejara la presidencia. Su
gabinete resultó ser un total fracaso, lo que favoreció la recuperación del
PRI, en contraste dentro del PAN apoyó a Manuel Espino, amigo y socio de
Santiago Creel, quien fomentó las prácticas anti democráticas dentro del PAN
para favorecer a sus amigos. Entregó irresponsablemente dinero de los
excedentes del precio del petróleo a los gobernadores que lo dilapidaron, también, irresponsablemente.
La personalidad de Vicente Fox
también cambió, de un combatiente ideológico y político, pasó a ser un
personaje de comedia bufa, el “Chente” como lo caracterizaron en el canal de
las estrellas, en la comedia irreverente que terminó siendo el legado del
foxismo “El privilegio de mandar”
Así que las expectativas del año
2000 se trocaron en desilusión total para el 2006, en ese escenario los
panistas prefirieron a Calderón por considerarlo un panista “verdadero”. En las
elecciones del 2012, después de apoyar a Josefina Vázquez Mota, a la que hizo
diputada federal en el 2000 y que fue candidata del PAN a la presidencia doce
años después, Vicente Fox decidió traicionarla para apoyar la candidatura de
Enrique Peña Nieto, todo para que no le retirara la pensión presidencial de que
goza y de que su “enemigo” Andrés Manuel López Obrador no ganara la presidencia.
Así que la pregunta ¿Qué fue lo que ocurrió con Vicente Fox? Tiene
plena vigencia, ¿Qué ocurrió en esos 120 días entre el 2 de julio en que Fox
fue electo presidente y se encontraba en plenitud y el 1 de diciembre en que
inició su gobierno que terminó siendo una opereta? Esta pregunta ha sido
formulada y reformulada de mil maneras, sin encontrar una respuesta
uniformemente aceptada, en lo personal cada vez que se menciona que existe una
persona sabia en este país, voy a verla para formularle esa pregunta como si
fuera un oráculo y sin embargo, nadie sabe.
Como persona creyente en los
fueros de la razón, siempre he creído que algo debe explicar el "por qué" de ese
brusco quiebre entre el genial Vicente Fox de antes del 2 de julio y el babeante
imbécil que tomó posesión de la presidencia mexicana el 1 de diciembre del año 2000.
Admito que aun la busco a pesar de haber escuchado tantas explicaciones.
Esas explicaciones parecen
escritas con la tinta de la burla o por la pluma del extinto Jorge Luis Borges,
la primera dice que el verdadero Vicente Fox fue secuestrado el mismo día 2 de
julio del año 2000 y que el sujeto que tomó posesión el 1 de diciembre es un
doble, eso explicaría borgianamente todo, pero no me parece creíble; Otra explicación aduce que cuando a
Vicente Fox le dijeron que buscara a los "headhunters" “cazadores de cerebros” este lo confundió y se dedicó a buscar, afanosamente, un despacho de .... “cazadores de cabezas”, así terminó en el consultorio de un tal doctor Frankestein, que después de escuchar
la abigarrada explicación del presidente electo, simplemente le trepanó el
cerebro aduciendo que "Así lo tendría todo más claro" y vaya que durante seis agónicos años (para nosotros) él lo tuvo todo muy claro.
En fin, hay decenas de dudosas o increíbles explicaciones, como la que afirma que Vicente Fox ni fue suplantado ni fue descerebrado, sino que ya era un
imbécil perfecto, eso sí, rodeado de un pueblo tan ingenuo que pecó de ....