Los seis años de Luís Echeverría se caracterizaron por una
demagogia galopante, las arcas de la república acompañaban a este incansable hombre
en sus andanzas, repartía a puños el dinero del pueblo, lo mismo en grandes
obras que en vanas ocurrencias, viajaba con todo el gabinete y con
una larga fila de invitados, su oratoria era a tono con los discursos de la
época, no podía imitar a Salvador Allende en su vivacidad, pero lo mal intentaba,
no podía imitar a Fidel Castro en su monserga “revolucionaria”, pero lo
intentaba. En aquellos tiempos el presidente Echeverría se creía el líder del Tercer
mundo, daba por descontado que al dejar Los Pinos sería nombrado, por
aclamación de la Asamblea, Secretario General de la ONU, juraba que su retórica de izquierdas lo
pondría a salvo de cualquier responsabilidad por aquello del dos de octubre de
1968 y del jueves de corpus de 1971. Como suele ocurrir con los tiranos,
Echeverría tenía sus típicas debilidades: La familia, en este caso era la de su
esposa, los Zuno, una fauna exótica de dóciles corderos e insaciables depredadores
y la otra, fue su propia pandilla de cómplices, como César reservaba el oro era para los amigos y
el hierro para los enemigos.
Echeverría dejó como legado a una escuela de mala política que
recogieron sus sucesores priistas, y por increíble que parezca, también su
emulo vergonzante, el presidente “panista” Felipe Calderón, quién a diferencia de
su maestro no pudo imponer en la
presidencia de México a ninguno de sus amigos, por lo que solo les resta consolarse con las senadurías y el oro de la venta de casinos, concesiones y privilegios recibido de generosos y anónimos beneficiarios, en el plano internacional su último
discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas fue el evento más desangelado
y triste a que se haya enfrentado ningún presidente de México, solo la
delegación mexicana estuvo presente y esto solo porque la canciller Patricia Espinoza amenazó
con no pagar ni el aguinaldo ni el bono sexenal al empleado que faltara. Por lo que
respecta a las “grandes reformas estructurales” presentó con bombo y platillo
una reforma laboral insignificante y en lo político, tuvo que soportar que algunos se le sublevaran, por el momento mientras agoniza el sexenio solo se
avizoran tormentas en el futuro de Felipe Calderón, pero todavía se da tiempo para insultar a los candidatos del PAN que perdieron en 2012 y a los que llamó
“pigmeos”, en fin termina sin gloria, sin honor pero eso sí, cobrando venganza por agravios reales o imaginarios.
Queda empero, en el futuro inmediato de Calderón la última de sus
batallas, no es por cierto contra el PRI, ni contra el PRD, ni contra MORENA,
es contra el PAN. Siguiendo a su maestro y guía se dispone a dar un “cuencazo” como
lo hiciera en 1976 Luís Echeverría, a punto entregar el gobierno, destapó al
General de cinco estrellas Hermenegildo Cuenca Díaz, como candidato del PRI a
Gobernador del Estado de Baja California, el destape significó el rompimiento
de las reglas de la sucesión priista en Baja California, pues correspondía al
nuevo presidente designar a su primer gobernador en este estado, pero Echeverría
desoyó la regla no escrita e impuso al General, quien por cierto murió en la
única batalla en que combatió, la campaña por la gubernatura y con su muerte, dejó a López Portillo la oportunidad de designar a su amigo y cómplice Roberto
de la Madrid Romandía. A este episodio nacional, carente como todos los
nuestros de cualquier tipo de gloria, se le conoce como el “cuencazo”.
Felipe Calderón, herido gravemente por el desprecio
del panismo que antes lo ensalzó y por su amargo legado en el PAN, pero todavía
con la fuerza suficiente para intentarlo, utiliza ahora a la Fundación Preciado
Hernández como órgano de hamponería política para justificar otro “cuencazo” en
Baja California e imponer a su amigo Gastón Luken como candidato del PAN a Gobernador, fuera de toda norma pre electoral, contra los tiempos que establecen las leyes y por un procedimiento ilegal, anti democrático y autoritario, para ello movió sus cada vez mas escasas fichas: Designó como director de la Fundación Rafael Preciado Hernández a su achichincle,
el tapete Juan Francisco Molinar Horcasitas, quién convocó el día 2 de octubre
a una Consulta Estatal a la membresía del PAN, en Tijuana,
precisamente donde residen tanto el probable beneficiario del dedazo, como los precandidatos por la vía democrática: Héctor Osuna Jaime y Francisco Vega de la Madrid.
La consulta cuyo cuestionario se puede consultar en el enlace al final de este escrito, fue anunciado por el propio Juan Francisco Molinar Horcasitas, utilizando a la Fundación
Preciado Hernández como ariete, su finalidad es la de influir al consejo
Nacional que se reunirá este 15 de octubre, para recomendar una "encuesta" o de plano el franco "dedazo", para "seleccionar" al candidato a gobernador y dar instrucciones al comité estatal para que este “designe” candidato. en pocas palabras, es la misma burda maniobra que ya ha realizado en repetidas ocasiones, Felipe Calderón quien espera trampear la vida democrática del PAN en Baja California.
La versión corrompida del PAN, encabezada por Felipe Calderón y favorecida por el silencio del jefe nacional Gustavo Madero, se prepara para
imponer candidato a gobernador por primera vez en la historia de Baja
California, esto es un acto lleno de oprobio y de vergüenza porque responde
simplemente a las apetencias de un solo sujeto, Felipe Calderón y que riñe
contra la digna historia del PAN. Es obvio que no es momento para que, dizque se nos "consulte" a los panistas por nuestros
dirigentes, pues lo que pretende Molinar Horcasitas es concluir con que: “Los
dirigentes son tan bien queridos, que ellos pueden designar candidatos y todo
mundo los aceptará”, tampoco es momento para utilizar ese lenguaje ambiguo de
tramposos, a que apesta la pregunta “¿Qué opinas de la selección de candidatos?”
pues en Baja California lo único que ha habido es “elección” de candidatos no
“selección” ni que fueran jamones, lo que el panismo quiere es lo que siempre se ha hecho, que sean electos por los panistas en convenciones democráticas. Esta consulta es para manipular la opinión de los panistas y y que quienes sean candidatos sean
personas no panistas, “ciudadanos”, como si los panistas no fuéramos
ciudadanos, que lo somos … y de excelencia.
En suma, Felipe Calderón quiere imponernos a su amigo
Gastón Luken, cuyos méritos son claros, es otro amigo de Felipe Calderón, y se prestó para ser candidato a diputado federal en el 2009 por la corrupta vía del "dedazo". Por desgracia ha dicho que va a ser candidato a gobernador y que le "gustaría que fuera por el
PAN", diciendo con ello que si no es por el PAN, seguro lo sería por otro partido, asegura que su candidatura le dará mayor nivel
al PAN y sin embargo, su paso por la Cámara de diputados fue tan improductiva
como legislador, como cualquier otro de los diputados que padecimos, es lamentable que a pesar de vivir con esplendidez gracias al PAN y a la curul que este le regaló en 2009, no se haya afiliado al partido, acaso porque le parece poca cosa el partido fundado por Gómez Morín y con héroes bajacalifornianos como de Don Salvador Rosas Magallón, pero al parecer eso es poco ante su propia grandeza.
Cabe recordar que el “cuencazo” de Echeverría terminó en un
fracaso transexenal y eso es lo que le espera al “cuencazo” de Felipe Calderón,
pues los panistas de Baja California van a impugnar cualquier desvío de la
histórica norma democrática del PAN que prevalece en este estado desde su fundación
y que ni Juan Francisco Molinar Horcasitas, ni el enclave anti democrático, que es ahora la Fundación Preciado Hernández, ni el presidente podrán destruir y si en
última instancia, Gustavo Madero sigue con su actitud de "cuido mi chamba pero
dejo que Felipe haga lo que se le ocurra con el partido", pues para eso están las
instancias judiciales en materia electoral.