Mi gusto por la historia y sus enigmas, se lo debo al libro de Waldo Frank, “España Virgen”,
traducido del inglés al español por el poeta de ambos lados del
Atlántico León Felipe (Que nació en España, pero que vivió y murió en México) es el libro que por excelencia
honra a otra nación (España) y no a la propia (Inglaterra), es tan históricamente preciso, que asombra y a todo lector exigente lo satisface.
Ahí descubrí en mi lejana adolescencia que en España, donde todo los pueblos de la Europa previa a la Edad Media colisionaron, y que no se habla un solo idioma, que por el contrario el español es un idioma más, como el asturiano, gallego, catalán, euskera, aragonés, y que a lo largo de su accidentada historia, se han hablado otros muchos idiomas, de aquellos pueblos que llegaron a su suelo, como los visigodos, musulmanes, judíos, cartaginenses y los romanos, más aquellos pueblos que incluso ya habitaban la península, como los iberos, lusitanos y los filisteos.
Ahí descubrí en mi lejana adolescencia que en España, donde todo los pueblos de la Europa previa a la Edad Media colisionaron, y que no se habla un solo idioma, que por el contrario el español es un idioma más, como el asturiano, gallego, catalán, euskera, aragonés, y que a lo largo de su accidentada historia, se han hablado otros muchos idiomas, de aquellos pueblos que llegaron a su suelo, como los visigodos, musulmanes, judíos, cartaginenses y los romanos, más aquellos pueblos que incluso ya habitaban la península, como los iberos, lusitanos y los filisteos.
Fue algo sorprendente, que en mi
país, México en el que también existen idiomas, aparte del español, como el náhuatl,
chol, totonaca, mazateco, mixteco, zapoteco, otomí, tzotzil, tzeltal, maya y
más de otros 40 idiomas indígenas, muchos se encuentren a punto de desaparecer, debido a que
quedan muy pocos de sus hablantes, y cito como triste ejemplo a los de Baja
California, donde las lenguas paipái, kumiai y cucapá se extinguen con la
miseria en que sus miembros se encuentran, ante el desprecio de nuestros
gobernantes, y ante su amor desmedido por su cultura.
Qué ironía, mientras que en España subsisten
varios idiomas oficiales, en México que hay muchos más, solo tenemos hoy al español y a los demás idiomas los tenemos ... pero en estado agónico. Algo más desconcertante, fue que en las Filipinas, que fue parte del Virreinato de la
Nueva España durante casi por tres siglos, se habla "Tagalo" y casi nadie hablaba durante
ese tiempo el español, salvo el "chavacano" que casi desapareció de las islas por la matanza
de filipinos realizada por Estados Unidos (1898 y 1910) después de la victoria a
sangre y fuego contra España, matando a todo adulto hombre por considerarlo
“enemigo”.
El problema ponía en riesgo
las explicaciones oficiales, tales como que los españoles habían dado muerte a
todas las culturas en “México” y que en consecuencia, durante esos trescientos
años persiguieron a esos idiomas. Lo cual no encaja con la Nueva España en América y en las Filipinas, donde los españoles "odiarían" al náhuatl, otomí, tarásco, yaqui, comanche en "nuestro" “México” y amarían en Asia al tagalo, que es otra lengua precolombina ¿Por qué? ¿Por qué aquí odiaban y allá amaban? El problema no podía discutirse ni siquiera en la academia, pues era una “verdad” indiscutible, como que el Cielo es azul.
Con el tiempo, la respuesta dejo se ser un misterio, siendo conocida para quien esto escribe, pero para expresar esa respuesta, esperaremos a otro artículo, que espero lean.
Por
Antonio Limón López.