Tres conceptos urbanísticos, que tienen diferente
fortuna en México. La primera palabra, la de “Jardín” es de
origen francés y se popularizó durante la invasión de Napoleón a España y de
ahí a la Nueva España, nombre que designa algo que ya existía, pero así se renombró a esa superficie dedicada a la flora tanto en las casas privadas, como
en los parques públicos.
Lo primero es mencionar que las “glorietas” son
magníficas para colocar en ellas a estatuas, lo cual nos viene muy bien a los
mexicanos que nos gustan las estatuas de héroes que a pesar de su grandeza no
evitaron la entrega de más del 50% de nuestro territorio. Dejando en segundo
lugar nuestro gusto por esas glorietas para colocar en ellas elementos de
cultura patria, es oportuno decir que las glorietas son elementos de tránsito
urbano que se vuelven muy importantes, pues a ellas llega el flujo vehicular de
varias avenidas, algunas que son bastantes grandes y otras de escaso tránsito, por
lo que atravesar una glorieta es un desafío diario para el conductos y ya no
digamos para el peatón, pues existe para ambos un alto riesgo de accidentes,
las personas que vienen del exterior, en general de Estados Unidos, donde no
existen sino excepcionalmente, suelen enfrentarlas como a una pesadilla y no
volver, si no sufren algún accidente en ellas.
En Baja California existen varias, todas ellas
planeadas desde la Ciudad de México (El centralismo totalitario que tenemos) por arquitectos que nunca vinieron a Baja
California y que ahora, para no dinamitarlas, nuestras autoridades les han
colocado una decena de semáforos por cada una, y aun así son frecuentes los
accidentes por ignorar o no acatar las complicadas reglas de tránsito o de
cortesía respecto a las glorietas, eso sí, tienen héroes para aventar para
arriba.
Si las glorietas son una calamidad, los camellones
son mayor desgracia, pues sus cabezales se convierten en centros de vendedores
ambulantes, saltimbanquis a las cuales no se pueden expulsar de ese lugar, para
cumplir su misión de embellecimiento de la ciudad necesitan de una red de agua
para su riego y el manejo oportuno de su operación, sin embargo en Tijuana que fue
proyectada en su zona del Río Tijuana Primera Etapa desde la ciudad de México,
los jardines interiores existentes dentro de los camellones son regados todavía
con agua trasladada en pipas.
No todos los camellones tienen igual suerte, los
camellones en proyecto son excelentes para vender desarrollos habitacionales,
pero la realidad de su mantenimiento es muy diferente, en algunos lugares los
camellones no cuentan con las redes de agua para regar los jardines interiores
y la vegetación se seca.
En diversos partes de la república los camellones son invadidos por precaristas que se asientan en ellos si tienen la
oportunidad. Es frecuente que donde hacen intersección con otra vialidad o con una señal que indique
alto, estas esquinas se conviertan en zona comercial de vendedores ambulantes, lavado de
cristales, limpieza de auto y zona de asaltos, todo esto en un alto momento, por si fuera poco, el jardín del camellón se deteriora de tanto pisarse, por desgracia en zonas habitacionales
con malos servicios suelen utilizarse para depositar las bolsas de basura, algunos vecinos ven en el camellón del otro lado
de su casa a una zona de estacionamiento, y lo utilizan dejando su
auto y exigiendo incluso a los vecinos y visitantes que sea respetado,
como si fuera propio.
He visto en imágenes proporcionadas por Internet,
que algunos camellones son convertidos en estacionamientos privados, arreglados
con losetas y guardas de concreto, eso sí con su respectiva cadena para
garantizar que nadie los use sin permiso del nuevo propietario de la vía pública.
Sin embargo, lo peor es el número de accidentes
que ocurren ocasionados por los camellones que no dejan salir a los
automovilistas pues el camellón se los impide, entonces tienen que empujar el auto largos trechos por falta de gasolina (Ni
modo vivimos en México, no en París) algún desperfecto mecánico, alguna
ponchadura de llanta y claro los accidentes. En Tijuana es frecuente que los
habitantes de los canales sean atropellados al tratar de salir de ellos y tratar de cruzar la calle, , los
accidentes menudean debido a las altas velocidades a que se sienten autorizados los conductores o a la
falta de señalización, también riegan los jardines con agua que traen en pipas y propician desperdicio de vital liquido.
Se convierten en una limitante, pues una vez
que son construidos no pueden ampliarse las vías por el un camellón, ya que se colocan arbustos y arboles que impiden ver a los
automovilistas que viajan en los carriles centrales y a los que intentan ingresar a las vialidades centrales, propiciando accidentes al reducir la visión de los conductores que intentan ingresar o salir. Nunca es suficiente la senalizacion, no existe suficiente rojo o amarillo en los cordones
Estados Unidos no utiliza ni las glorietas, ni los camellones, pues su uso pone en grave riesgos a la vida de los demás y ¿Todo para qué? Para una hipotética belleza urbana en perjuicio de la seguridad en el tránsito.
Por Antonio Limón López.
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