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LA MAFIA DEL BEISBOL



Andrés Manuel López Obrador despierta gran aprecio por su declarada y muy declarativa lucha contra la corrupción, la que ha generados cientos de discursos y anécdotas de nuestro Presidente, pero pocos o ningún corrupto en prisión y mientras azuza contra la Mafia del Poder, ahora es amigo de miembros de esa mafia tan connotados como Alfonso Romo y Alfredo Harp Helú, este último  quien fue propietario de Banamex, uno de los bancos que participó en el saqueo al Fobaproa durante el gobierno de Ernesto Zedillo, y cuyas operaciones fraudulentas están siendo pagadas por los mexicanos, aunque por su magnitud, nuestro presupuesto de egresos solo contempla el pago de intereses del quebranto.
No solo eso, el multimillonario Alfredo Harp Helú después de la atrocidad del Fobaproa, tuvo el descaro de pedir al Gobierno Federal que saneará a Banamex por sus propios malos manejos, a lo que nuestro solicito gobierno accedió pagando miles de millones de pesos de nuestra maltrecha economía para sanear al banco, es decir a liquidar deudas y saldar obligaciones del banco con nuestro dinero.
Cabe decir que Harp Helú no pagó ni ha pagado un centavo, ni por el quebranto del Fobaproa, ni por el rescate bancario que le permitió poner a flote a su banco en quiebra por malos manejos, así, tiramos miles de millones de pesos en salvarle el pellejo, y a cambio ni un centavo. Pero la historia de atrocidades apenas inicia, pues en el año 2001, Harp Helú vendió Banamex a CitiBank, que adquirió sus activos y ninguna de sus deudas, por lo que fue necesario la aprobación del gobierno de Vicente Fox Quesada, cuyo Secretario de Hacienda el sinuoso Francisco Gil Díaz, la aprobó de inmediato dejando a México sin la posibilidad de recuperar un solo centavo, incluso la operación ocasionó el impago de 35 mil millones de pesos solo en concepto de IRS, pues al hacerse mediante la Bolsa de Valores no se pagó un solo centavo.  
Claro que el inmenso quebranto provocado por la malicia de Alfredo Harp Helú, como de otras sabandijas que andan por ahí presumiendo de benefactores, solo fue posible con la colaboración supuestamente "gratuita" de funcionarios de las administraciones de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, y también por desgracia, de la desmemoria de los mexicanos,
Solo quedaba salvar el "buen nombre" de Alfredo Harp Helú, pues el riesgo de ser tratado como miembro de la Mafia del Poder estaba latente, así que construyó un nuevo estadio para su equipo de béisbol e hizo partícipe de ese proyecto a Andrés Manuel López Obrador y este, viendo la oportunidad de aparecer como promotor del béisbol, pues se volvió parte de los aplaudidores de Harp Helú y el día de la inauguración del Estado, de nada le valió su estrategia pues se llevó una monumental rechifla. La historia tiene un final infeliz, en lugar de estar como merece, tras de las rejas y sin un centavo, Alfredo Harp Helú es un multimillonario a costillas del Erario y ejemplo de los prohombres pillos de Andrés Manuel López Obrador.

Por Antonio Limón López

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