Era previsible, se veía venir desde inicios de siglo, pero existía entonces una cierta dosis de incertidumbre, algunos de los actores políticos de aquella hora no develaban su real naturaleza y ante su discurso militante existía la posibilidad de una postura a la izquierda, existía esa expectativa sobre todo con personajes cuya carrera estaba en ascenso.
Ahora las dudas se han despejado, en México solo existen “derechas”, solo existen finalidades políticas de derecha, todos los políticos son de derecha y los que se autocalifican como de “izquierda” son en realidad ultraderechistas. Bueno, tal vez haya alguna excepción, y esto es porque sí de un político o partido se trata, ya que no cumpla el perfil de derecha, ni de ultraderecha, entonces será porque es de ultramegaarchirrecontraderecha ¿O no?
El PRI no representa ningún misterio, ni sorpresa, está ahora formalmente en el poder, pero materialmente no lo ha dejado ni un solo minuto desde tiempos del General Lázaro Cárdenas Del Río. Su postura de derecha es la absoluta ausencia de cualquier ideología, carece de principios, no los tiene y nunca los ha tenido, pero los simula acorde a lo que determine su jefe circunstancial, en este caso lo es Enrique Peña Nieto.
El PAN, ahora a imagen y semejanza de quien fuera su acérrimo rival, el PRI, también carece de cualquier ideología, sus gobernantes formales Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, fueron otros dos presidentes priistas, que solo tenían en la cabeza las reformas estructurales esculpidas por Ernesto Zedillo Ponce de León, que se sirvieron del aparato priista, que controlaron a la manera de los presidentes priistas a su partido, que se dedicaron a sacar ventaja personal al gobierno y que fueron también simuladores.
El PRD que en el pasado se esforzó por identificarse como de izquierda, es ahora otra organización en manos de una pandilla depredadora conocida como los “chuchos” que venció aplastantemente a otras pandillas derechistas como la del señor de las ligas, Bejarano y al amigo de los grandes empresarios defeños, el progresista Marcelo Ebrard.
El PRD es una maquinaria para hacer dinero. Pero ninguna máquina política es tan efectiva para enriquecer a su dirigentes como el PVEM, propiedad de una familia y con un grupo numeroso de “pirruris” que encontraron en la marca “verde” una auténtica mina de oro y una excelente protección a sus carreras de vulgares criminales.
Es el mismo caso de los partidos derechistas bajo las franquicias del PT y del MC, propiedad de un par de bribones, que lanzando a idiotas útiles como candidatos, han logrado sostener su registro y hacer con ello un pingue negocio, regenteando a miserables mexicanos muertos de hambre, que por una torta o algo menos que eso están dispuestos a todo, incluso a asistir a una aburrida concentración. Esta práctica no es exclusiva de estos micropartidos, pues es la moneda de uso en todos ellos.
Lo mismo se aplica al “partido” o mejor dicho “pandilla” fundada por Elba Esther Gordillo y que se ganó el odio a muerte del PRI al separar al sindicato de maestros del seno tricolor. Finalmente la PGR por órdenes del presidente Peña Nieto, amo absoluto del PRI, se aventó una carambola de triple banda, pues al meter tras las rejas a la rijosa dirigente, obtuvo de nuevo al sindicato ahora regenteado por el pelele de Juan Díaz de la Torre y por último consumó una acción apoyada por Televisa, a quien la Gordillo no entregó ni un céntimo.
Por lo que respecta a los nuevos partidos, las cosas no pintan mejor para las difuntas “izquierdas”, por principio de cuentas el partido Humanista es una sumatoria de ex foxistas perseguidos por el calderonismo, democrata cristianos y calderonistas que ahora se sienten expulsados del PAN, ahora propiedad de Gustavo Madero y sus amigos juerguistas. Nada tiene que ver con las izquierdas.
En cuanto al Partido Encuentro Social o PES, este es el partido de la muy importante y numerosa comunidad evangelista mexicana, que tiene su origen en Tecate Baja California, donde priistas evangelistas, se dieron cuenta de que podrían incluso ganar elecciones locales, se organizaron como asociación política local y adquirieron el rango de partido. Los evangelistas consideran que las “bendiciones” son dinero en efectivo o bienes materiales valiosos que Dios entrega en las cuentas de quienes pertenecen a su iglesia. Son el “Pare de Sufrir” mexicano, son juaristas porque consideran que Juárez era enemigo de la Iglesia Católica.
El caso de MORENA es más curioso, es guiado por un pastor también evangelista, el hermano Andrés Manuel López Obrador, que viene rodeado de una corte poco celestial de bribones escépticos en lo religioso, pero que adoran a Don Dinero, Don Senado y Doña Diputación, los que cual panes bíblicos, López Obrador multiplica al infinito en cada elección en que es candidato presidencial. AMLO, como buen pastor evangelista es también juarista.
¿Cuál izquierda? No sean farsantes. No existe.
Por Antonio Limón López
Nuevo Himno del Partido Acción Nacional
¡UNAM.... HAZME UN PARO!
…Izquierda, derecha …¿O qué?
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Ahora las dudas se han despejado, en México solo existen “derechas”, solo existen finalidades políticas de derecha, todos los políticos son de derecha y los que se autocalifican como de “izquierda” son en realidad ultraderechistas. Bueno, tal vez haya alguna excepción, y esto es porque sí de un político o partido se trata, ya que no cumpla el perfil de derecha, ni de ultraderecha, entonces será porque es de ultramegaarchirrecontraderecha ¿O no?
El PRD que en el pasado se esforzó por identificarse como de izquierda, es ahora otra organización en manos de una pandilla depredadora conocida como los “chuchos” que venció aplastantemente a otras pandillas derechistas como la del señor de las ligas, Bejarano y al amigo de los grandes empresarios defeños, el progresista Marcelo Ebrard.
El PRD es una maquinaria para hacer dinero. Pero ninguna máquina política es tan efectiva para enriquecer a su dirigentes como el PVEM, propiedad de una familia y con un grupo numeroso de “pirruris” que encontraron en la marca “verde” una auténtica mina de oro y una excelente protección a sus carreras de vulgares criminales.
Es el mismo caso de los partidos derechistas bajo las franquicias del PT y del MC, propiedad de un par de bribones, que lanzando a idiotas útiles como candidatos, han logrado sostener su registro y hacer con ello un pingue negocio, regenteando a miserables mexicanos muertos de hambre, que por una torta o algo menos que eso están dispuestos a todo, incluso a asistir a una aburrida concentración. Esta práctica no es exclusiva de estos micropartidos, pues es la moneda de uso en todos ellos.
Lo mismo se aplica al “partido” o mejor dicho “pandilla” fundada por Elba Esther Gordillo y que se ganó el odio a muerte del PRI al separar al sindicato de maestros del seno tricolor. Finalmente la PGR por órdenes del presidente Peña Nieto, amo absoluto del PRI, se aventó una carambola de triple banda, pues al meter tras las rejas a la rijosa dirigente, obtuvo de nuevo al sindicato ahora regenteado por el pelele de Juan Díaz de la Torre y por último consumó una acción apoyada por Televisa, a quien la Gordillo no entregó ni un céntimo.
Por lo que respecta a los nuevos partidos, las cosas no pintan mejor para las difuntas “izquierdas”, por principio de cuentas el partido Humanista es una sumatoria de ex foxistas perseguidos por el calderonismo, democrata cristianos y calderonistas que ahora se sienten expulsados del PAN, ahora propiedad de Gustavo Madero y sus amigos juerguistas. Nada tiene que ver con las izquierdas.
En cuanto al Partido Encuentro Social o PES, este es el partido de la muy importante y numerosa comunidad evangelista mexicana, que tiene su origen en Tecate Baja California, donde priistas evangelistas, se dieron cuenta de que podrían incluso ganar elecciones locales, se organizaron como asociación política local y adquirieron el rango de partido. Los evangelistas consideran que las “bendiciones” son dinero en efectivo o bienes materiales valiosos que Dios entrega en las cuentas de quienes pertenecen a su iglesia. Son el “Pare de Sufrir” mexicano, son juaristas porque consideran que Juárez era enemigo de la Iglesia Católica.
El caso de MORENA es más curioso, es guiado por un pastor también evangelista, el hermano Andrés Manuel López Obrador, que viene rodeado de una corte poco celestial de bribones escépticos en lo religioso, pero que adoran a Don Dinero, Don Senado y Doña Diputación, los que cual panes bíblicos, López Obrador multiplica al infinito en cada elección en que es candidato presidencial. AMLO, como buen pastor evangelista es también juarista.
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