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MÉXICO 2013 – 2031


La descripción más importante de cómo será México los próximos 18 años, no radica en cómo serán los autos modelo 2025, o si los edificios serán de plástico y tampoco si serán robots quienes realicen las cirugías a los enfermos de ese futuro, no es que sean cuestiones sin interés, pero para nosotros, que podemos modificar el futuro o dejarlo que se presente conforme a la inercia, nos debe interesar más prever la forma del Estado que hemos venido creando desde hace años y decidir de una buena vez si ese es el que queremos, o si queremos evitarlo y transformarlo en algo distinto.
Los elementos para pronosticar lo que se avecina políticamente están frente a nosotros, los estamos viendo en la conducta de nuestros gobernantes, en la forma como se reorganiza el gasto público, en el florecimiento de ciertas secretarías sobre otras, en los discursos de todos nuestros líderes y en los textos de todos nuestros politólogos, en el descrédito de nuestra clase política, en la riqueza de nuestro gobierno, en su eficiencia para algunas actividades y su displicencia para otras, así como  en la miseria rampante de más del 60% de la población. Aquí están las evidencias en espera de una recta interpretación de lo que está ocurriendo y de lo que seguirá ocurriendo, a menos que exista un golpe de timón.
El primer elemento para tomar en cuenta es la riqueza de nuestro gobierno, desde los años cuarenta el petróleo ha sido la fuente principal de recursos para el gobierno mexicano, tan importante que el gobierno es un inepto para cobrar impuestos pues toda su riqueza proviene de la venta de nuestro petróleo a los países industrializados. 
El segundo elemento consiste en nuestra minoría acomodada pero anodina políticamente, de empresarios y ejecutivos exitosos como lo son el Grupo Carso, las cerveceras, Bimbo, empresas constructoras, de alimentos y medicinas, ciertos grandes prestadores de servicios, maquiladoras, armadoras de autos, minas, hotelería y gastronomía, a estos hay que agregar los altos y medianos servidores públicos. En el futuro se agregarán algunos rubros a la élite de afortunados, pero con todo a lo sumo un 35% de los mexicanos podrán pagar impuestos y sostenerse con sus propios medios con una vida decorosa o incluso de riqueza para algunos, tenemos 147 mil millonarios o multimillonarios, el resto, un 65% de los mexicanos, estarán dentro de la clase económicamente pobre, sin capacidad de auto sustento digno y sin capacidad de pagar impuestos, tal vez un 10% escape a la pobreza pero estarán en la informalidad fiscal y legal, al ser comerciantes ambulantes, industriales de la piratería o incluso delincuentes de algún cartel. Pero sin duda al menos el 55% de todo México estará realmente en la pobreza durante los próximos 18 años, sin capacidad para tener una casa digna, ni educar a sus hijos en escuelas de su elección, ni viajar, ni educarse permanentemente , ni disfrutar de un menú de calidad en su mesa, ni pagarán impuestos, ni podrán tener negocios, despachos o autos que no sean chatarra.
El otro elemento es nuestra realidad política, los partidos políticos seguirán siendo organizaciones anti democráticas en su interior, estarán desprestigiados ante la sociedad pero seguirán siendo sostenidos artificialmente por el gobierno, esto ocasionará que el electorado, en su mayoría en condiciones de pobreza se convierta en el negocio mas lucrativo del país. Los partidos y el gobierno en un pacto hasta que se agote el petróleo, dispondrán de los recursos de la renta petrolera para repartir limosnas, despensas, materiales de construcción, algunos créditos baratos para sobrevivir. Prueba de este proceso es la enorme importancia de los programas contra la pobreza, en especial el creciente presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Social, SEDESOL, dedicada a mantener vivos y fanatizados a los pobres, otro signo de este proyecto cubierto de aparente bondad es el Seguro Popular, gratuito para quienes no tienen Seguro Social (IMSS) o seguro médico de gastos mayores, gracias al cual nuestra élite seguirá aparentando en el plano internacional, pues gracias a él cumplirá con los estándares internacionales de expectativa de vida, mortandad materno infantil y control poblacional.
Estamos ante una sociedad mayoritariamente pobre, con un gobierno clientelar y una clase política dedicada no a luchar contra la pobreza sino a cultivarla a la par que a la ignorancia y la mansedumbre, que son la fórmula macro económica perfecta para que "nuestros" partidos políticos sigan prosperando y conservando sus privilegios y falsas apariencias, el gobierno será extremadamente rico mientras dure la bonanza petrolera y las cúpulas de los partidos dispondrán de una riqueza enorme y de impunidad para seguir controlando las condiciones políticas, corromperán a los medios de comunicación, coptarán a los intelectuales hasta que voces como democracia, igualdad, legalidad pierdan todo sentido y seguirán ad infinitum las “reformas políticas” y "estructurales" sin reformar nada que afecte al estado, pero que serán magnificadas como grandes tareas nacionales solo para distraer la atención nacional y dispersar los anhelos de cambio creando válvulas de escape a la inconformidad social, política y económica.
Las reformas políticas enarbolando mayor democracia y transparencia electoral, seguirán siendo instrumentos de manipulación nacional en manos de las dirigencias de los partidos políticos y del gobierno, de manera creciente se centralizará el poder en el centro del país, los estados se convertirán en provincias de un centralismo feroz que dominará a todo el territorio nacional, las minorías dominantes crecerán en poder e influencia y los mecanismos de reparto de privilegios se sofisticarán hasta la perfección, permitiendo mayor control sobre una población mayoritaria ignorante, dogmatizada y anulada políticamente.
El México del futuro, hasta el 2031, en que tenemos garantizada la “renta petrolera” será un estado clientelar sutil o brutal, según se requiera, pero siempre anti democrático, donde la simulación, el calculo, el engaño y la manipulación serán el corazón moral del régimen, donde a lo sumo el 35% tendrán una posición independiente pero no critica ni reformadora y el resto de la sociedad, entre un 55 y un 65% de la población nacional, será una masa inconsciente en manos de las cúpulas partidistas, serán pobres dedicados a la profesión de la pobreza, que vivirán de lo que el Estado les proporcione: Alimentos de pobre calidad, habitaciones indignas, utensilios básicos, automóviles chatarra, educación deleznable, amnistía fiscal, un sistema de asistencia médica regido por el interés político, un sistema de pensiones miserables, trabajos mal pagados. El pobre vivirá como un pedigüeño de un estado generoso en las campañas electorales y calculador entre ellas. Los medios de comunicación serán socios o cómplices de toda la estructura de dominación y mediatización que perdurará hasta que el petróleo se acabe.
No hay escapatoria, el dinero del gobierno y de los partidos, la pobreza de la mayoría de la nación y los programas contra la pobreza, que en realidad la perpetúan y degradan a las personas volviéndolas vulnerables serán los grilletes de un pueblo ignorante, sin sentido de la dignidad, manipulado, sin esperanza ni consciencia y que vivirá de las migajas que le arrojará la feliz minoría depredadora, despectiva y todopoderosa.
Después de la era del petróleo, después del 2013... Vendrá el precipicio.

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