Algo que es común a todos los que quieren, es que
desean lo mejor y vida eterna (o al menos larga) a los seres que se aman, sean
esposa, hijos, padres, hermanos, parientes, incluso amigos, es normal que los
políticos y los ciudadanos digan y con razón, que quieren a sus pueblos y den
ejemplos de ello, por eso ejemplos de ese amor filial hay tantos, desde Atenas
a nuestros días, que omitiré demostrar lo obvio.
El lado opuesto, es la de quien no quiere o no
aprecia a esas personas en particular, o aprecia demasiado a su propia persona.
En todo caso utiliza a esas personas como escudos para protegerse de cualquier
riesgo contra él de ataque mortal.
La utilización de “escudos humanos” es posterior a
las armas de fuego, ya que estas son incapaces de discriminar a las víctimas y
a los victimarios a mediana distancia y por ello no existen casos datados en la
antigüedad. Durante la Segunda Guerra Mundial se intentó utilizar por los nazis.
Ese tipo de exposición de los inocentes al fuego de sus propios militares es
cada vez más frecuente, existiendo muchas variantes, todas ellas
aterrorizantes.
En suma, se toma a población civil para evitar los
riesgos de un ataque, esto se puede rastrear a la primera Guerra Mundial, a la
Guerra de Corea, la guerra de Israel, en Rusia con los rehenes, en Irán, en
Bosnia, Afganistán y en general, puede decirse que los escudos humanos son
utilizados como plan final y terrible. Salvo cuando se cometen por estupidez.
Andrés Manuel López Obrador, es nuestro presidente,
fue electo por la mayoría de nosotros en 2018, y es un presidente legítimo y
querido por la mayoría de los mexicanos. No hay duda de eso, sin embargo, dado
que sus diarios discursos han demostrado que para él es necesario confrontarse
con alguien, aunque no haya necesidad de eso, y que lo hace por sistema no por malicia, merece una protección especial. El cambio de opinión en él es
normal y peligroso, antes estaba totalmente a favor de la migración de centroamericanos a los cuales les ofreció paso franco y trabajo, pero ahora es un agente de migración de Estados Unidos contra los
inmigrantes que vienen de Centroamérica, rumbo a Estados Unidos.
Desde que asumió la presidencia, el presidente decidió utilizar naves aéreas comerciales
y ninguna de las naves aéreas de la república, alegando cuestiones plausibles, como
ahorro en cada viaje y promover la venta de esas aeronaves para utilizar el
dinero generado con su venta en beneficio de los necesitados.
Sin embargo, el 31 de enero del 2020 en la Ciudad
de México, un pasajero y su familia -en total cuatro personas- abandonaron el
vuelo en que también viajaba el Presidente López Obrador, alegando “razones de
seguridad” es decir que temía que con la cercanía presidencial, aumente el
riesgo de que su familia y él fueran un “daño colateral” en caso de un atentado
terrorista.
Esto es un tema de la mayor importancia, y nadie puede criticar que los viajeros valoren todo eso y en este caso decidieron bajarse del avión, es claro que el Presidente es un objetivo de alto riesgo, con mayor razón en un avión comercial donde puede ser atacado.
La consecuencia inmediata fue todo tipo de difamaciones contra el padre de
familia por parte de los fanáticos seguidores de López Obrador, que
lo acusaron hasta de delincuente, sin prueba alguna y de otras infamias impublicables.
Es plenamente justificable lo que hicieron los viajeros,
en primer lugar porque no tiene ninguna razón para correr un riesgo tan grande,
e incluso no recibe una protección que reduzca ese riesgo, pues todo mundo sabe
que un hombre que es presidente o virtualmente presidente es objetivo de asesinos,
tal fue el caso de Álvaro Obregón que fue muerto a balazos, Donaldo Colosio,
Venustiano Carranza que fue muerto al igual que Francisco I Madero por nuestro heroico ejército
mexicano. No hay duda se matan a presidentes y políticos y no sabe en muchos
casos la razón de ello.
El Presidente López Obrador es querido por la
inmensa mayoría de los mexicanos, pero a pesar de eso, puede ser objeto de un atentado por parte de
un loco, de una persona que adquiera un boleto y lo ataque una vez dentro del
avión comercial, tal vez, ocasionando la muerte de otros pasajeros, sin duda, ese
es un riesgo que no deben correr los pasajeros, para evitar eso el Presidente
tiene aviones, automóviles, helicópteros y medios para viajar y para su propia
seguridad, sin que existan ciudadano que no quieran o no deseen viajar con él
por los riesgos que implica ser un escudo humano, en este caso para proteger al
presidente y evitar la campaña de linchamiento, por los seguidores de AMLO.
Nadie debe ser obligado a un riesgo adicional, cuando paga un boleto de un velo comercial y nadie puede ser obligado a viajar en
un avión donde viaje un dirigente persa que es objetivo de las fuerzas armadas de Estados
Unidos, o al revés, nadie puede ser obligado a viajar en un avión que es un objetivo de las
fuerzas armadas de Irak. Tampoco nadie debe ser obligado a viajar en un avión
comercial con López Obrador, que puede ser objetivo de algún loco, como esta
demostrado que existen.
Por Antonio Limón López.
@antoniolimon