Somos un pueblo afortunado, a
pesar de que perdimos rápidamente la mitad de nuestro territorio y de que
vivimos entre hostilidades suicidas, a pesar de que dilapidamos cada una de las
oportunidades que se nos presentaron, y sí, a pesar de todos esos pesares
seguimos siendo un pueblo afortunado, sobrevivimos a la belicosidad contra
nosotros mismos y a nuestra ancestral apatía. Ahora vivimos hasta en santa paz con nuestros explosivos vecinos, al tiempo que México conserva muchas de sus grandes riquezas
en el subsuelo, en sus mares, ríos y bosques. Sin embargo toda fortuna debe
cuidarse con esmero, en especial -y ese es nuestro caso- cuando la fortuna es muy
grande.
Toda fortuna es como miel en el
bosque, de alguna manera todos los animales e insectos la descubren y la
quieren, las abejas que la crean son también estupendos guardianes, vuelan,
colocan en lugares inaccesibles su preciado néctar, Dios dotó a las abejas con
poderosos aguijones y una ferocidad solo superada por su valentía y sin
embargo, cuando no actúan con el mayor de sus naturales ingenios son víctimas
de los codiciosos osos, de los astutos zorros y de ciertos parásitos
implacables que recorren la jungla buscando un dulce panal para robarse el
néctar, para infectarlo con sus huevecillos, para matar a sus esforzadas
obreras, para esclavizar a su reina, así es la naturaleza y así también es la
lucha por la fortuna descuidada o mal defendida por las naciones que la poseen.
Dentro de las muchas grandes
fortunas que tenemos esta la del petróleo, en un principio los primeros
mexicanos la utilizaron como ungüento medicinal o como combustible para hacer
primitivas antorchas, en Europa supieron de él por el pasaje bíblico en que
Dios ordena a Noé que recubriera el arca “con brea por dentro y por fuera”,
seguramente el “fuego griego” fue producido en parte con petróleo y en
parte con azufre, pero fue Marco Polo su gran popularizador cuando lo describió como “un aceite de piedra que arde con facilidad y está hecho de roña y de
otras cosas”. A los químicos les gusta definirlo como una mezcla compleja de
hidrocarburos, pero para nosotros hoy en día es la llave maestra de nuestra
actual economía, de él se derivan prácticamente todos los plásticos que
utilizamos, los combustibles para aviones, naves espaciales y para nuestro
automóvil, la mayor parte de la energía eléctrica producida por el hombre se
deriva del petróleo y en alguna de sus muchas formas está en nuestras ropas, en nuestro refrigerador, en los
hospitales, en nuestros teléfonos y computadoras, en las tuberías que
transportan el agua o en los drenajes urbanos. El día que no exista el mundo
sería distinto. Para la civilización como la conocemos es el más valioso y útil
de todos los materiales naturales.
Por verdadera bendición nosotros
lo tenemos, no para siempre ni de manera ilimitada, pero lo tenemos y por ello
debemos cuidarlo, ser celosos y actuar con respecto a él pensando en hacer que
su presencia perdure entre nosotros el mayor tiempo posible, pues todo indica
que el mundo tendrá petróleo tal vez, cuando mucho, por 50 años más. Por el momento
las condiciones son altamente favorables para nosotros como país petrolero. En
primer lugar el precio del petróleo ahora es el más alto de la historia,
hablando en dólares actualizados, hoy el precio del petróleo supera a su precio
histórico más alto. Durante la guerra de secesión en
Estados Unidos el preció se disparó pues fue utilizado en ella y llegó a su cumbre en 1864,
cuando se empezaron a iluminar las ciudades y los hogares norteamericanos con
lámparas de keroseno, después de ese momento el petróleo nunca superó ese precio, ni durante
la crisis petrolera provocada por la guerra del Yom Kippur, ni durante la
fundación de la OTAN, ni durante la
revolución de Irán, ni en la guerra entre Irán e Irak, ni durante las guerras
del golfo pérsico, hasta el siglo XXI.
En 1997 el presidente Zedillo
decide cambiar la estrategia petrolera mexicana, hasta ese año México había sido un
esquirol en favor de los países no exportadores de petróleo, para entonces las
reservas naturales de EEUU estaban casi agotadas y cuando el precio del petróleo subía,
México bajaba de inmediato el precio de su oferta con la finalidad de conservar el petróleo barato, por eso México no ingresó a la OPEP en 1960. A
partir de 1997 México dejó de intervenir para desplomar el precio del crudo y
esto impulsó los precios al alza de manera sostenida y constante hasta llegar a
las cotizaciones actuales, por encima de los 100 dólares.
En
Ciudad Juárez, Porfirio Díaz se negó ante los reclamos del presidente
norteamericano, con lo cual de inmediato se proveyeron armas a sus opositores y
ante la renuncia de Porfirio Díaz, las mismas exigencias se le hicieron a
Francisco I Madero desde la embajada norteamericana que a su vez se negó, el
“Pacto de la embajada” se organizó y culminó con el asesinato de Madero y el
reconocimiento a Victoriano Huerta, que tampoco cedió a los mismos reclamos,
fue obligado a renunciar con la presencia de navíos norteamericanos en Veracruz.
El poder pasó a Venustiano Carranza, pero ante la urgencia por la primer guerra
mundial, Estados Unidos abandonó, en abril de 1917, a Carranza quién fue asesinado por Álvaro Obregón, quién a su vez se
convirtió en el vencedor de la revolución mexicana, el sonorense estaba
bien dispuesto a hacer lo que fuera para quedarse con el poder, incluso estaba presto a asesinar a medio país y claro que revocar las concesiones a la “Compañía Mexicana de Petróleo El
Águila SA” para concederlas a norteamericanas, no era ningún problema, pero fue asesinado antes de poder
hacerlo.
La “Compañía
Mexicana de Petróleo El Águila SA” fue favorecida por la dignidad de los
presidentes mexicanos que no aceptaron someterse a las peticiones norteamericanas,
pero una vez que Estados Unidos de América terminó su participación en la Gran
Guerra (Primera Guerra Mundial) su
relación con Inglaterra fue la de un aliado cercano, por ello para el gobierno
norteamericano ya no era posible presionar a México para despojar a la empresa
británica, sin embargo los ingleses calcularon mal las “habilidades” políticas
mexicanas y norteamericanas, creyeron que la primera guerra mundial era un
candado protector para la empresa y que México se tendría que someter, para
mayor seguridad inglesa, desde 1919 la empresa de la familia Pearson había sido
adquirida por la mega empresa petrolera inglesa-holnadesa "Shell".
En
estas condiciones Shell aplicó en México la misma política que las grandes
empresas petroleras imponían en el mundo, la misma que había convertido a la
Standar Oil en la más grande empresa de Estados Unidos, la misma que impusieron
las tabacaleras, los grandes bancos y los fabricantes de acero: desacatar las
resoluciones de los jueces locales, ignorar las leyes e imponerse
arbitrariamente ante cualquier derecho de terceros, bajo la justificación de
que ceder pondría a estas empresas de rodillas ante los gobiernos, así que en
1938 la “Compañía Mexicana de Petróleo El Águila SA” entró en desacato a un
laudo laboral. Después de cubrir todos los procedimientos de ejecución sin
éxito y después incluso de suplicar ante la despótica empresa inglesa, el
gobierno mexicano optó por revocar la concesión y por expropiar sus equipos y
bienes inmuebles.
La
expropiación se extendió a toda la industria petrolera extranjera,
incluso afectó a minúsculas empresas norteamericanas que querían para si la
concesión de El Águila. El 20 de marzo de 1938 amenazaron los expropiados que demandarían a México por la fantástica suma de $400,000,000 de dólares, cuando un barril no valía ni dos dólares. Sin embargo en este punto inició la diplomacia norteamericana con su juego de astucias, el hecho de que la expropiación colocara a Estados Unidos del lado de las “víctimas”le permitió dar un golpe: aceptar la medida "soberana" de
México, y así los ingleses perdieron en un instante todo su poderío
petrolero en América. México, en contrapartida, se convirtió en socio de la
potencia americana y de sus petroleras, que tuvieron una mucho muy productiva relación con PEMEX. Durante los años posteriores a la
expropiación el precio del petróleo se elevó, pero México compensó los incrementos vendiendo su barril a las petroleras
norteamericanas a un precio menor. La
expropiación implicó una mejor relación con Estados Unidos y el acto expropiatorio se convirtió en una importante
carta legitimadora para Roosevelt, para la "Doctrina Monroe" y para el presidente Lázaro Cárdenas, quién extendió esos beneficios a sus partidarios, que resultaron una partida de pillos.
México se liberó de la constante amenaza golpista de la Shell-El Aguila, habíamos pagado un elevado costo: una revolución financiada con
armas y dinero desde Washington y todo por nada, nunca se obtuvieron recursos para el
desarrollo del país. Porfirio Díaz no pudo
cobrar los impuestos por el petróleo y tampoco lo logró Francisco I Madero que
intentó cobrar unos centavos de peso por barril mediante el impuesto del timbre, menos aún pudieron los restantes presidentes mexicanos que solo
recibieron propinas y embutes durante 32 años de explotación directa de las empresas
extranjeras, hasta que la soberbia extrema de la Shell y la astucia de Franklin D Roosevelt y Lázaro Cárdenas nos abrieron la puerta para un mejor futuro.
Petromex
y después Pemex tuvieron una vida tranquila hasta la fundación de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a la cual no ingresó
nuestro país para servir de esquirol en la política de precios norteamericana,
el siguiente momento crucial fue el descubrimiento de Cantarell, en lo que
ahora se conoce como la sonda de Campeche y a la decisión de hacer grandes
inversiones para incentivar la producción, lo cual tuvo su punto sobresaliente
en febrero de 1979 en que el presidente José López Portillo reclama a Jimmy
Carter la conducta de Estados Unidos, pero finalmente accede a ayudar ante la
crisis provocada por la revolución iraní. Dejando de lado la crisis derivada de
la corrupción en PEMEX y del pésimo manejo del endeudamiento que hundió a
México durante diez años de crisis constante, al precio “a la baja” de nuestro petróleo
y al lamentable papel de México ante los exportadores de petróleo, el siguiente momento crucial ocurrió en 1997, en ese año México repudió su papel de esquirol y dejó que
los precios subieran libremente, con ello el precio empezó su ascenso incontenible.
En
2011 PEMEX anunció que tiene reservas posibles que son equivalentes a nuestras
reservas probadas y probables de petróleo lo que nos permite calcular que durante 30 años
podremos conservarnos como país exportador de petróleo en cuantías similares
a las actuales. Sin embargo no obstante esto, un grupo de mexicanos considera
que el gobierno no debe dedicarse a extraer ni a comercializar el petróleo que
esto les compete a empresas especialistas en ello, precisamente empresas como
la Shell y otras similares, por lo que debe permitirse a las empresas
extranjeras que obtengan concesiones, incluso en las reservas que nosotros ya descubrimos y prospectamos, todo con la finalidad de incrementar el número de barriles diarios exportados.
El
Partido Acción Nacional divulgó su propuesta de reforma constitucional en
materia de energía, dicha propuesta que es bastante profusa en palabras, se
reduce a 1.- Colocar al petróleo en la categoría de bienes susceptibles de ser
concesionados a particulares; 2.- Crear una nueva “Comisión Nacional de
Hidrocarburos” que determinará a quienes se les otorgarán las concesiones para
explorar y explotar nuestros yacimientos de petróleo; y 3.- Deja a las leyes secundarias
los requisitos que deberán cumplir las empresas concesionarias. La propuesta no
previene nada sobre el origen del capital de las empresas concesionarias, el
cual será seguramente extranjero, lo que colocará a México en riesgo de acudir
a tribunales internacionales para debatir las reclamaciones de las empresas
petroleras, tampoco previene el mecanismo o la fórmula para retribuir a México
por el disfrute de esas concesiones, esto es importante en un país donde las
grandes empresas regularmente evaden el pago de impuestos sobre la renta e
incluso sobre el IVA, tampoco se previene nada sobre las ventajas fiscales que
esas empresas utilizan para no pagar impuestos en los países donde extraen el
crudo, no se habla de ninguna garantía afianzada y en el mejor de los casos eso
se deja para la redacción de las leyes secundarias y su consecuente validación
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación que no es precisamente el órgano
ideal, ni el órgano en el cual podamos depositar toda nuestra confianza.
En
cuanto a la “Comisión Nacional de Hidrocarburos” esta será otro órgano tipo COFETEL,
IFE, CFE, PEMEX, CONAGUA, ISSSTE, IMSS o la comisión creada con motivo de la
reforma educativa que es el INEE, todos estos organismos dirigidos por amigos
del presidente de la república o peor aún, como consecuencia de turbias
negociaciones, no debemos olvidar que el último ejemplo de otorgamiento de
concesiones de gran valor, es el de las concesiones de casinos que se otorgaron
durante las administraciones de los presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe
Calderón Hinojosa, que terminaron siendo un gigantesco negocio para los
funcionarios y sin que se hayan pagado al erario nacional cuantías
significativas por ellos, lo peor es que en general entre los concesionarios se
encuentran verdaderos criminales.
Obvio es que las empresas candidatas a concesionarias son las
grandes petroleras, que son expertas y están bien dispuestas a corromper funcionarios públicos,
jueces, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, para abrir boca, a los miembros
de esa “Comisión Nacional de Hidrocarburos”. Lamento recordar en este momento como el
órgano de control de PEMEX exoneró practicamente a MEXLUBE de adeudos
multimillonarios, para permitirle seguir comerciando nuestros aceites y lo hizo
impunemente, también recordar que Santiago Creel Miranda ni siquiera fue
llamado a rendir cuentas de "su" “Renta extraordinaria" por la feria de los casinos, así que como expertos en corrupción e impunidad, dejaríamos en manos de pillos estándar el mayor patrimonio que Dios
o la naturaleza nos pudieran haber dado.
Una
vez que la Comisión Nacional de Hidrocarburos falle una concesión en favor de una empresa petrolera extranjera, y todas excepto PEMEX lo son, habremos perdido el control, estaremos en sus manos, podrán acudir a cortes internacionales alegando la
injusticia de los contratos o de las concesiones, podrán rendirnos cuentas
alegres, podrán generar sus utilidades en sus países sin pagarnos impuestos al
amparo de los tratados internacionales celebrados por México en materia de
impuestos, esto implicaría disponer de los recursos de PEMEX para combatir a
las petroleras; para los funcionarios involucrados en el otorgamiento de las
concesiones, la propuesta del PAN es la llave para su enriquecimiento personal a
lo faraónico. No ganaremos nada, explotarán nuestro petróleo en lo altamente
rentable, dejarán el resto para el futuro y nos esquilmarán.
No es una cuestión de ideología, sin de buen calculo, de prudencia, esto es peor que darle al vecino tu propio patrimonio y el de tus hijos, es
como meter el demonio a casa para reformarlo.