Después de las competidas
elecciones del 2006, todos los partidos tenían deseos de cambiar las reglas del
juego democrático vigentes hasta ese momento, el PRD quería expulsar a Luis
Carlos Ugalde el Presidente del IFE, pero que en ese momento era constitucionalmente
inamovible, era necesario reformar la Constitución para correrlo, lo cual es
poca cosa para una constitución mil veces reformada, pero en medio de la
zacapela post electoral, era necesario acordarlo en lo oscurito con el PAN y el
PRI.
En el PAN lo que quería Felipe
Calderón era que no hubiera panistas que se destacaran por sus talentos o por
sus ideas, Felipe quería aplicarle al partido una “shigalevia” o igualamiento de los militantes
no hacia lo mejor, sino hacia lo peor! Quería un partido de sumisos, de
lacayos, de lamesuelas y para ello necesitaba impedirles a los panistas una
vida democrática pareja y limpia, era necesario corromper a los panistas pero
hacerlo respaldado dentro del marco constitucional, por ello impulsó las
limitaciones en las "precampañas", para que cualquier panista no
autorizado por Felipe Calderón que quisiera ser presidente de México, en cuanto
lo mencionara quedara descalificado. Felipe Calderón no quería que le sucediera
a él, lo que le sucedió a Vicente Fox, que un personaje de segunda categoría
surgido de la nada y derrotara a su favorito. Las legislación de las
"precampañas" impuso un auténtico bozal y collar a los panistas,
obligándolos a mendigar lo que antes tenían por derecho propio o exigían con
naturalidad.
Los tres partidos lograron lo que
querían: El PRD se “vengó” de Ugalde, pues lo sacaron con una sonora patada en
el trasero, ahora trabaja en algo decente, se dedica a la academia, pero
también tiene una empresa que da servicios al gobierno y por darle gusto a
AMLO, le pagamos a Luís Carlos Ugalde una fabulosa indemnización para evitar
que interpusiera amparo alguno contra el puntapié que recibió donde se le
arremolina la espalda. Por su parte la dirigencia nacional del PAN ahora
controla a los panistas de la misma manera que el PRI controla a su ganado, es
decir nos controla como como si fuéramos borregos, aunque todavía existen
panistas que luchamos contra la “mano visible” de nuestro Hitler criollo:
Felipe Calderon. A final de cuentas la Reforma Política del 2007 convirtió al
PAN de ser un partido político a una sociedad mercantil, administrada por un
Consejo de Administración bien remunerado y mejor amaestrado, con gerentes
regionales, apoderados y promotores que a cambio de sus indignos servicios
reciben de Felipe Calderón, como único accionista, un jugoso reparto de
utilidades, en tanto al resto de la borregada se nos mantiene en engorda, con
los sobrantes del banquete y esto solo para tenernos listos para ser trasquilados
o acuchillados, según le apetezca a nuestro pastor.
El mas ganón fue el PRI, pues sin
campañas negativas ningún otro candidato o partido puede criticar a Enrique
Peña Nieto, así su analfabetismo funcional no es, ni será tema en esta campaña y
hasta Andrés Manuel López Obrador se muerde la lengua cuando quiere aludir al
feo papel que hizo Peña nieto en la Fil de Guadalajara, donde no pudo mencionar
a tres libros y a sus autores. Claro que López Obrador es otro ignorante y lo
único que ha leído aparte del himno del PRI que él escribió en un momento de
pasión partidista, es la Santa Biblia, la que siendo una gran lectura, no
basta.
Por lo anterior tenemos el
escenario político que estamos viendo: Militantes sumisos, cúpulas
todopoderosas, campañas banales y candidatos burros, analfabrutos a los que
ningún contendiente, partido o candidato puede criticar, so pena de ser
expulsado de la contienda.