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EL OSCURO TRATADO


La estridencia de las felicitaciones del Presidente a Marcelo Ebrard y de sus corifeos a la “victoria de la diplomacia mexicana en Washington”, opaca a la suave melodía de los hechos, que sin embargo no puede ser asfixiada.
Donald Trump amenazó al gobierno de López Obrador en subir un 5% mensual las tarifas arancelarias a todos los productos que México exporta a Estados Unidos a partir del 10 de junio hasta llegar al 25%,  lo que significaría una crisis absoluta para nuestra economía que depende totalmente de la norteamericana.
La ironía es que la mayor parte de los productos que exportamos a nuestro vecino, salvo el petróleo, son elaborados o producidos por empresas norteamericanas que ensamblan piezas industriales o producen hortalizas en nuestro país solo para aprovechar la cercanía a Estados Unidos, los bajos impuestos y salarios, la tierra barata y el control sindical, pues por desgracia si quitamos el componente industrial y agrícola de nuestra economía, solo quedaría al desnudo la verdadera economía mexicana que solo es un espectro.
Para evitar la tragedia, el Presidente López Obrador envió al Canciller Marcelo Ebrard a negociar a Estados Unidos lo necesario para evitar que esa amenaza se convirtiera en realidad. Las consecuencias ya se conocen, el siete de octubre, apenas a unas horas del plazo, el canciller anunció triunfalmente que se había logrado conjurar la amenaza, el Presidente López Obrador orgulloso felicitó a su equipo de negociadores y modificó la marcha convocada en Tijuana, al día siguiente, para trocarla a una manifestación de amistad con el pueblo norteamericano, a ella se convocó a la república, pero sólo asistieron unas 5 mil personas incluyendo acarreados desde la Ciudad de México y de las colonias populares de Tijuana que ahora son indispensables y muy apreciados, y el tono del mitin fue el de celebración.
Justo el diez de junio, en su conferencia matutina, el Presidente al presentar a Marcelo Ebrard lo hizo en estos términos:
“Estuvo muy bien nuestra delegación en Washington y fueron buenos los resultados. Lo mejor es que no entran en vigor esos aranceles el día de hoy. Lo que cuenta en política es mantener principios y también los resultados. Marcelo Ebrard va a exponerles sobre este asunto.”
La participación de Ebrard, como es normal en él, es una pieza de autoelogio y de magnificación del problema y de su solución, para demostrar lo primero dijo que el incremento de las tarifas aduaneras norteamericanas, significarían:
“En primer lugar, estimamos como incrementar el IVA de golpe 10 por ciento, en términos de tus condiciones de vida, implicaría probablemente la pérdida de un millón 200 mil empleos, implicaría una caída en el Producto Interno Bruto de más de un punto.”
Para resolver el problema migratorio que es la fuente de todo el problema, Marcelo Ebrard ofreció a los norteamericanos:
(1) “Informarles algo que ya ha sido informado a la opinión pública en México, que es que la Guardia Nacional mexicana va a cubrir todo el territorio nacional y también la frontera sur.”
 (2) La 235 “‘Vamos a poner en México personas que ustedes puedan admitir para que terminen su proceso de asilo’. Y eso es lo que estamos haciendo.”  “Entonces, ¿qué es lo que nosotros vamos a hacer?, pues hacer lo mismo, es decir, vamos a permitir que esas personas terminen sus procesos de asilo. Esa es la medida que Estados Unidos tomó, la dos.”
(3)Bueno, nosotros confiamos en que las medidas que hemos propuesto tengan éxito, pero si no lo tienen sí vamos a tener que participar en una discusión de ese tipo, no lo estoy ocultando.
Sí acaso estas medidas no funcionan y tuviéramos que participar en un modelo regional como el que acabo de explicar tendríamos que presentárselo al Congreso, es decir, yo tendría que ir al Senado de la República y decirles al Senado de la República: Oigan las medidas que tomamos no funcionaron y lo que nos están proponiendo los americanos es esto y ésta es la discusión ¿y qué podemos hacer y qué no podemos hacer?
O sea, no es una decisión del Ejecutivo, tendría yo que verlo con el Senado de la República. Entonces a eso se refiere.
Esta declaración conjunta está firmada y sellada por nosotros, ésta la que leí yo el día viernes.”
El punto 1 y 2 son claros, en cambio el punto tres sigue sin quedar claro a pesar de las explicaciones del Sr. Ebrard, pues al parecer en caso de que las dos medidas anteriores no reduzcan el flujo migratorio de Centroamérica en 90 días (Una primera evaluación en 145 días), México se obligaría a hacer compras mayores de productos agrícolas a Estados Unidos para retribuir por el mayor número de indocumentados en Estados Unidos y a constituirse en un Tercer país seguro para que México sea una estación migratoria, pues ya iniciaría desde este 10 de junio a recibir personas bajo proceso migratorio de asilo, para que permanezcan en México para su proceso ante las cortes norteamericanas.
En suma, y esto es importante, el acuerdo firmado por el Canciller mexicano Marcelo Ebrard y el gobierno de Estados Unidos es un verdadero tratado que en términos del artículo 76, fracción I de la Constitución política, que dice a la letra_
“Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:
I.      Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal (…).
Además, aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que el Ejecutivo Federal suscriba, así como su decisión de terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos;”
Es indudable que el acuerdo firmado por el Ejecutivo a través de su Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón en Washington, que por desgracia no ha exhibido ni el Presidente ni el Secretario, pero que el Presidente norteamericano presume tenerlo en la bolsa y amenaza exhibirlo totalmente, es un verdadero tratado internacional que impone condiciones y obligaciones a nuestro gobierno con relación al de Estados Unidos como es el caso de que acogeremos a los migrantes bajo proceso de amnistía ante jueces norteamericanos, para que residan en México hasta el momento en que lo requieran las autoridades norteamericanas, por un lado, en tanto que la GuardIa Nacional va a realizar labores de vigilancia en la Frontera Sur para evitar que centroamericanos lleguen a Estados Unidos, y por último al fijar una evaluación a 45 días y otra definitiva en 90, el gobierno de México en caso de no evitar el tránsito de migrantes de nuestra frontera Sur a la Norte y que ingresen y soliciten asilo en EEUU, en ese caso México deberá hacer grandes compras de productos agrícolas norteamericanos y nos convertiremos en una país "Tercero" para que procesemos desde nuestro territorio las solicitudes que debieran hacerse en Estados Unidos.
Es obvio hasta para un ciego, que este tratado vulnera, reinterpreta y modifica al Tratado de Libre Comercio todavía en vigor, así como vulnera nuestra soberanía nacional y restringe el mandato soberano de nuestra Constitución sobre nuestro territorio nacional, al imponer obligaciones de subordinación a nuestras autoridades y en nuestro territorio en acatamiento a las autoridades migratorias y judiciales norteamericanas.
Es notorio que nuestro Canciller celebró un tratado internacional con nuestro poderoso vecino, el cual al momento ni siquiera conocemos en su texto y anexos, por lo que con el debido respeto es obligación constitucional del C. Presidente de Estados Unidos Mexicanos someterlo para su aprobación al Senado de la República como lo exige la fracción I del artículo 76 constitucional. Esto tiene que hacerse de inmediato, pues el tratado ya inició su vigencia el mismo 10 de junio, según la propia afirmación de nuestro Secretario de Relaciones Exteriores y no puede permanecer en la ignominiosa oscuridad.
No hacerlo es un acto penado por la Ley.

Por Antonio Limón López

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