En abril del 2011 Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México, se prepara para tomar la misma decisión que antes tomaron los presidentes priistas: escoger a su sucesor o cuando menos, al candidato de su partido, ahora del PAN. Además deberá designar de entre los leales a su persona, a doscientos candidatos a diputados por distritos uninominales y a unos cien de lista de representación proporcional, entre otros a unos 30 candidatos a senadores y a varios más que se postularán para gobernadores y a presidentes municipales. Las candidaturas restantes, apenas un puñado, las dejará a las convenciones democráticas para el caso de que se celebren.
Estas decisiones las asumirá en solitario, aunque tendrá la colaboración de la dirigencia nacional y el silencio y complicidad de la casi totalidad de los panistas. Designará con libertad entre celebridades del mundo del espectáculo, la farándula, familiares o priistas y perredistas, la feria se extenderá a los "niños bien" egresados de las universidades más costosas, también seleccionará a sus amigos, y a los amigos de sus amigos y bueno, a quién él quiera, sin que requieran más méritos que los que le indique su corazoncito. Bajo el pretexto de “candidatos ciudadanos” podrá imponer como candidato a cualquiera que se le antoje.
Nada de esto es ajeno a los poderes no escritos del Presidente de México, pero en el caso de un presidente panista, esto es un contrasentido histórico, ya que precisamente fue el PAN el partido que se opuso, desde su nacimiento, al poder absoluto de los presidentes, el que se opuso al capricho presidencial y a la pandilla del presidente en turno, pero ahora que el PAN tiene un presidente nacido entre pañales azul y blanco, ahora que el PAN tiene la oportunidad histórica de demostrar que no mira a México como a la cueva de Alí Babá, que no lo ve como a un botín, es precisamente cuando ahora el PAN y el Presidente Felipe Calderón Hinojosa se disponen al atraco.
Hoy, no existe en el PAN, ni fuera del PAN, ninguna fuerza moral que impida o que se oponga al método antidemocrático priista, ahora asimilado por los panistas. Los fundadores y sus idealistas seguidores que soñaron a la Nación inmersa en una República, democrática, equitativa y justa para todos, yacen en el olvido y se citan solo como un lugar común, ellos que practicaron una política idealista y comprometida con la democracia, no pudieron concebir la pesadilla que es el panismo de hoy, un PAN integrado por escaladores y pandilleros desideologizados y ávidos, en el que los consejeros nacionales son tramposamente elegidos y recompensados con fortunas a cambio de su silencio, su asentimiento y su complicidad, no imaginaron a un PAN degrado y sin otro proyecto que el de seguir por el mismo derrotero de su adversario.
Todo es favorable para Felipe Calderón Hinojosa y su antidemocratico proyecto, para ello contribuye un pueblo numeroso y homogéneamente educado en la creencia de que una élite ilustrada “mejor preparada” nos llevará a través de las aguas tempestuosas hasta un puerto seguro de prosperidad y justicia, sin recordar que el despotismo ilustrado fue el que hundió a México, en la derrota y en la autodenigración, que fueron precisamente las minorías tecnocráticas educada en el extranjero -antes en Francia y ahora en Estados Unidos- las que nos condujeron a la triste situación en que nos encontramos, así que Felipe Calderón cuenta con un pueblo adecuadamente mal formado y antidemocrático, pero además con una prensa sin papel histórico y sin compromiso alguno, sin talento pero ávida del dinero que promete la campaña del 2012, cuenta con una lumpen-intelectualidad acomodaticia y con adversarios también degradados y por si fuera poco con una constitución y un sistema legal acomodado al trastupije. Este es el lamentable diagnostico que permite prever que se impondrá sin contratiempo alguno.
Prueba de ello es que sus amigos, entre los cuales elegirá a su "delfín", están haciendo cuanta indignidad es posible imaginar para conquistar su corazón, incluso los que se saben sin posibilidades, por no ser "amiguitos del alma" del presidente, como la Sra. Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel Miranda andan aparentando estar en campaña, cuando solo buscan el premio de consolación, pues desde 1997 él, y ella desde el 2000, han disfrutado de chambas palaciegas con salarios de jeque y saben que si escenifican una buena pantomima, recibirán a cambio de su abdicación, uno de los “premio de consolación” que simplemente les permitirá vivir en la abundancia a costillas del erario otros 6 años más.
Los priistas lo llamaban “El momento más solitario del Presidente” pues él solito, acompañado solo por sus fobias y filias, designaba el candidato. Pero Felipe Calderón Hinojosa tiene cuatro factores en contra que nunca preocuparon a los priistas: El primero es que solo puede decidir por el PAN y cualquiera que sea el candidato que designe, iniciará su campaña en desventaja; El segundo, es que mientras en México la Democracia vale menos que un cacahuate y a nadie le importa un bledo, en el resto del mundo, los antidemócratas apestan; El tercero es que ni el presidente de Estados Unidos Barack Obama, ni su incomodo embajador Carlos Pascual van a ser sus cómplices, ni contará con su apoyo, ni podrá asustar a nadie con “el petate del muerto” de que "EEUU me apoya y a ti no" y; Cuarto, por improbable que parezca, el PAN puede escapar al candado de la abyecta sumisión en que se encuentra y dignamente retornar al camino de la Democracia , dándole al presidente un patada en su insignificante trasero. Cierto, es algo remoto, pero no imposible y para México sería algo similar a la intervención divina, algo para desear fervorosamente en este Domingo de Ramos.