Al
Partido Acción Nacional le encantaba compararse con el Partido Popular de
España, se consideraba parte de la Democracia Cristiana Europea, casi representado
por la Derecha Popular en el Parlamento Europeo. A partir de 1988 el PAN pasó
de un partido que en México había sido el partido de escritores y pensadores para
convertirse en un partido de empleados de los grandes empresarios, que pasó del
Liberalismo político de los fundadores, al Liberalismo económico de sus nuevos
amos.
Sin
embargo la similitud entre el PAN y el Partido Popular español nunca fue tomada
en serio, ni en Europa ni en México, nunca existió un plan o una ruta para afinar
una misma ideología, y es que eso de abrir el PAN a ideales europeos sonaba a
compromisos que exigían leer, pensar y actuar por principios políticos o
éticos, algo que de ninguna manera podría ser aceptable, sobre todo cuando lo
que importaba, eran las arcas públicas, que estaban abiertas de par en par.
Los
años noventa fueron años gloriosos para el PAN, no estaba en el Poder pero cada
año se sumaban nuevas gubernaturas, nuevas grandes ciudades bajo los gobiernos
azules, y sin grandes esfuerzos las puertas de congresos, tribunales, alcaldías
se abrían hasta que en el año 2000 llegó el PAN
a la presidencia y en la cima del Poder inició su declive, la falta de
imaginación política, la falta de congruencia, la avalancha de trepadores, oportunistas y fariseos, la traición a todos los principios fundamentales y finalmente la
corrupción galopante que fue liquidando al partido, hasta que en 2018 sufrió una derrota de espanto que lo llevó a un paro
cardíaco del cual todavía no se repone.
Por
su parte el ascenso lento le dio en 1996 al Partido Popular, los votos apenas necesarios para ganar la elección y formar, tres meses después, Gobierno. Desde entonces gobernaron los populares, perdieron en 2004 por el
caso del atentado terrorista Yihadista erróneamente atribuido a ETA por Aznar, pero recuperaron el
gobierno en 2011, para gobernar hasta junio del 2018 en que su gobierno cayó
por una moción de censura, fueron 15 años de gobiernos populares, y siete
siendo la segunda fuerza en condiciones de virtual cogobierno, nada mal, pero
ahora en las elecciones del 2019, fueron humillados por los electores con su
menor cuota de diputados y senadores, y las causas, fueron curiosamente,
la falta de imaginación
política, la falta de congruencia, la avalancha de trepadores, oportunistas y fariseos,
la traición a todos los principios fundamentales y finalmente la corrupción que fue
liquidando al partido, aunque en minúscula proporción a los panistas mexicanos que no se midieron, pero de cualquier manera tan grave que ahora, después de las elecciones del 28 de abril, esta entrando en paro cardiaco.
Ambos
partido llegaron con una ventaja adicional a la simple mayoría de votos, con la
ventaja de encarnar el sentimiento nacional de los mexicanos y de los españoles
respectivamente, pero ambos por corrupción, nepotismo, apatía y dejadez, es decir falta de
fortaleza moral, dilapidaron ese patrimonio y ahora es difícil que lo vuelvan a
retomar; En el caso del PAN, parece ya imposible, en lugar de reaccionar
positivamente y aprender de la derrota, la cúpula panista despreció el mensaje
de las urnas el año 2018 y se sumergió en el pantano de los mismos lodos que lo hicieron
perder, para el Partido Popular que acaba de ser derrotado en las urnas se
presenta la misma prueba ¿Será capaz de recobrar su identidad y de recrearse con
honestidad o seguirá la ruta que lo llevó a la derrota?
En todo caso ausencia de cualquiera de ellos o de ambos, no causará ningún perjuicio, pues ambos han probado ser inútiles y hasta perjudiciales.
En todo caso ausencia de cualquiera de ellos o de ambos, no causará ningún perjuicio, pues ambos han probado ser inútiles y hasta perjudiciales.
Por
Antonio Limón López