A diferencia de las
anteriores guerras mundiales, no solo la Segunda Guerra Mundial, o la Gran
Guerra sino incluso las cruzadas o la Guerra de Siete Años, la siguiente guerra
mundial será total, abarcará todo el mundo, desde las estaciones científicas
del Polo Norte a las del Polo Sur, se escenificará en los desiertos, en los océanos,
sobre la Tierra, bajo ella y en los fondos oceánicos, sobre los ríos más
caudalosos y sobre aquellos que hace milenios se secaron, ocurrirá con la misma
furia en los poblados más remotos, en las sociedades más pobres, donde se hable Latín, español, inglés, Mandarín, Triqui, catalán o Arameo antiguo, llegará a la cabina de mando de los portaviones y de las lanchas camaroneras, a las
computadoras de todo el mundo, también a todas las fábricas y centros de trabajo, a cada casa y a los semáforos
de la esquina, bajo nuestra piel, pero sobre todo estará
en su principal objetivo económico, las grandes universidades,
los grandes centros científicos y tecnológicos, las grandes ciudades y en concreto en las más ricas.
No habrá piedad, los
derrotados lo perderán todo y los ganadores, lo ganarán todo. Nos
acostumbraremos a ver en la calle cada cien o doscientos metros a sus equipos
de combate, nos guiarán por el mundo, tendrá su victoria tal alcance que
seremos súbditos inconscientes, y probablemente súbditos felices y satisfechos.
En efecto,
coincidimos, es la guerra final, la guerra por el control de la Red 5G (Quinta
Generación), que en este momento se encuentra en sus primeras batallas, apenas
las potencias involucradas se empiezan a alinear, los líderes de ambos bandos
ya se pavonean presumiendo ser los más poderosos. China se ha manifestado
vencedora de antemano y Estados Unidos se proclama estar todavía en
superioridad técnica, mientras el resto del mundo parece expectante e indeciso,
incluso Inglaterra la gran aliada del país de las barras y las estrellas duda,
pues la propuesta oriental sobre la mesa es más sencilla, puede empezar a operar
en toda Inglaterra en un año o dos, y es mucho más barata, en tanto que Estados
Unidos ha tomado medidas que exigen a sus aliados lealtad sin ver, o a recursos
poco éticos como acusar penalmente a Meng Wanzhou, hija del principal
accionista de Huawei Ren Zhengfei, aprehendida en Canadá y en espera de la sentencia de extradición o
de libertad.
Sin embargo la
media más radical consiste en fijar en
torno a Huawie, un cordón sanitario al prohibir Estados Unidos a todas las
empresas del mundo y en particular a las norteamericanas, contribuir con
cualquier apoyo tecnológico o financiero en favor de la empresa China.
Para poner esta
guerra que a la postre será mundial, hay que saber exactamente lo que esta en
juego, pues no solo es la propia red 5G, sino las actuales redes 4G, 4.5G, y desde
luego las siguientes redes como la 5.5G y todas las sucesivas 6G, 7G y al
infinito, porque la 5G tiene tal superioridad sobre las anteriores redes, que
en pocos días las habrá abatido quedando en solitario la red de Huawei o las
redes de las empresas norteamericanas como Qualcomm o Verizon.
En esta batalla
el derrotado adquirirá el carácter de fiambre y no el de competidor. Esto
traerá además de las consecuencias económicas previsibles al control de la red de la
quinta generación, otras consecuencias temibles, que en otro artículo
compartiremos, pero que usted con un poco de imaginación puede prever.
Antonio Limón
López.