Hasta
antes de su muerte, ocasionada por lesiones provocadas por
proyectiles, Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos” o “El
Felipe”, era un perfecto desconocido, ningún diario nacional y
ninguna televisora mostró interés en este carnicero, pero ahora
sabemos que carecía de antecedentes penales, ningún Juez federal o
local lo había juzgado por ningún delito. Era tan libre como usted
o como yo.
Una
vez que su cadáver fue entregado al Servicio Forense en la Ciudad de
México, la prensa dijo lo que celosamente había ocultado, que El
Ojos era poco peor que el más sanguinario criminal y mafioso
mexicano, los medios nos enseñaron su ficha criminal, sin
membrete alguno, por lo que se ignora que autoridad podría haberla
emitido, tampoco tiene ningún sello, ni aparece la firma de ninguna
autoridad, pero su contenido aterroriza: veinte homicidios,
desaparición forzada de treinta jóvenes, narcotráfico, narcomenudeo, distribuía droga en Ciudad Universitaria, era invasor de
predios y jefe de una banda protectora de delincuentes, oprobioso
dirigente de taxis con motocicleta, y vil simpatizante de Morena, como se
demostró durante las elecciones de Jefe Delegacional de Tláhuac.
Si
bien solo queda en rumores que Felipe de Jesús Pérez, desayunaba niños (Héctor de Mauleón no lo ha confirmado), la Marina Armada de México inició, sin Orden de Aprehensión y sin Orden de Cateo, el 20 de julio pasado, un operativo militar para la captura del Monstruo de Tláhuac, también se dice
que un “Juez de Distrito” del que se ignora su nombre o
adscripción (acaso porque no existe) obsequió una Orden de Aprehensión, que por cierto
nadie ha visto, ni exhibido, y que según los aplaudidores del estado militar le fue obsequiada a la PGR y no a la
Marina.
A
las 10:00 horas según las notas periodística, la Marina se dirigió
al domicilio de “El Felipe” o “El Ojos”, siendo recibido el
contingente "por una lluvia de balas", que misteriosamente no hirieron a nadie, ni dejaron huellas en la carpeta asfáltica ni en el frente de las casas de los
vecinos, y sin forzar las puertas de la casa del Felipe El Ojos, y sin
impactos de bala en la cerca metálica, salvo uno “de salida”, se
introdujeron a empujones los marinos, para salir después de escucharse disparos y
gritos de agonía.
El
saldo fue el de ocho personas muertas por heridas de bala, y que en las fotografías que se aprecian en los diarios, sus cadáveres aparecen convenientemente sobre armas largas de fuego, entre
ellas el cuerpo de El Ojos, y sin que ningún marino resultara herido, no obstante
que la balacera fue dentro de un casa y en el pasillo donde una
camioneta Dodge estaba estacionada y donde ultimaron a uno de los infortunados. Los impactos se concentraron en
los cuerpos de quienes murieron. Esa es la historia oficial.
Yo
tengo otra versión probable, según la cual algún enemigo de El Ojos, lo denunció
vía telefónica a la Marina, y estos defensores de la Patria se presentaron a la casa de El
Ojos, tocaron la puerta y al abrir, los marinos se metieron y ya
dentro, por alguna razón (justificada o no) se atemorizaron y dispararon contra los
ocupantes, salieron sin lesiones y dejando ocho cadáveres. La PGR
no estuvo al frente de esta actuación y se enteró al escuchar las
noticias.
A
partir de ese momento la Marina estuvo dos días, limpiando la
escena, recogieron balas, cartuchos, movieron los cuerpos, y se
pusieron en contacto con las autoridades civiles que montaron la
historia de oprobio contra el difunto muerto El Ojos.
La más seria carpeta de acusación contra El Ojos la constituye un
artículo publicado en El Universal por H. de Mauleón que concluye
que El Ojos vendía droga en las instalaciones de la UNAM.
Es
probable que El Ojos haya sido un criminal, pero no existe ninguna
sentencia judicial que así lo demuestre, es posible que se haya
dictado una Orden de Aprehensión en su contra, pero nunca se ha
exhibido, es posible que los militares dentro de la casa de El Ojos
hayan actuado en defensa propia, pero los muertos no hablan y las
cámaras de vídeo de los marinos al momento en que dispararon, se
encontraban fuera de operación.
Los
Marinos, dice una nota que entregaron armas y drogas (supongo a la
PGR), pero no hay expediente que investigue a los Marinos, que sin
ser autoridad civil, y sin ninguna facultad para suplantar a las
autoridades civiles, se ven envueltos en una matanza, se comportaron
como un batallón de guerra, dieron muerte a todos los que estaban en
esa casa habitación y rinden cuentas mochas a la sociedad.
Que
El Ojos sea un criminal importa y bueno sería que respondiera ante la justicia por lo que se le acusa, pero también importa que La Marina de guerra sea
una institución cuyos miembros, acaten la Ley y actúen en su competencia y dentro de su función, ya que en este caso, mediante un proceso torpe, primero mataron y después preguntaron, en todo caso debieron sitiar el domicilio, hacer comparecer a la
autoridad civil, y retirarse del lugar sin mancharse de sangre. Son
militares, están preparados para matar en guerra extranjera, y a falta de ésta parecen conformarse con civiles en tiempos de Paz.
Por
Antonio Limón López.