Con todo, la maestra Delfina Gómez fue una candidata "requete" simpática, laboriosa, informada, ecuánime y de una civilidad fuera de lo común en este país, donde los candidatos se comportan como salvajes.
La campaña de Morena iba de maravilla, las encuestas presagiaban un éxito contundente, y para esto colaboraba el desprestigio del PRI y de su candidato Del Mazo; La corrupta y desvergonzada Josefina Vázquez Mota candidata del PAN, que espantó hasta a los panistas más leales que buscaban un destino útil para su sufragio; y la decadencia del PRD, donde su dirigente nacional Alejandra Barrales estaba atareada comprando inmuebles en la capitalista y derechista norteamérica.
El vídeo fue transmitido de frontera a frontera y de costa a costa, así que Andrés Manuel contestó con una contramedida, otro vídeo en el cual disculpaba a Eva Cadena, diciendo que le “pusieron un cuatro” a la candidata y que él avalaba su honestidad.
La contramedida fue un desastre, durante varios días López Obrador defendió como si fuera Adán a su Eva, pero con argumentos como para expulsarlo del Paraíso, hasta que piadosamente Héctor Díaz Polanco,
Presidente
de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena, expulsó a Eva Cadena del partido y revocó su candidatura. Ya sin posibilidad de nada, López Obrador
dejó de defender a su ingrata Eva, pero con lo ocurrido el sexagenario líder de Morena estaba más “enchilado”
que una torta ahogada.
El
incontrolable macuspano ya caliente, se lanzó como si fuera candidato a Gobernador, alcalde, diputado, regidor, y en suma, como el que hace las tortas, las cobra, las sirve, se las come, las paga y lava la loza; AMLO usurpó a sus candidatos dejándolos como aplaudidores y solo Dios sabe por qué, pero un día en plena campaña, recibió un certero “huevazo” mientras peinaba sus plateadas sienes, con
lo que montó en santa ira, y acusó a Yunes, de ser el todopoderoso "enemigo malo".
En ese momento no se le podía preguntar nada al ciclón del Sur, porque a todo mundo acusaba de “corrupto”, "Traidor" o "Calumniador" y para su mala suerte a Pepe Cárdenas le correspondió que lo imputara como "calumniador" sin deberla ni temerla, y no se contuvo con el locutor de Radio Fórmula, pues se siguió de largo contra periodista, y contra "Prianistas, panistas y perredistas" a los que calificó de traidores, corruptos y etc, etc.
Ante el desbocado protagonismo de López Obrador, los candidatos de Morena se evaporaron o se convirtieron en fantasmas en sus propias campañas, no podían hablar, ni protagonizar nada, pues el único vocero y protagonista era Andrés Manuel López Obrador.
En ese momento no se le podía preguntar nada al ciclón del Sur, porque a todo mundo acusaba de “corrupto”, "Traidor" o "Calumniador" y para su mala suerte a Pepe Cárdenas le correspondió que lo imputara como "calumniador" sin deberla ni temerla, y no se contuvo con el locutor de Radio Fórmula, pues se siguió de largo contra periodista, y contra "Prianistas, panistas y perredistas" a los que calificó de traidores, corruptos y etc, etc.
Ante el desbocado protagonismo de López Obrador, los candidatos de Morena se evaporaron o se convirtieron en fantasmas en sus propias campañas, no podían hablar, ni protagonizar nada, pues el único vocero y protagonista era Andrés Manuel López Obrador.
El siguiente paso fue lanzarse contra Juan Zepeda, candidato del PRD, y lo demás es historia, el Presidente Legítimo fue arrastrado y abusado por el rockero. A resultas de la golpiza que le propinó al tabasqueño, Juan Zepeda recuperó los votos perdidos de los perredistas y Morena perdió los que había logrado y los que se le prometían.
En
este punto López obrador ya estaba jugando a la "Ruleta Rusa", subía vídeos a Youtube y recitaba el verso de las "aves que cruzan el pantano" de Salvador Díaz Mirón
hasta convertirlo en un recurso predecible y por ello, contraproducente, además su ignorancia histórica le jugaba malas pasados, como ocurrió al tratar de explicar por qué la victoria de Del Mazo sería “pírrica”.
En realidad ni útil ni productiva fue la intervención de López Obrador, y terminó agrediendo y ofendiendo sin necesidad alguna, a panistas y perredistas de a pie, precisamente aquellos que son ajenos a las cúpulas, y las pandillas depredadoras de sus partidos, que son personas de buena voluntad que votan por esos partidos, y que en su mayoría se disponían a votar por Delfina y por Morena, pero que López Obrador con su agresividad gratuita y necia, logró que cambiaran de opinión.
Como ahora sabemos: Josefina recibió el mismo porcentaje de votos que el PAN ganó seis años antes, el PRD también retuvo el mismo porcentaje del 2011, por lo que en la captura de "votos útiles" del PAN y del PRD no se logró nada. El único que perdió votos fue el PRI, muchos y en favor de Morena, pero no fueron suficientes.
En realidad ni útil ni productiva fue la intervención de López Obrador, y terminó agrediendo y ofendiendo sin necesidad alguna, a panistas y perredistas de a pie, precisamente aquellos que son ajenos a las cúpulas, y las pandillas depredadoras de sus partidos, que son personas de buena voluntad que votan por esos partidos, y que en su mayoría se disponían a votar por Delfina y por Morena, pero que López Obrador con su agresividad gratuita y necia, logró que cambiaran de opinión.
Como ahora sabemos: Josefina recibió el mismo porcentaje de votos que el PAN ganó seis años antes, el PRD también retuvo el mismo porcentaje del 2011, por lo que en la captura de "votos útiles" del PAN y del PRD no se logró nada. El único que perdió votos fue el PRI, muchos y en favor de Morena, pero no fueron suficientes.
Nuestras esperanzas en un México mejor y distinto parecen ingenuas, el tiempo pasa y si bien cambian los protagonistas, los papeles son siempre los mismos: Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox Quesada siendo tan distintos en lo personal, representan el mismo papel de descocados, agresivos en lo banal, despectivos con sus camaradas militantes e irresponsables de sus actos, todo queda a la fortuna, nada se controla o se cuida.
Otra vez se le acaba el tiempo a López Obrador, otra vez llega con un alto índice en las preferencias de los electores, pero ahora más que nunca necesita cordura y prudencia para la elección del 2018, algo que parece imposible a nuestro caprichoso huracán sexenal.
Otra vez se le acaba el tiempo a López Obrador, otra vez llega con un alto índice en las preferencias de los electores, pero ahora más que nunca necesita cordura y prudencia para la elección del 2018, algo que parece imposible a nuestro caprichoso huracán sexenal.
Por
Antonio Limón López.