Dicen las encuestas que el Ejército es la “Institución” mas apreciada de México, y eso es cierto, se debe a la frágil memoria de los mexicanos, y a la ausencia de una memoria estructurada comparada a la Historia, dicho en castellano, los mexicanos somos incapaces de recordar nada, ni de aprender nada de nuestra Historia. Lo que si sabe el mexicano, es que si a un militar le ordenan “Disparen”, pues va a disparar, sin dudarlo.
El
primer ejército mexicano, el “trigarante” nos dio la
independencia y hasta en tanto fue disuelto, fue el mas poderoso del
continente, pero Estados Unidos logró políticamente su disolución,
luego llegaron “los ejércitos” semi profesionales, reclutados a
leva, analfabetos, y enfrentados entre si, que gracias a su
ineptitud fueron vencidos por los norteamericanos que se quedaron con
la mitad de nuestro territorio nacional, las bajas de Estados Unidos
fueron en su mayoría por diarrea. Luego llegaron los franceses y los
militares mexicanos se lanzaron contra Juárez, al termino de la
Guerra de Secesión los norteamericanos exigieron a Napoleón III la
retirada del ejercito francés, y los generales “conservadores”,
de un momento a al siguiente se convirtieron en “liberales.”
Apoyaron
los 20 años de la presidencia de Benito Juárez quien fue expulsado de Palacio Nacional no por un golep de estado, sino por un violento infarto, y luego apoyaron a Pofirio Díaz por otros 30, hasta
que salió del país en el “Ipiranga”. El 19 de febrero se
considera el día del Ejército nacional, cuando en realidad debiera
de ser el día de Venustiano Carranza, en que, en 1913, desconoció a
Victoriano Huerta. El 22 de ese mismo mes y año, nuestros militares
en la Ciudad de México asesinar a Francisco I Madero al que le
habían protestado lealtad.
Victorioso
Venustiano Carranza, fue perseguido y asesinado por el multiasesino
serial mas grande de la historia de México, el General Álvaro
Obregón que se despachó también a Emiliano Zapata y a Pancho
Villa, entre a muchos otros.
A
Obregón se debe la persecución religiosa que se convirtió en la
“Guerra Cristera” llevada a la practica por su pelele el general
Plutarco Elías Calles, a quien se le imputa el asesinato de Obregón
y de ahí hasta que El General Lázaro Cárdenas fue apoyado
directamente por Estados Unidos. Desde Álvaro Obregón y hasta
Carlos Salinas de Gortari el Ejercito Mexicano fue policía política
del gobierno, junto con la Dirección Federal de Seguridad conformada
por militares, y el Campo Militar Número Uno fue la prisión
política del gobierno.
Durante
los años sesenta y setenta, el Ejército tuvo a su encargo la
erradicación de grupos armados y aprehensión fuera de procedimiento
de todo tipo de oposición, desde la armada hasta la cívica y desde
sinarquistas, comunistas y hasta panistas, e incluso contra algunos
priistas.
El
Ejército fue pieza fundamental en la realización de fraudes
electorales, desde la elección de Manuel Avila Camacho impuesto a
dedo por Lázaro Cárdenas, y luego en Guanajuato, Yucatán, sonora,
Baja California, Jalisco, Chihuahua y en toda la república. Esto
llegó al extremo en las elecciones de Miguel de la Madrid y Carlos
Salinas de Gortari donde se cometieron mega fraudes.
El dos de enero de 1945 y el dos de octubre de 1968, cuerpos militares dispararon contra la población civil en León Guanajuato y en Tlatelolco, y en 1970 en el llamado Jueves de Corpus, militares vestidos de civil cometieron otra agresión letal.
Seamos francos, en el mejor de los casos la participación militar en la vida civil, ha sido considerada como un “mal necesario” y en el peor ha sido visto como un agresor criminal implacable contra la población nacional, y esto no cambió, a pesar de
que el 10 de enero de 1989 “La Quina” fue detenido en su
residencia fortificada en un operativo militar, lo que en una sociedad asqueada
de tanta corrupción fue un acto popular, que provocó múltiples
nombramientos de militares como autoridades civiles en dependencias de seguridad pública
En 1966, el General José de Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado Director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), y en 1997 fue detenido al comprobarse que era uno de los generales que formaban parte del "Cartel del Golfo", según investigaciones norteamericanas.
En 1966, el General José de Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado Director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), y en 1997 fue detenido al comprobarse que era uno de los generales que formaban parte del "Cartel del Golfo", según investigaciones norteamericanas.
Durante
los gobiernos subsecuentes las organizaciones criminales no han
dejado de crecer, y en ese contexto durante la elección del 2006,
Felipe Calderón dio a conocer que el Ejército combatiría a la Delincuencia Organizada.
Esta
decisión tuvo consecuencias políticas y administrativas, pues en
2007 el Gral
Guillermo
Galván Galván, propuesto para Secretario de Defensa por el Presidente Felipe Calderón, se
quejó de las condiciones adversas del ejército, aduciendo que sin incentivos para
los militares, sin equipamiento moderno, sin proyectos de ninguna
especie, y sometido a recortes presupuestales, no podría cumplir la misión que le impusiera la
sociedad civil, esto implicó el crecimiento del presupuesto militar en
todos los ordenes, nuevos equipos y compras como nunca antes, sin
embargo la violencia no fue contenida y las confrontaciones entre
delincuentes incrementaron el número de fatalidades y de impunidad.
A
partir de que el Gral de División Salvador Cienfuegos substituyó al
General Galván, con quien se sabe existe gran antagonismos, hubo un
incremento de exigencias de los cuerpos militares, ya no solo
económicas, sino políticas. A diferencia de sus antecesores el Gral
Cienfuegos posee una basta cultura militar y conoce el papel político
de milicias de otros países, y ha insistido en un marco
jurídico ideal para que el Ejército pueda cumplir en su
lucha contra la Delincuencia Organizada, quienes lo han tratado en lo
personal, comentan que de haber vivido en los años sesenta o setenta,
habría protagonizado un Golpe Militar, pues critica a los malos
gobiernos civiles y enaltece a los militares.
El
Presidente Enrique Peña Nieto intentó, por todos los medios, apaciguar al Gral Cienfuegos y al mismo tiempo evitar la reforma que le exigía, sin embargo Salvador Cienfuegos
logró que todas las cúpulas políticas se comprometieran a apoyarlo
en su finalidad, pero el Proyecto de Ley de Seguridad Interior se fue
retrasando, hasta que a principios de 2017 los diputados priistas lo
presentaron formalmente, y a partir de entonces se inició un
cabildeo tan intenso, que incluso MORENA prometió apoyar esa ley, al presentar su “Proyecto de Nación 2018-2014” el 20 de noviembre
pasado.
En
esa tesitura, los priistas incitados por su candidato José Antonio
Meade, comprometido con Cienfuegos, lograron que el proceso legislativo concluyera aprobando la Ley con leves y cosméticas reformas, con el apoyo de calderonistas y otros mequetrefes. El decreto ahora está en el escritorio del Presidente y será promulgado.
A
partir de este momento, los candidatos van a callarse la boca, no harán comentarios
negativos sobre esta Ley, pues parecería oponerse al ejército. No nos preocupemos, las leyes nada cambian en México y mucho menos al Ejército la cual no le importa, como nunca le ha importado ley alguna, lo único que acatan nuestros militares es a sus mandos superiores, y Salvador Cienfuegos ya se despide. Conforme a la ley no escrito, con nuevo Presidente, nuevo Secretario de la Defensa Nacional. Para el Ejército diga lo que diga la ley, esta nace como todas...muerta.
Por
Antonio Limón López.
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