México
es, como lo repito casi en cada artículo que escribo, el reino de la
simulación, de la farsa, en nuestro país lo que se dice nada o muy
poco tiene que ver con lo que se pretende, de manera que cuando se
propone una reforma penal para "mejorar la justicia", lo que
en realidad se quiere es crear otro engorro para negarla o degradarla. Es normal que se nos engañe proponiendo leyes contra la
corrupción, cuando lo que se quiere en realidad, son nuevas partidas presupuestales para
engordar a los cómplices políticos fuera de la nómina.
Así
que cuando veo el capote, adivino el ponzoñoso estoque oculto bajo su paño. Por eso es que siempre estoy alerta cuando quien lo blande es Felipe Jesús Calderón Hinojosa, precisamente quien fuera Presidente de México gracias a su genial talento en la traición, el doblez, la mentira y
el engaño, lo cual es gran mérito en México donde son legión los farsantes, los pillos, los fariseos y los
mentirosos patológicos.
Durante sus seis años presidenciales robó a PEMEX, CFE, envileció al Partido Acción Nacional, en otra época
esperanza democrática de México y ahora convertido en una pandilla, sus pillerías han sido coronadas por el éxito, sin embargo el país harto de su
cinismo le dio la espalda en 2012 y votó por el candidato del PRI. Seis
años de calderonismo nauseabundo bastaron para que el PRI volviera.
Claro
que el PRI en la presidencia, se dedicó a lo suyo: la ratería y la farsa, aunque ahora
por fortuna las redes sociales y un periodismo distinto exhibieron al
presidente priista.
En
este escenario de oportunidad, el PRI y el PAN, se exhiben como camarillas de pillos, y en esto Felipe Calderón astutamente ha descubierto que puede volver a medrar, y por eso sacó a su esposa de la nada, para dizque lanzarla a la
presidencia de la república sin escatimar nada, ha gastado una inmensa
fortuna que proviene de la venta de permisos de casinos durante su
corrupto gobierno, de los ingresos de la corrupción en PEMEX y CFE,
de los embutes recibidos de Humberto Moreira y de otros pillos a los
que no procesó penalmente, debiendo hacerlo, millones de pesos del SNTE y del sindicato petrolero a cuyos líderes protegió, y a todo lo anterior se suma lo que cobró entre los candidatos a dedazo que impuso en su sexenio, sin omitir a Iberdrola, la empresa española que supera a Odebrecht
en eso de los embutes.
Con ese dinero mal habido, Margarita sube artificialmente en las encuestas, al tintineo del oro. Claro que Margarita Zavala no va a ganar la Presidencia de México, y
muy probablemente ni la candidatura dentro del PAN, y es precisamente en este
punto en que surge la pregunta clave: ¿Si Margarita Zavala no va a ganar la
Presidencia, entonces que es lo que quiere Felipe Calderón? ¿Gasta
tanto dinero para nada?
Obvio que Felipe Calderón persigue afanosamente algo, algo incluso mas
valioso que la presidencia de la república, pero que oculta cual pérfido jugador de pokar.
Felipe Calderón no quiere que Margarita Zavala sea la presidenta de
este atribulado país, pues sabe que es imposible que esto ocurra, y porque en su experiencia no es el mejor negocio del momento.
Lo
que quiere Felipe Calderón con la supuesta candidatura de su
esposa, es apoderarse del Partido Acción Nacional, lo que caería como fruta madura en la negociación de Calderón con el candidato panista que resulte. Es decir que si el candidato del PAN es el también corrupto Ricardo
Anaya, éste para evitarse complicaciones, le cedería a Felipe Calderón
la propiedad del partido y con este embute monumental se acabaría el problema, Margarita se retiraría. Toda una jugada de hampones.
¿Cuánto
vale el PAN? El PAN es uno de los bienes mas valiosos de México,
goza de prepuestos fabulosos cada año, presupuestos para su
administración ordinaria, para campañas, presupuesto federal y presupuestos en cada Estado. El amo del partido puede imponer por dedazo a un
alto número de candidatos plurinominales y uninominales que con toda
seguridad van a ser diputados o senadores. Puede imponer a miles de
regidores y diputados locales, miles de chambas en el poder judicial
federal y en prácticamente todas las dependencias y otro tanto en todos los estados.
Además
el PAN, aun derrotado tendría votos amaestrados en las cámaras y por
ende, su amo verdadero, Felipe Calderón, tendría derecho de picaporte
con el presidente en turno, con lo que podría empujar contratos
para sus cómplices, negociar leyes a cambio de tajadas en el
presupuesto, y lo mejor para Felipe Calderón es que este confía en que podría hacerlo
por muchos, muchos años. En el PAN incluso existen idiotas a modo que lo sostendrían de buena fe.
Eso
es lo que persigue el gran simulador, no es la presidencia de la república
para su esposa, sino la apropiación del PAN para si mismo, a través
de algún testaferro, alguien que reúna el perfil adecuado, primero que
sea un leal lacayo a su servicio, y después un pillo irredimible, dispuesto a
correr los riesgos por una tajada.
Eso
es lo que quiere Felipe Calderón, ser el “Plutarco Elías Calles”
del PAN, ser el "Patrón del mal" en el partido fundado por Gómez Morín. La presidencia es pues, una insignificancia, el gran negocio es el PAN.
Por
Antonio Limón López.